El pasado domingo cayeron en el Oc¨¦ano ?ndico los restos del cohete chino Long March 5B. Pese a que se especul¨® con numerosos lugares en los que podr¨ªan acabar las partes del proyectil, hasta pocas horas antes de su reentrada en la atm¨®sfera no se pod¨ªa saber con exactitud d¨®nde iban a terminar las piezas. 

Esta situaci¨®n de alarma provoc¨® cr¨ªticas por parte de la NASA: "Est¨¢ claro que China no est¨¢ cumpliendo con los est¨¢ndares responsables con respecto a su basura espacial", afirm¨® en un comunicado Bill Nelson, administrador de la agencia espacial norteamericana. 

Otras amenazas

Pero no es la primera vez que un suceso de estas caracter¨ªsticas 'amenaza' a la Tierra. Sin ir m¨¢s lejos, el a?o pasado una de las piezas m¨¢s grandes de basura espacial incontrolada pas¨® directamente sobre Los ?ngeles y Nueva York antes de aterrizar en el Oc¨¦ano Atl¨¢ntico. 

En 1975 cayeron piezas del cohete Skylab, en 1979 lo hicieron restos de la estaci¨®n espacial Skylab de la NASA, mientras que en 1991 fue el turno de la estaci¨®n Salyut 7 de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Asimismo, se podr¨ªa incluir en esta lista al transbordador Columbia, ya que en 2003 la NASA perdi¨® el control en su descenso al volver a la Tierra. 

Gran cantidad de basura espacial

Pese a ello, suelen ser hechos aislados, dado que las agencias espaciales mundiales han tratado generalmente de evitar dejar grandes objetos en ¨®rbita. El motivo se debe a que tienen el potencial de volver a entrar en la atm¨®sfera de la Tierra y pueden descontrolarse, como ha ocurrido en el caso del proyectil chino. 

Se calcula que sobre nuestro planeta hay una nube de m¨¢s de 9.000 toneladas de basura espacial, el equivalente al peso de 720 autobuses escolares. Se trata de una gran cantidad de objetos girando en ¨®rbita sin control, entre los que se incluyen propulsores de cohetes gastados o sat¨¦lites muertos.