Ara?azo de Evenepoel

El esprint de la Vuelta se llama Kaden Groves. El australiano de 24 a?os gan¨® por segundo d¨ªa consecutivo, esta vez en una volata m¨¢s limpia que en la jornada anterior, por delante de un intruso inesperado, Filippo Ganna, el brillante contrarrelojista del Ineos que se puso eventualmente el traje de velocista con permiso de su jefe, Geraint Thomas. Y no anduvo lejos de conseguirlo. El Alpecin trabaj¨® durante todo el recorrido en favor de Groves, que no desaprovech¨® la oportunidad en Burriana. El trazado ofrece entre cinco y siete opciones de llegadas masivas, que no son tan pocas como cuelga el sambenito de la carrera, m¨¢s de un 25 por ciento. El equipo belga las tiene bien anotadas. Y, de momento, celebra el pleno. Dos de dos.

El trayecto propon¨ªa, por segundo d¨ªa seguido, el cl¨¢sico guion de una etapa llana: escapada imposible, riesgo de abanicos y ca¨ªdas, y final al esprint. Pero antes de partir de Morella, esa bella localidad que vio ganar a Roberto Heras y Denis Menchov a primeros de siglo, hubo que hacer recuento de los heridos de la jornada anterior. La montonera que se produjo en las proximidades de Tarragona ha dejado fuera de combate a Kobe Goossens, Bryan Coquard y Ruben Guerreiro, que tuvieron el pundonor de cruzar la meta el martes a pesar de sus respectivas fracturas, confirmadas despu¨¦s en la enfermer¨ªa. El abandono de Guerreiro golpea directamente a uno de los gallos, Enric Mas, que pierde al colega asignado para acompa?arle en la monta?a. El capo principal, Remco Evenepoel, tambi¨¦n anda con problemas en su ej¨¦rcito: Louis Vervaeke y Andrea Bagioli rodaron descolgados, a pesar del poco impulso del pelot¨®n, para recuperar la salud despu¨¦s de una mala noche. Esos virus misteriosos.

Hubo una fuga, s¨ª, pero casi simb¨®lica. Eric Fag¨²ndez, uruguayo del Burgos-BH, rod¨® en solitario 120 kil¨®metros, en un viaje a ninguna parte que estaba condenado desde su arrancada. Si ya es dif¨ªcil que en una etapa as¨ª llegue un grupo de escapados, mucho m¨¢s lo es una aventura en soledad. Fag¨²ndez lo sab¨ªa. Su director, Rub¨¦n P¨¦rez, tambi¨¦n. De hecho, estuvieron tentados de echar el freno, como hab¨ªa hecho un poco antes Sean Quinn, pero finalmente decidieron tirar adelante. El ciclismo se mueve en otros intereses m¨¢s all¨¢ de la victoria. Mostrar una buena imagen, lucir el patrocinador, la presencia en el podio como combativo del d¨ªa y ser agradecido con la invitaci¨®n de La Vuelta son motivos sobrados para hacer el esfuerzo.

La cabalgada de Fag¨²ndez expir¨® en el Collado de Ibola, la ¨²nica dificultad monta?osa de la jornada, donde tuvo durante un rato otro compa?ero de viaje, Eduardo Sep¨²lveda, que salt¨® por detr¨¢s para consolidar su maillot de la Monta?a. Un uruguayo y un argentino, rueda a rueda. Dos nacionalidades menos cl¨¢sicas en el ciclismo profesional. Curiosamente, este a?o participan ciclistas de cinco pa¨ªses de Sudam¨¦rica. Adem¨¢s de los tradicionales colombianos, tambi¨¦n hay representaci¨®n del Ecuador y Venezuela. El pelot¨®n se expande.

La subida a Ibola mostr¨® por primera vez en punta del grupo a los capitanes, especialmente al equipo Jumbo y a Evenepoel, que no quisieron sorpresas y enfilaron el descenso en vanguardia. La presencia del maillot rojo tuvo una segunda aparici¨®n posterior, m¨¢s caliente a¨²n, cuando decidi¨® buscar los seis segundos de bonificaci¨®n del esprint intermedio de Nules, ante la sorpresa del maillot verde, Groves. El belga aumenta as¨ª su ventaja en la general en v¨ªsperas de Javalambre, la segunda llegada en alto de esta edici¨®n, con otro ara?azo: 11¡å sobre Enric Mas y 37¡å sobre Jonas Vingegaard. Remco est¨¢ corriendo a lo Pogacar en este inicio de La Vuelta. El espect¨¢culo lo agradece, pero ya veremos si no paga los alardes como le ocurri¨® al esloveno.