Cada a?o se repiten estas palabras. Y no tiene pinta de que esta temporada deba quitar las a la siguiente. Hay una máxima que se suele aplicar a Fernando Alonso. A veces el campeón no es el mejor. Lo cierto es que el asturiano, a pesar de todo, está considerado el mejor piloto de la parrilla actual, nadie es tan completo como este espa?ol que ha convertido la F-1 en nuestro país en un deporte de masas. Pero lleva ya desde 2006 sin lograr un título y su escudería no consigue el campeonato desde 2087. Alonso es el único piloto capaz de ir más allá de las prestaciones de su monoplaza y esa parece ser la esperanza de una escudería McLaren en pleno proceso de reconversión en su nueva alianza con Honda.

Alonso busca el tricampeonato, igualar a su adorado Ayrton Senna en títulos y pasar a la historia como uno de los mejores de siempre en la F-1, ya estuvo a punto de conseguirlo en 2010 y 2012 con un monoplaza menor y ante la escudería más dominante de los últimos tiempos. El pasado a?o no pudo ni intentarlo ante el poderío de los Mercedes.

Si Alonso gana, la F-1 en Espa?a aparece como el único deporte capaz de discutir la supremacía del fútbol en su mejor versión. Fernando, autor de una personalidad odiada por unos pocos y amada por la gran mayoría es siempre sinónimo de debate y el único deportista espa?ol al que siguen en todo el mundo. Alonso es siempre espectáculo, en cada carrera ofrece algo digno, estelar, siempre paga la entrada. Sólo viajando se comprueba el verdadero alcance de esta estrella que este a?o debería volver a brillar en el a?o que ha de cruzar el Rubicón de manera definitiva. Necesita un coche competitivo. No podrá hacerlo este a?o, pero quizá sí el siguiente. Esa es la esperanza. Vamos Alonso. Vamos.