El pasado 13 de marzo Pedro S¨¢nchez declaraba el primer estado de alarma a causa del coronavirus. Ese mismo d¨ªa Rosal¨ªa, una mujer de 42 de Ourense, empez¨® a notar los primeros s¨ªntomas de un virus del que por entonces apenas ten¨ªamos informaci¨®n. Hoy, m¨¢s de 200 d¨ªas despu¨¦s, contin¨²an tanto el estado de alarma (tras un largo par¨®n) y los s¨ªntomas de Rosal¨ªa.

Sin embargo, en el caso de esta mujer no ha dejado de padecerlos desde el primer momento. La presencia de este "COVID persistente" hace que su marido y su hijo de 12 a?os tengan que cuidarla. En una charla con la agencia EFE reconoce que se siente "como una persona de 70 a?os". Tiene que tomar medicaci¨®n a diario, hasta "16 pastillas", no puede trabajar, sufre insomnio y alopecia las dificultades para realizar las labores de la casa le hacen pensar en "contratar a alguien".

Sin embargo, las complicaciones no le hacen tirar la toalla y conf¨ªa en que los m¨¦dicos consigan dar con un tratamiento que le haga "salir del hoyo" en el que se encuentra desde la primera ola del virus. "Hemos probado diferentes tratamientos. Pero nada", lamenta.

Inicio de los s¨ªntomas

En los primeros compases de la pandemia, asegura Rosal¨ªa, no se realizaban ni una cuarta parte de las pruebas que ahora se hacen. La gravedad de los s¨ªntomas, con dolor muscular y de garganta, febr¨ªcula y una sensaci¨®n de ahogo le hicieron pensar que no sobrevivir¨ªa. "Va a venir mi hijo al sal¨®n y me va a encontrar muerta", pensaba Rosal¨ªa.

Un un primer momento no le hicieron la prueba, pues los m¨¦dicos consideraban que pod¨ªa padecer ansiedad, y no fue a los 14 d¨ªas cuando finalmente se ha realizaron por el positivo de su marido, Guardia Civil. Pasaron los d¨ªas y, sin embargo, los s¨ªntomas persist¨ªan: insomnio, n¨¢useas, diarrea, mareos y ca¨ªda de pelo.

"Estuve cuatro d¨ªas muy mal, tumbada, sin poder moverme, llorando y desquiciada", recuerda sobre los primeros d¨ªas de la enfermedad. "Cada d¨ªa noto un s¨ªntoma, en 230 d¨ªas puedo decir que no he tenido uno bueno".

Antes de que el virus le atacara, Rosal¨ªa era una mujer activa, "practicaba deporte a diario, y ahora no soy capaz de caminar un kil¨®metro al d¨ªa. El SARS-CoV-2 ha condicionado mi vida. No puedo moverme, leo y me olvido de las cosas, tengo secuelas".

Indignada ante los irresponsables

Tras m¨¢s de medio a?o con los s¨ªntomas, considera "injusto" que haya gente que todav¨ªa no se tome la enfermedad en serio. "Me indigna que haya gente que no sea responsable. Puedes contagiar a alguien".

Como bien recuerda Rosal¨ªa, "hay negocios que no se van a poder recuperar y eso les da igual" a aquellos que minimizan la gravedad del coronavirus. Ella, mientras, se limita a seguir "a rajatabla" los tratamientos que le dan, con la esperanza de volver a la vida que ten¨ªa, con una familia "maravillosa" y unos amigos que le apoyan "desde el minuto uno".

M¨¢s de 50.000 casos en Espa?a

Desde la Sociedad Espa?ola de M¨¦dicos Generales y de Familia (SEMG) se ha puesto en marcha un proyecto de colaboraci¨®n con colectivos auton¨®micos de COVID persistente con el fin de aportar algo de luz a la situaci¨®n de estos pacientes, que en Espa?a podr¨ªan ser m¨¢s de 50.000.

El documento impulsado por esta organizaci¨®n define el t¨¦rmino como el "complejo sintom¨¢tico multiorg¨¢nico que afecta a aquellos que han padecido la covid-19, bien sea con diagn¨®stico confirmado o sin ¨¦l, y que permanecen con sintomatolog¨ªa tras la considerada fase aguda".