El pasado mes de octubre Netflix a?adi¨® a su cat¨¢logo Mindhunter, una serie creada por David Fincher (director de La Red Social o El Asombroso Caso De Benjamin Button, Seven o El Club de la Lucha). Y pese a que su acogida no fue tan instant¨¢nea y mete¨®rica como se ha dado en otros productos de Netflix, poco a poco la cr¨ªtica la va situando como una de sus mejores producciones.

La serie cuenta la historia de los agentes del FBI Holden Ford y Bill Tench -interpretados por Jonathan Groff y Holt McCallany respectivamente- que a mediados de los 70 comenzaron a entrevistar a asesinos en serie para intentar destapar otros casos. Y lo que es importante, est¨¢ basada -aunque con sus licencias- en una historia real, narrada en el libro Mind Hunter: Inside FBI's Elite Serial Crime Unit, escrito por el ex del FBI John E. Douglas, uno de los primeros en perfilar el t¨¦rmino de asesino en serie y que a su vez inspira completamente el papel de Ford.

En un ambiente tenso, los dos agentes van entrevistando a asesinos en serie. El primero de ellos es Ed Kemper, un tipo que asesin¨® al menos a 8 personas -entre ellas sus abuelos cuando solo ten¨ªa 15 a?os, y su madre despu¨¦s- y al que se acus¨® de matar y violar los cad¨¢veres de varias colegialas. Kemper, a quien las pruebas situaron con un cociente intelectual bastante elevado, llevaba a cabo una rutina realmente escalofriante con los cuerpos de sus v¨ªctimas, hasta el punto de ser uno de los casos m¨¢s horrorosos -aunque quiz¨¢ tambi¨¦n menos medi¨¢ticos- de la historia del crimen.

Pero en lo que respecta a la serie esta destaca por su vocaci¨®n por plasmar con la mayor similitud lo que fueron aquellas entrevistas entre el asesino y los agentes. Este v¨ªdeo compara fragmentos de grabaci¨®n real con otros de la ficci¨®n, donde Kemper es interpretado por Cameron Britton.

Kemper fue juzgado y aunque ¨¦l mismo pidi¨® la pena de muerte -antes hab¨ªa matado a su madre, le hab¨ªa cortado su cabeza, y hab¨ªa tirado sus cuerdas vocales a un triturador de basura por "todo lo que le gritaba" seg¨²n ¨¦l- sigue vivo ingresado en una instalaci¨®n para presos con problemas mentales porque en el momento de su condena el estado de California prohib¨ªa la pena de muerte.

El parecido entre realidad y ficci¨®n al extremo es algo que tambi¨¦n estamos viendo en la actualidad en otras series como American Crime Story, cuya primera temporada, basada en el crimen de O.J. Simpson, es otra muestra de trasladar un caso real a la pantalla de la forma m¨¢s fidefigna posible.