La pandemia de coronavirus avanza y con ella las restricciones de los pa¨ªses al movimiento de personas en sus ciudades y espacios a¨¦reos con vistas a contener la propagaci¨®n del pat¨®geno. Las medidas afectan a los extranjeros que tratan de volver a sus lugares de origen, al cobijo de lo conocido y de su gente. Por supuesto, entre ellos hay ciudadanos espa?oles que, ya sea por ocio o por trabajo, se encontraban fuera del pa¨ªs cuando todo ha saltado por los aires.

Es el caso, por ejemplo, de un grupo de m¨¦dicos madrile?os que est¨¢ viviendo un calvario para salir de Filipinas. Alberto S¨¢nchez, Carlos Rodr¨ªguez e Izaskun Mahave terminaron recientemente su MIR y decidieron hacer un viaje a oriente. Ellos son ¡°la pr¨®xima generaci¨®n que se va a incorporar al Sistema Nacional de Salud¡±, pero se sienten desatendidos. La crisis les ha pillado en Ceb¨², una de las grandes islas de las miles que conforman el archipi¨¦lago filipino. Desde all¨ª, cuentan su historia a AS.

Recapitulemos. El domingo el Gobierno filipino, encabezado por Rodrigo Duterte, anuncia que desde el lunes impondr¨¢ la cuarentena en Manila (isla de Luz¨®n), cuyo ¨¢rea metropolitana ya hab¨ªa sido cerrada a cal y canto antes para tratar de frenar, sin ¨¦xito, los contagios, que este martes ascend¨ªan a 187 con 40 fallecidos (hace diez d¨ªas hab¨ªa s¨®lo seis casos) en todo el pa¨ªs.

Entonces el grupo, al que se a?aden Ander Ugarteburu y Henar Uriarte, pareja de vizca¨ªnos, decide trasladarse de Mala Pascua a Ceb¨², que cuenta con aeropuerto internacional. El trayecto es largo: ¡°una hora en barco y otras cuatro o cinco de autob¨²s¡±. Se ponen en contacto con la Embajada. Comprar unos billetes para ¡°salir cuanto antes¡± es la sugerencia que reciben. Los vuelos a Espa?a y su periferia est¨¢n agotados. No les queda m¨¢s remedio que contratar uno que sale el 22 de marzo para Se¨²l, capital de Corea del Sur, uno de los pa¨ªses m¨¢s afectados en la regi¨®n (8.320 casos y 81 muertos este martes) pero tambi¨¦n uno de los que est¨¢ consiguiendo mejorar su situaci¨®n sensiblemente en los ¨²ltimos d¨ªas. La demanda es tal que ¡°cuatro horas despu¨¦s ya s¨®lo se puede volar all¨ª el 24 de marzo¡±. Y falta un enlace con Europa. Encuentran una opci¨®n v¨ªa Dub¨¢i. Dura poco. Este martes se lo cancelan.

Informaci¨®n err¨®nea

No desfallecen. Vuelven al aeropuerto. ¡°Cinco o seis horas despu¨¦s¡± consiguen modificar su trayectoria para llegar hasta Londres. La Embajada corta el canal de comunicaci¨®n por Whatsapp que ten¨ªa abierto con ellos hasta entonces. ¡°Nos daban informaci¨®n a trav¨¦s de Facebook y Twitter¡±. Pero no todo lo exacta que deber¨ªa ser. ¡°Nos dicen que el aeropuerto de Qatar est¨¢ cerrado y es falso. Tambi¨¦n que el de Ceb¨² iba a cerrar en 72 horas, cuando no era cierto¡±, cuentan, y afirman que eso contribuy¨® a generar ¡°un p¨¢nico infundado¡±.

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El comportamiento de la legaci¨®n no les infunde confianza, por lo que rechazan la opci¨®n que les proponen de tomar un avi¨®n militar supuestamente fletado por ellos en Ceb¨² con destino Manila: ¡°Para empezar nos enteramos de que el avi¨®n lo fleta la Oficina de Turismo de Ceb¨². ?nicamente cab¨ªan 150 personas para una lista de espera de 300. Y solamente te pod¨ªas montar pagando una tasa que por lo visto era bastante importante, aunque no sabemos el importe exacto, y si ten¨ªas un vuelo contratado desde Manila en las siguiente 72 horas. Lo rechazamos porque no ten¨ªamos nada contratado en esas 72 horas y tampoco hab¨ªa ning¨²n tipo de confirmaci¨®n respecto a de d¨®nde sal¨ªa ese avi¨®n¡±.

