Copa del Rey | Athletic 1 - Barcelona 4
El rey recupera su trono
El Athletic sorprendi¨® al Bar?a en la primera parte, impuso su fuerza, no le dej¨® jugar y se adelant¨® con un tanto de Toquero. Tour¨¦ rescat¨® al Barcelona antes del descanso con un golazo. En la segunda parte los de Guardiola fueron un vendaval. Messi, Bojan y Xavi culminaron la remontada y dan a la era Guardiola su primer t¨ªtulo. El Barcelona sigue siendo en solitario el equipo con m¨¢s Copa del Rey en sus vitrinas.
Ya tenemos campe¨®n. El Barcelona de Guardiola, el mejor equipo del mundo, o al menos el que mejor f¨²tbol practica, se ha coronado como el mejor en el torneo del K.O. despu¨¦s de doce a?os, y lo ha hecho, como no pod¨ªa ser menos, atropellando literalmente a un rival que aguant¨® hasta que fue desbordado por el f¨²tbol de un equipo inconmensurable. El Barcelona comienza oficialmente su carrera hacia el triplete. El primer t¨ªtulo para Guardiola y el que debe abrir una era en 'Can Bar?a'. Se acaban los calificativos para este equipo, pero hoy se le puede aplicar uno que hasta el momento no se hab¨ªa ganado. El de campe¨®n
No menos se lo merece el Athletic. Bravo estuvo el equipo de Caparr¨®s. Tanto que lleg¨® a imponerse a base de garra a un rival ante el que se sab¨ªa inferior. Pero el mayor beneficiado es un torneo que durante a?os ha estado devaluado. La Copa ha vuelto a ser este a?o GRANDE con may¨²sculas. Por la intensidad con que se ha vivido en las fechas previas desde ambas ciudades, especialmente desde Bilbao, por la fiesta vivida en la capital del Turia desde varios d¨ªas previos al choque, y por la fiesta que se ha vivido en la noche de hoy en el estadio valencianista. Con un ¨²nico pero, los pitos al himno nacional en los proleg¨®menos del encuentro. Tan bochornoso como reprochable, poco m¨¢s se puede decir.
Un Athletic enrabietado
Una vez que Medina Cantalejo indic¨® el comienzo del encuentro, ocurri¨® lo que se llevaba vaticinando desde que se conoci¨® el nombre de los dos finalistas. Un equipo, el Baracelona, que quer¨ªa el bal¨®n, y otro, el Athletic, que quer¨ªa que el bal¨®n lo tuviera el Barcelona. La gran disyuntiva del encuentro estaba en saber que se impondr¨ªa, si el talento, el f¨²tbol en estado puro que este Bar?a es capaz de hacer, o la furia con la que los once leones de Caparr¨®s saldr¨ªan a afrontar el encuentro. La balanza cay¨® del lado bilba¨ªno con estr¨¦pito.
La consigna de los rojiblancos estaba clara. Puede tach¨¢rseles de cobardes, aunque tambi¨¦n de hacer lo m¨¢s inteligente. Si la mayor virtud de tu rival es el f¨²tbol, la mejor manera de pararles es el antif¨²tbol. Ya lo hizo el Chelsea, y casi le sale bien. As¨ª que desde el primer segundo de juego, los Xavi, Messi y compa?¨ªa comenzaron a sentir en su cogote el aliento de las fieras bilba¨ªnas, hoy m¨¢s salvajes que nunca. A pesar de ser lo que todos esper¨¢bamos, el Barcelona pareci¨® no esperarse tanto ¨ªmpetu por parte del rival. El conjunto de Guardiola anduvo por el campo como atenazado, incapaz de hilvanar algo del juego que le ha llevado hasta donde est¨¢, y casi siempre reculando.
