Carlos Gauna: ¡°Casi fui tragado por una ballena¡±
El youtuber The Malibu Artist cambia el dron y los tiburones por el buceo y las ballenas: ¡°S¨¦ que atesorar¨¦ esta experiencia mientras viva¡±.
En el reino de la grandeza natural hay pocos lugares tan cautivadores como la Bah¨ªa de Magdalena, en la costa de Baja California, M¨¦xico. Hasta all¨ª se ha sumergido Carlos Gauna, m¨¢s conocido como The Malibu Arist. Acostumbrados a verle grabando en dron a surfistas y tiburones, desde luego este ha sido un cambio sustancial en el punto de vista de sus v¨ªdeos, que no en la tem¨¢tica, que sigue siendo la vida marina y su interacci¨®n con las personas.
El objetivo de Gauna era esta vez presenciar y capturar las fascinantes bait balls: cuando los peces peque?os nadan en una densa formaci¨®n esf¨¦rica como medida defensiva ante depredadores. Como siempre, con su narraci¨®n acompa?ando, reflexiona sobre ¡°qu¨¦ define una aventura¡± y anticipa: ¡°D¨¦jenme contarles sobre la vez que casi fui tragado por una ballena¡±.
Para lograr la foto que quer¨ªa su rutina diaria implic¨® inmersiones a diario buscando esas bait balls que convierten a la Bah¨ªa de Magdalena en un lugar de referencia mundial para buceadores y/o investigadores. Durante sus inmersiones disfruta desde el baile del Mahi Mahi hasta la velocidad rel¨¢mpago de los Marlins.
Finalmente llega el cl¨ªmax de esta odisea marina con un invitado inesperado: el rorcual de Bryde o rorcual de ojos grandes. El artista describe as¨ª el encuentro: ¡°Nunca en mi vida imagin¨¦ experimentar un momento as¨ª. Tuve un asiento de primera fila para uno de los mayores espect¨¢culos de la naturaleza¡±.
En paralelo, los peces forman ese bait ball que andaba buscando justamente a su alrededor, quedando completamente rodeado de peces y del rorcual. El artista lo aprovech¨® para tirar fotos, pero no fue consciente de lo que hab¨ªa vivido hasta que otro fot¨®grafo le captur¨® inmerso entre los peces. Con todo, afirma que ¡°s¨¦ que atesorar¨¦ esta experiencia mientras viva¡±.
Como es habitual en sus v¨ªdeos, Gauna concluye con una reflexi¨®n conmovedora sobre el delicado equilibrio del oc¨¦ano y la necesidad urgente de proteger su belleza.