Estados Unidos sigue siendo el pa¨ªs con m¨¢s casos de Coronavirus en el mundo, rondando los 105.000 infectados entre sus fronteras y muy por delante de Italia y China, segundo y tercero respectivamente. El pa¨ªs norteamericano se tambalea mientras su sanidad -privada- hace estragos entre tambores de saturaci¨®n.

Ante esa tesitura el presidente, Donald Trump, que aseguraba no ser "un pa¨ªs que nacionaliza sus empresas", tuvo que dar marcha atr¨¢s y hacer, justo, lo que dijo que no iba a hacer. Intervenir a una gigante como General Motors, a la que Trump dedic¨® p¨²blicamente unas duras palabras, se?al¨¢ndola de no estar cooperando. La tensi¨®n Casa Blanca-General Motors ha alcanzado su cota m¨¢xima.

El Presidente ha invocado la ley de Producci¨®n de Defensa, un escrito que se remonta a la guerra de Corea y que obliga a General Motors a fabricar respiradores. "Nuestra pelea contra el virus es demasiado urgente como para permitir que contin¨²en (las negociaciones con la empresa) su curso normal. General Motors estaba perdiendo tiempo", dice el Gobierno en un comunicado.

No terminaban ah¨ª las advertencias. "?General Motors debe abrir inmediatamente su est¨²pidamente abandonada planta de Lordstown en Ohio y empezar a fabricar respiradores ya!", insist¨ªa el presidente, aludiendo a una enorme planta que la compa?¨ªa ha cerrado en el Medio Oeste del pa¨ªs. Pero, el dem¨®crata Ohio Sherrod Brown sali¨® al paso para recordarle un peque?o detalle: "General Motors vendi¨® su planta de Lordstown a una compa?¨ªa de camiones el¨¦ctricos, algo que el presidente deber¨ªa saber si le importan tanto los trabajadores". No ha respondido Trump.

La ley de Producci¨®n de Defensa fue aprobada en 1950, al incio de la guerra de Corea. Autoriza al Estado a obligar a las empresas a realizar contratos necesarios para la defensa nacional, as¨ª como forzar a la industria a expandir la producci¨®n y la oferta de recursos b¨¢sicos e imponer controles de salarios y precios.