PSICOLOG?A

La salud mental empieza a tomarse en serio en la 谷lite deportiva

La NBA ha tomado la decisi車n de imponer a cada club un psic車logo para tratar problemas mentales, una situaci車n que cada vez va m芍s en aumento.

Ethan Miller

La depresi車n no es f芍cil de tratar, ni de diagnosticar, ni de contar. Por eso la confesi車n de Liz Cambage es tan importante. Por eso que una jugadora de primera nivel confiese en una carta que est芍 de baja por problemas mentales es clave para avanzar en los cuidados que los deportistas de 谷lite necesitan. Y aunque la NBA ha dado el paso para que los equipos masculinos cuenten con un psic車logo, se pregunta la jugadora de Las Vegas Aces, por qu谷 en la WNBA no han pensado que tambi谷n son necesarios.

Y es que entre las medidas que la NBA quiere adoptar esta nueva temporada que empieza en oto?o, estar pendientes de la salud mental de los jugadores, tanto veteranos como novatos, y contar con un psic車logo en cada equipo, es clave. Una maner de evitar no s車lo mayores problema, sino tratar los problemas mentales como lo que son, enfermedades, donde un m谷dico es necesario. Y sin tab迆es.

John Lucas, asistente de los Houston Rockets, ha contado c車mo el 40 % de los jugadores sufre alguna enfermedad mental, pero s車lo el 5% pide ayuda. Y si uno escucha a los jugadores que han confesado sus problemas, o han alzado la voz en esta l赤nea, el dato se queda hasta corto.

Kevin Love ha confesado en varias ocasiones estas situaciones. Igual que Pau Gasol. O Edurne Pasab芍n. Incluso ?lex Abrines ha superado una depresi車n y lo ha contado. Duras situaciones que deber赤an hacernos pensar a todos que aunque sea la 谷lite del deporte, la presi車n, las metas, los sue?os, el deseo de estar al 1000 por 1000 es mayor en muchas ocasiones que el poder de nuestra mente. Y cuando 谷sta estalla, necesita muchos cuidados.

Y, sobre todo, espacio. Cero presi車n, como cuando un jugador se lesiona y al d赤a siguiente se habla ya de plazos de vuelta, no todo el mundo puede con esa losa en los entrenamientos. O cuando se acaba un contrato y no se vislumbra otro. O un mal partido, o un despido, incluso al rev谷s, de repente estar en boca de todos. No es f芍cil gestionar esa presi車n.