CORONAVIRUS

Una joven denuncia que le diagnosticaron c¨¢ncer tarde por culpa del coronavirus

TWITTER / @OlatzVazquez

Los m¨¦dicos afirmaban a Olatz V¨¢zquez que no ten¨ªa nada grave y retrasaron su gastroscopia. Ahora lucha contra un c¨¢ncer g¨¢strico con met¨¢stasis abdominal.

Olatz V¨¢zquez, de 26 a?os, ha narrado en su cuenta de Twitter el largo calvario que ha sufrido hasta descubrir que sufre c¨¢ncer g¨¢strico con met¨¢stasis abdominal, as¨ª como la dificultad que conlleva recibir una noticia as¨ª sin poder sentir el apoyo cercano de la familia debido a las medidas de seguridad impuestas para luchar contra la COVID-19.

Hace un a?o y medio, aproximadamente, la joven periodista y fot¨®grafa comenz¨® a sentir dolor en el abdomen, muchas veces agudo. Sin embargo, debido a su edad, los m¨¦dicos no le daban demasiada importancia. Reiteraban en que no era grave, que pod¨ªa ser celiaqu¨ªa, gastritis, "flojera extrema" o una enfermedad p¨¦lvica inflamatoria. Incluso llegaron a afirmar que pod¨ªa estar confundiendo dolores abdominales con los menstruales.

Pero Olatz sab¨ªa que algo no iba bien, por lo que en febrero de 2020 pide la baja en el trabajo y se traslada a casa, en Euskadi. "Anal¨ªtica: un poco de anemia y la B-12 baja. Nada relevante. O por lo menos no para los m¨¦dicos que me atend¨ªan", revela. Adem¨¢s de esto, le dan hora para realizarse una gastroscopia el 22 de abril, aunque el m¨¦dico insiste en que no hay de qu¨¦ preocuparse.

La COVID-19 alarga la incertidumbre

Al fin hab¨ªan accedido a hacer una prueba importante que desvelar¨ªa lo que tiene. Pero el 20 de marzo de 2020 recibe una llamada. "Debido a la alerta sanitaria hemos decidido retrasar tu gastroscopia al 9 de junio", le dicen desde el otro lado del tel¨¦fono. Olatz pide que reconsideren esta decisi¨®n, pero desde el centro le aseguran haber estudiado su historial cl¨ªnico. "T¨² no tienes nada grave", concluyen.

La realidad es otra, pues mientras espera la prueba, la joven acaba dos d¨ªas en Urgencias. En una le diagnostican "flojera extrema". En la otra, "tras una placa, dos ecograf¨ªas y un TAC, una enfermedad p¨¦lvica inflamatoria". Entonces, la derivan a ginecolog¨ªa, donde le dicen: "Olatz, no s¨¦ lo que tienes, pero una enfermedad p¨¦lvica inflamatoria no".

Llega el 9 de junio. "Por fin la gastroscopia. Pienso que esa prueba marcar¨ªa el final de un a?o y medio de constantes molestias, dolores y malestar", expresa. Sin embargo, la angustia aumenta: "Olatz, hemos encontrado varias ¨²lceras tumorizadas en tu est¨®mago". Al preguntar si tiene c¨¢ncer, le responden que hay esperar a hacer la biopsia, pero que "su aspecto no era bueno". Entonces, sinti¨® un c¨²mulo de sentimientos: "Salgo de la consulta. Me caigo al suelo. Grito. Lloro. Rabia, impotencia, dolor".

Y la semana siguiente se confirman las peores noticias. "Me confirman el diagn¨®stico: es maligno y hay que meterme a quir¨®fano para ver si me lo pueden extirpar, pero ya es demasiado tarde. Ha habido met¨¢stasis y me mandan a oncolog¨ªa", cuenta en El Confidencial.

Incomprensi¨®n

"M¨¢s de dos meses despu¨¦s y dos ciclos de quimioterapia a mis espaldas, todav¨ªa no entiendo c¨®mo el factor joven es determinante para descartar si tienes una enfermedad grave", lamenta Olatz.

No obstante, tambi¨¦n es consciente de que la pandemia ha influido en la demora del diagn¨®stico, por lo que critica que no deber¨ªan descuidarse enfermedades como esta: "La COVID-19 est¨¢ ah¨ª, pero el c¨¢ncer tambi¨¦n, y un diagn¨®stico precoz es la mejor cura para esta enfermedad".

Soledad

Una de las peores consecuencias de la COVID-19 ha sido no poder acercarnos a nuestros seres queridos siempre que quisi¨¦ramos. Pero en el caso de Olatz fue mucho peor. Durante su primer d¨ªa de quimioterapia en el hospital, no pudo estar acompa?ada por su madre, ni siquiera por los voluntarios que generalmente te ayudan en la primera sesi¨®n. "La m¨¢quina, la sala, todo me resultaba extra?o, me sent¨ª muy abandonada. A mi madre le dijeron que no se pod¨ªa quedar, empezamos a llorar y no ten¨ªa su apoyo psicol¨®gico durante la sesi¨®n", relata. Esa falta de compa?¨ªa ha sido para ella "lo m¨¢s duro y el reflejo m¨¢s claro de la COVID-19".

Tambi¨¦n ha tenido que renunciar a la visita de sus amigos: "Una de las cosas m¨¢s duras es que no puedo dar brazos ni besos. Tengo una burbuja social super estricta y ellos tambi¨¦n se cuidan porque saben que pueden hacerme mucho da?o". Por eso, lanza una petici¨®n a los que no cumplen con las medidas de seguridad: "Les pedir¨ªa que no sean tan ego¨ªstas, es muy goloso quedar con tus amigos y hacer fiestas. Estamos en una situaci¨®n muy excepcional y afecta a toda la ciudadan¨ªa, especialmente a las personas inmunodeprimidas".

Afortunadamente, ha encontrado apoyo en la Asociaci¨®n Espa?ola Contra el C¨¢ncer, desde donde le han proporcionado una psic¨®loga con la que hace videollamadas y le han ofrecido ayuda en lo que necesite.

Valora una denuncia por negligencia m¨¦dica

Respecto al grave error cometido por los m¨¦dicos en su diagn¨®stico, ha manifestado que a¨²n no ha decidido si los denunciar¨¢: "Todav¨ªa estoy valorando si tomar medidas por posible negligencia, pero es complicado en medio de una alerta sanitaria".

De momento, lo que ha hecho ha sido solicitar el traslado al Vall d'Hebron, donde ha encontrado un rayo de luz: "Nadie me ha prometido que me vaya a curar, aunque no me lo han puesto tan negro porque no hay ¨®rganos afectados, as¨ª que tengo esperanza".