Una Vuelta de altura
AS sobrevuela un tramo de la etapa con final en Javalambre en un helic車ptero que alcanza los 200 kil車metros por hora y que soporta m芍s carga que lo que pesa.
Unipublic y ASO, organizadores de la ronda espa?ola, invitaron a AS a vivir la sexta etapa desde dos puntos de vista diferentes. En helic車ptero, primero, y despu谷s en coche, liderando la cabeza de carrera, a escasos metros de los ciclistas, hasta cruzar la l赤nea de meta en el Observatorio Astrof赤sico de Javalambre.
Antonio S芍nchez colg車 la bicicleta en el 96, y desde hace 25 a?os ejerce como ch車fer en La Vuelta. Es uno de los primeros conductores de la organizaci車n que fueron ciclistas profesionales, un hecho del que presume mientras recuerda sus tiempos como amateur en el programa ADO cuando pedaleaba por aquellas carreteras castellonenses por las que ahora conduce alentando al p迆blico de las cunetas con el sonido del clax車n. La aventura comenz車 en su coche en La Val d*Uix車, d車nde arranc車 la etapa. Desde all赤 puso la directa, antes de carrera, hasta el kil車metro 21,6 del itinerario que recorrer赤an los ciclistas. En aquel punto, junto a un descampado pasado el municipio de Soneja, aterrizar赤a el helic車ptero antes del paso del pelot車n para luego sobrepasarles con AS a bordo.
En una jornada amenazada por el viento, Arnau Guillemet, piloto del helic車ptero, sosegaba a los pasajeros durante el briefing de seguridad previo al despegue: ※No se pasa miedo. Por mal tiempo s赤 se ha suspendido alg迆n viaje, pero por aire, no§. En la charla, que se extendi車 lo suficiente como para dar tiempo a los ciclistas a tomar ventaja en el recorrido, Arnau explic車 el protocolo a seguir en situaciones de emergencia, confes車, quiz芍 con voluntad de seguir manteniendo la calma de los presentes, que desde los seis a?os quiso ser piloto y desde hace 16 se dedica a ello, y respondi車 algunas curiosidades sobre el helic車ptero en s赤. El aparato, amarillo y de dise?o franc谷s, no impone por su tama?o, sino por lo que es capaz de hacer pese a ello. Pesa 1.300kg y es capaz de soportar hasta 1.400kg, alcanza los 200 kil車metros por hora y tiene un coste en torno a los dos millones de euros.
El despegue fue suave y ligero, y la velocidad con la que alcanz車 al pelot車n pese a la kilometrada de partida, insultante. Durante el paseo, Arnau sobrevolaba el paso de los ciclistas con distancia suficiente para no influir en el devenir de la etapa, aunque ※dependiendo de la direcci車n del viento se podr赤a acercar m芍s o menos§, como 谷l mismo aclara. Tras casi media hora en el aire contemplando las bicicletas, que parec赤an de juguete, aterriz車 en un campo de f迆tbol en desuso, tambi谷n con finura.
En la carretera que acced赤a a la ubicaci車n del aterrizaje esperaba Antonio de nuevo, con un montadito de jam車n que ofrec赤a a modo de recepci車n antes de retomar la marcha, en coche, hasta el final de etapa. La velocidad de la carrera oblig車 a tomarse el avituallamiento con premura para salir por delante de los ciclistas. Si no, adelantarles pod赤a ser ※una odisea§, explica. Con velocidad crucero, a escasos metros de los que lideraban la fuga, el parachoques serigrafiado del coche de Antonio avisaba a qui谷nes esperaban en los pueblos de que llegaban los ciclistas. Mientras, ofrec赤a una perspectiva 迆nica de la exigencia del recorrido de la etapa que solo se puede superar sobre la bicicleta.
Entre La Higuera y Arcos de las Salinas, a los pies del puerto que ascend赤a a Javalambre, Antonio atac車 al pelot車n para llegar a meta con la distancia suficiente para ser testigo de la victoria de Sepp Kuss, due?o del maillot rojo desde aquel momento, con su coche aparcado junto al Observatorio y con un caf谷 en la mano. La etapa pudo presumir de ser un 谷xito en lo deportivo. Y AS, de poder contarla hoy tras una experiencia, al alcance de unos pocos, por tierra y aire.