El Jumbo firma la paz

Remco Evenepoel puso su firma en la Cruz de Linares, un final in¨¦dito que hab¨ªa levantado mucha expectaci¨®n por motivos ajenos a las exhibiciones del belga. Remco corre ya otra Vuelta, muy lejos de la zona caliente. Si bien tiene m¨¦rito que haya sumado su tercera victoria, que siga dando espect¨¢culo, que haya levantado la cabeza despu¨¦s de su hundimiento, tambi¨¦n hay que tener claro que si estuviera a m¨¢s de media hora en la general, no hubiera tenido el benepl¨¢cito para ganar las dos ¨²ltimas. La expectaci¨®n, dec¨ªamos, estaba en la actitud del tridente del Jumbo, que ha pasado de ¡®la ley del m¨¢s fuerte¡¯ voceada y escenificada en el Angliru, a una actitud de equipo unido y fraternal en torno a su maillot rojo, Sepp Kuss.

Ni Jonas Vingegaard, ni Primoz Roglic atacaron en las cuestas de la Cruz de Linares, como hab¨ªan hecho los dos d¨ªas anteriores en Bejes y en el Angliru. El ¨²nico que se movi¨® fue el propio l¨ªder, pero solo en respuesta a las arrancadas de los tres rivales espa?oles que acompa?aban a los Jumbo: Mikel Landa, otra vez muy activo, Juan Ayuso y Enric Mas. Las declaraciones en la meta tambi¨¦n han cambiado. Ya no se habla de libertad, sino de arropar a Kuss para devolverle el trabajo solidario que hizo en carreras anteriores para sus dos jefes. Vingegaard cedi¨® incluso nueve segundos en la ascensi¨®n final, para distanciarse a 17 en la clasificaci¨®n. Recordemos que Sepp acompa?¨® a Roglic en su victoria en el Giro, que acompa?¨® a Vingegaard en su triunfo en el Tour¡­ Y que corre, generosamente, su tercera grande del a?o. Una gran gesta. Y m¨¢s si consigue coron¨¢ndose en Madrid.

Lejos del foco principal, Evenepoel y el resto de escapados s¨ª tuvieron luz verde para hacer camino en el segundo encadenado asturiano, al contrario de lo que ocurri¨® direcci¨®n al Angliru, cuando el Jumbo tambi¨¦n decidi¨® pujar por la victoria. El belga aprovech¨® la galopada para coronar en cabeza todos los puertos del d¨ªa y asegurarse el maillot de lunares azules que acredita al rey de la Monta?a. Evenepoel estar¨¢ en el podio de Madrid. No como ¨¦l se imaginaba, con esa t¨²nica roja que luci¨® en 2022, pero es de agradecer que se haya esmerado en buscar alternativas de brillo.

Otra alternativa era, por supuesto, el triunfo de etapa. Para ese objetivo encontr¨® algo m¨¢s de competencia te¨®rica entre los 14 fugados del d¨ªa, aunque en la pr¨¢ctica nadie pudo hacerle sombra. Junto al fen¨®meno belga se metieron veteranos como Damiano Caruso e Imanol Erviti, ilustres como Egan Bernal, cazadores como Andreas Kron y Nico Denz, un ex maillot rojo como Andrea Piccolo y un joven emergente como Max Poole. Pero cuando Remco abri¨® gas en la primera subida a la cima asturiana, todav¨ªa a 30 kil¨®metros de la meta, ninguno pudo seguir el rebufo de su moto. Evenepoel sum¨® en la Cruz de Linares su tercera victoria en la presente Vuelta, tras las que logr¨® en Arinsal, cuando a¨²n era un aspirante a todo, y en Belagua, donde se desquit¨® de su crisis del d¨ªa anterior. Nadie ha ganado tantas en la presente edici¨®n. Aunque seguro que las cambiar¨ªa por el maillot rojo, un fin superior.

Detr¨¢s se jugaba otra partida por la general, esta vez con el Jumbo apaciguado hacia dentro y hacia fuera. No se atacaron entre s¨ª, no buscaron el triunfo de etapa, corrieron a la defensiva y solo respondieron a las provocaciones de los oponentes. La principal la volvi¨® a protagonizar el Bah?rain, que trabaj¨® desde la primera subida a la Cruz de Linares en favor de su l¨ªder. Hubo tambores de landismo, pero Mikel no logr¨® despegar esta vez a ninguno de sus rivales, en especial a Ayuso, que le preced¨ªa por 16 segundos. Al contrario, cedi¨® tres en la meta. Eso tambi¨¦n es landismo.