¡°En esas estamos. No nos han dado ning¨²n tipo de soluci¨®n y lo ¨²nico que nos han comentado es que las embajadas europeas est¨¢n negociando una salida, pero que va para largo y no preve¨ªan ning¨²n tipo de repatriaci¨®n. Que al ser un mercado liberalizado, las aerol¨ªneas tienen derecho a cancelar los vuelos por baja demanda¡±, concluyen.

Mientras tanto, el dinero empieza a escasear, pero se sienten afortunados de tener refugio en hoteles y apartamentos. En el Puerto Libre de Clark, al noroeste de Manila, cuentan que a los espa?oles ya no les dejan alojarse en los establecimientos hoteleros. Como ellos, se calcula que unos 300 nacionales pueden estar atrapados en el archipi¨¦lago filipino. El Gobierno ha asegurado hasta ahora que los ciudadanos en el extranjero no tendr¨¢n problemas para entrar en Espa?a. Pero primero hay que llegar hasta la pen¨ªnsula. Alberto, Carlos, Izaskun, Ander y Henar, que est¨¢n citados ¡°en algo m¨¢s de un mes¡± en el Ministerio de Sanidad para elegir ¡°la plaza, la especialidad y el hospital¡± en el que continuar sus carreras m¨¦dicas, se desviven para conseguirlo. Tienen miedo. Y con raz¨®n.

Tiradas en Guatemala

A m¨¢s de 15.000 kil¨®metros de distancia, en Guatemala, vive una situaci¨®n pr¨¢cticamente id¨¦ntica otra m¨¦dica madrile?a, Natalia Gordillo. Ella, otra m¨¦dica de vocaci¨®n que acaba de terminar el MIR y est¨¢ all¨ª en un grupo de 11 espa?oles, iba a volver a Espa?a el mi¨¦rcoles pasado, pero la escala era en Miami y se cancel¨®.

La cronolog¨ªa es la siguiente: ante el cariz que tomaba la situaci¨®n, pidieron ayuda a la agencia de viajes que hab¨ªan contratado, Ex¨®tica, y en la madrugada del lunes, el gu¨ªa que tienen all¨ª les llam¨® para decirles que saldr¨ªan ese mismo d¨ªa. Horas despu¨¦s, y con seis infectados en el pa¨ªs, el presidente Alejandro Giammattei anunci¨® el cierre de fronteras a partir de las 12:00 del lunes.

¡°Fue como s¨¢lvese quien pueda. Cre¨ªamos que ten¨ªamos vuelo, pero cuando llegamos al mostrador de American Airlines result¨® que no s¨®lo no ten¨ªamos billetes porque la agencia no lo hab¨ªa gestionado bien, sino que, como llegamos el 8 de marzo, no llev¨¢bamos 15 d¨ªas en el pa¨ªs as¨ª que no pod¨ªamos hacer escala en Estados Unidos. Empezamos a buscar vuelos en otras aerol¨ªneas y nada. Llam¨¦ a la embajada y la opci¨®n era irme en buseta a M¨¦xico. En principio nos pareci¨® bien, pero luego lo pensamos y no ¨ªbamos a ir all¨ª, con lo peligroso que es, sin ninguna garant¨ªa, por nuestra cuenta. Como tenemos el hotel pagado dos noches, seguimos aqu¨ª, que ya hay cuarentena, intentando salir¡±, relata Natalia, que se encuentra en el pa¨ªs centroamericano con tres amigas.

¡°Por lo que he hablado con la Embajada, en Honduras y un mont¨®n de sitios la gente se ha quedado igual¡±, avisa. Le da miedo que, si se contagian all¨ª, no tengan ninguna asistencia. Y lanza un SOS: ¡°Que nos saquen de aqu¨ª¡±. El ep¨ªlogo servir¨ªa para titular una pel¨ªcula de aventuras, y no de las divertidas precisamente: ¡°Atrapadas en Guatemala¡±.