La primera parte del plan de Caparr¨®s, por supuesto, inclu¨ªa adelantarse en el marcador. Sin esa condici¨®n, todo lo dem¨¢s no ten¨ªa sentido. El Athletic aprovech¨® esos primeros minutos, y con la misma intensidad que apretaba al rival, sal¨ªa como alma que lleva el diablo en busca del gol. Comenz¨® a avisar a un Pinto que deb¨ªa pensar que para un d¨ªa que jugaba, la que se le ven¨ªa encima. Toquero prob¨® al guardameta con un remate de cabeza. Minutos m¨¢s tarde, Javi Mart¨ªnez le obligaba a realizar una estirada para despejar a c¨®rner un remate con su pierna derecha. A la tercera, en ese c¨®rner, lleg¨® la vencida. Yeste ejecut¨® el centro al ¨¢rea, y lo que aconteci¨® a continuaci¨®n, la imagen de Xavi y Keita impotentes ante el salto de Toquero, no fue sino la escenificaci¨®n de lo que estaba ocurriendo sobre el campo. El remate del delantero no encontr¨® respuesta en Pinto, y algo m¨¢s de la mitad de un abarrotado Mestalla alcanz¨® la gloria.
Hab¨ªan pasado s¨®lo 8 minutos, y los jugadores del Athletic hab¨ªan recibido otro est¨ªmulo, por si no contaban con los suficientes. Su presi¨®n no decay¨®. Y esa era una de las claves, el tiempo que aguantar¨ªan a ese ritmo. Claro que el Bar?a no ayudaba a que ese desgaste fuera mayor. El conjunto de Guardiola s¨®lo llegaba a adentrarse t¨ªmidamente en el campo rival, lo que facilitaba mucho la labor de la zaga rojiblanca. Sin duda las bajas eran un handicap, pero a¨²n m¨¢s lo era que Eto'o siguiera enclaustrado en la banda izquierda, donde pierde todo su potencial y limita al equipo. O que Bojan se mostrara impreciso las pocas veces que le llegaba el bal¨®n, m¨¢s pendiente de no recibir 'regalitos' de su marcador que del bal¨®n.
Pocas luces iluminaban a estas alturas de partido al Bar?a. Xavi, siempre dispuesto, y Messi, sabedor de que hoy no pod¨ªa borrarse del c¨¦sped ni por un instante. El argentino no defraud¨®, la busc¨®, lo intent¨® de todas las maneras, y comenz¨® a explotar otro de los peligros que acechaban al Athletic. Y es que jugando tan al filo de la legalidad como lo estaban haciendo los vascos en cada acci¨®n, hab¨ªa serio peligro de que el colegiado decidiera cortar por lo sano. Una entrada de Koikili a Lionel fue castigada con amarilla, y la 'repe' increment¨® las dudas sobre si el castigo debi¨® ser mayor. Antes tambi¨¦n la hab¨ªan visto David L¨®pez, tambi¨¦n por pasarse de revoluciones, y Yaya Tour¨¦.
El marfile?o, correcto una vez m¨¢s en el centro de la defensa, ve¨ªa continuamente obligado adelantar su posici¨®n para echar un cable a Xavi en la elaboraci¨®n. La media del Athletic lo ve¨ªa con complacencia, como un mal menor. Hasta que dej¨® de serlo. El Barcelona segu¨ªa sumido en un letargo del que no atinaba a despertar, se hab¨ªa cumplido la media hora de juego y hasta Silvinho calentaba ya en la banda. A Guardiola no le gustaba nada lo que pasaba, hasta que, como dec¨ªamos, Tour¨¦ emergi¨® como un coloso, dej¨® atr¨¢s a Llorente y a Javi Mart¨ªnez, y enganch¨® un derechazo que, tras rozar levemente en las piernas de Amorebieta, se col¨® haciendo in¨²til la estirada de Iraizoz. Un golazo al que no le hizo honor la celebraci¨®n, con peineta dedicada a los aficionados vascos.
