El meticuloso proceso para validar los r¨¦cords de surf en olas gigantes
Cada temporada, varios surfistas se atribuyen un nuevo r¨¦cord del mundo. Casi nunca se validan. ?C¨®mo miden los organismos oficiales dichas olas de r¨¦cord?
El surf de olas gigantes no es solo un deporte extremo, es un espect¨¢culo que desaf¨ªa las leyes de la f¨ªsica. Pero, ?c¨®mo se determina si una ola es realmente digna de un r¨¦cord mundial? Aunque muchos surfistas aseguran haber cabalgado las olas m¨¢s grandes jam¨¢s vistas, validar estos reclamos es un proceso extremadamente complejo que combina tecnolog¨ªa, ciencia y un poco de pol¨ªtica entre los gigantes del surf.
La validaci¨®n oficial de los r¨¦cords recae principalmente en organizaciones como la World Surf League (WSL) y los Big Wave Awards. Bill Sharp, director de estos premios, explica que el desaf¨ªo radica en la naturaleza ef¨ªmera de las olas gigantes: ¡°Puedes medir el Monte Everest todos los d¨ªas del a?o durante siglos y nunca cambia. Pero una ola gigante existe solo por unos segundos, y despu¨¦s desaparece para siempre¡±. Este car¨¢cter fugaz convierte la medici¨®n de una ola en un verdadero rompecabezas. As¨ª lo explican en Los Angeles Times tras el posible r¨¦cord de Slebir en Mavericks.
1. La recopilaci¨®n de pruebas visuales
El primer paso es obtener evidencias claras: fotos o v¨ªdeos que documenten la ola y la posici¨®n del surfista en ella. La mayor¨ªa de las im¨¢genes provienen de fot¨®grafos especializados, c¨¢maras de drones o incluso grabaciones de aficionados, pero no todas cumplen con los est¨¢ndares requeridos.
Una vez seleccionadas las im¨¢genes, entra en juego la fotogrametr¨ªa, un m¨¦todo que permite medir objetos a partir de fotograf¨ªas. El principio es simple en teor¨ªa: se analiza el tama?o del surfista y se compara con la altura de la ola. Si el surfista mide 1,80 metros y la ola parece ser 15 veces m¨¢s alta, el c¨¢lculo inicial indicar¨ªa una ola de 27 metros. Sin embargo, el proceso est¨¢ lejos de ser tan directo.
2. Medir al surfista
Un aspecto crucial es determinar con precisi¨®n la altura del surfista, ya que cualquier error, por peque?o que sea, puede alterar significativamente el resultado. ¡°No basta con conocer la altura declarada del surfista¡±, se?ala Sharp. ¡°Debemos medirlo personalmente y en diferentes posturas, simulando las posiciones reales que adopt¨® durante la ola¡±.
Para ello, se utiliza un sistema de cuadr¨ªcula colocado en una pared, donde el surfista se posiciona mientras es grabado. De esta manera, los expertos logran capturar las proporciones exactas, incluso considerando inclinaciones y posturas din¨¢micas.
3. Identificar los l¨ªmites de la ola
Determinar la altura de una ola no es tan sencillo como parece. Aunque el punto m¨¢s alto suele ser evidente en las im¨¢genes, encontrar el punto m¨¢s bajo puede ser un desaf¨ªo. ?D¨®nde termina el agua plana y comienza la pendiente ascendente de la ola? Este detalle, aparentemente insignificante, puede generar debates acalorados entre los jueces.
La perspectiva desde la que se toma la foto tambi¨¦n juega un papel clave. Una imagen tomada desde una playa a nivel del mar puede diferir dr¨¢sticamente de una tomada desde un dron o desde una colina cercana. Para contrarrestar estas distorsiones, se emplean referencias geogr¨¢ficas o marcas visibles en el entorno, como acantilados o boyas.
4. El an¨¢lisis colectivo
Una vez recopiladas y analizadas las pruebas, se convoca un panel de expertos que incluye surfistas veteranos, cient¨ªficos y fot¨®grafos especializados. Este grupo, a menudo llamado ¡°conclave¡±, se re¨²ne en un lugar cerrado para revisar cada detalle de las im¨¢genes y los v¨ªdeos. ¡°Es como elegir un nuevo papa¡±, bromea Sharp. La deliberaci¨®n puede durar semanas, ya que los jueces deben garantizar que el resultado sea lo m¨¢s objetivo y preciso posible.
Pero incluso con todas estas medidas, el proceso no est¨¢ exento de controversias. ¡°Siempre hay facciones regionales que luchan por sus propios h¨¦roes locales¡±, admite Sharp. Ciudades como Nazar¨¦ (Portugal), Mavericks (California) o Jaws (Haw¨¢i) compiten ferozmente por ser consideradas la meca de las olas gigantes.
El r¨¦cord actual lo ostenta el alem¨¢n Sebastian Steudtner, quien en 2022 cabalg¨® una ola de 86 pies (26,2 metros) en Nazar¨¦. Sin embargo, surfistas como Alessandro Slebir, quien recientemente mont¨® una ola monumental en Mavericks, esperan que su haza?a sea reconocida en la pr¨®xima reuni¨®n del panel de expertos.
La pr¨®xima revisi¨®n de r¨¦cords tendr¨¢ lugar en septiembre, y hasta entonces, las comunidades del surf seguir¨¢n discutiendo, so?ando y prepar¨¢ndose para las olas que a¨²n est¨¢n por venir. Como dir¨ªa cualquier surfista, la verdadera magia de una ola no est¨¢ en su altura, sino en el desaf¨ªo de cabalgarla hasta el final.
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