Tras el tanto el Barcelona se sinti¨® algo m¨¢s c¨®modo. No se lo esperaba el Athletic, que no hab¨ªa pasado apenas apuros hasta entonces y ya ten¨ªa la vista m¨¢s puesta en la segunda parte. Alves tom¨® entonces posiciones, y comenz¨® a aparecer por su banda. Bastante como para tener entretenido al rival hasta el descanso. Incluso pudo hacer el brasile?o el segundo en un lanzamiento de falta que se march¨® fuera por poco.
Y entonces el f¨²tbol rein¨®
No sabemos con exactitud que les dijo Guardiola a sus pupilos en el descanso, pero la arenga debi¨® ser de aupa. Si la salida del Athletic en la primera mitad fue de infarto, no le fue a la zaga la del Bar?a en esta segunda parte. A su estilo claro, es decir, con f¨²tbol a raudales. En nueve minutos, el conjunto blaugrana se quit¨® de encima los nervios que le hab¨ªan mermado anteriormente y se impuso con la misma intensidad que lo hab¨ªa hecho su rival, pero con distintas armas. En ese tiempo tuvo el Bar?a hasta tres ocasiones claras de gol, y claro, este Bar?a no necesita tanto para hacer gol. Y menos Messi, el encargado de adelantar a su equipo tras recoger un rechace de Iraizoz a tiro de Eto'o, y colar el bal¨®n por el ¨²nico hueco posible entre el barullo reinante.
Lo que ocurri¨® a partir de ese momento fue demoledor. Tres minutos despu¨¦s del tanto de la 'Pulga', una jugada de libro, comandada por el propio Messi y nacida en las botas de Alves en el ¨¢rea de Pinto, fue culminada con una frialdad asombrosa, colocando el bal¨®n en la misma base del poste, donde Iraizoz no pod¨ªa llegar de ning¨²n modo. Eto'o, que completamente s¨®lo le reclamaba el bal¨®n, no pudo m¨¢s que rendirse al talento del menudo delantero.
Por si fuera poco, seis minutos despu¨¦s Xavi puso la puntilla con una espl¨¦ndida falta que se col¨® por la mism¨ªsima escuadra de la porter¨ªa defendida por un desangelado Gorka Iraizoz. Los jugadores del Athletic deb¨ªan estar frot¨¢ndose los ojos. En menos de veinte minutos hab¨ªan recibido un ba?o futbol¨ªstico de magno calibre. En tan breve per¨ªodo de tiempo, el sue?o de la ansiada Copa se hab¨ªa esfumado por completo. Para entonces Caparr¨®s ya hab¨ªa movido su banquillo, dando entrada a Ion V¨¦lez y Etxeberr¨ªa por Toquero y Orbaiz, pero ya no hab¨ªa soluci¨®n posible.
El Barcelona es mucho Barcelona remando contracorriente, y cuando lo hace a favor, es pr¨¢cticamente imparable. El encuentro s¨®lo tuvo un due?o a partir de ese momento, un due?o vestido de azulgrana y que impon¨ªa una ley de la que no hab¨ªa escapatoria, a la que han sucumbido los mejores equipos de Europa. El Athletic, fiel a su esp¨ªritu, no se rindi¨®. Hay clubes en los que el honor es casi tan importante como los t¨ªtulos, y sin duda el Athletic es uno de ellos. Con Yeste a¨²n sobre el campo, cualquier jugada a bal¨®n parado era susceptible de crear peligro, pero el Barcelona no ten¨ªa motivos para la duda. De ah¨ª al final el encuentro fue casi un mon¨®logo. Eto'o pudo incluso aumentar la diferencia, pero los unos bajaban los brazos seg¨²n se acercaba el final, y los otros comenzaban a guardar la ropa, que todav¨ªa quedan batallas por afrontar. El Barcelona se proclam¨® campe¨®n, y Guardiola puede al fin bien tranquilo decir que el mejor equipo del mundo tiene un t¨ªtulo en su haber.