Un torrente de abandonos

La etapa m¨¢s tranquila de La Vuelta 2022, y tambi¨¦n la m¨¢s aburrida, elimin¨® a m¨¢s ciclistas que cualquier encadenado de gran monta?a. Primero fue ese enemigo invisible, con el feo nombre de COVID-19, quien envi¨® a casa a dos corredores del top-10: Simon Yates y Pavel Sivakov, quinto y noveno de la general, respectivamente. Junto a ellos, el debutante Kern Pharma perdi¨® a tres efectivos de una tacada: Roger Adri¨¢, H¨¦ctor Carretero y Pau Miquel. Si el golpe no hab¨ªa sido ya lo suficientemente duro, Julian Alaphilippe tambi¨¦n tuvo que abandonar, en este caso en ambulancia, por culpa de una ca¨ªda.

Ese fue el parte de bajas de una jornada te¨®ricamente intrascendente, que salv¨® el ¨²nico peligro para los gallos: el viento lateral, los temidos abanicos. No hubo. Y si lo hubo, pas¨® de largo. El pelot¨®n rod¨® tranquilo, con tres escapados por delante, los tres procedentes de los tres equipos invitados: Joan Bou (Euskaltel), Vojtech Repa (Kern Pharma) y Jetse Bol (Burgos). El tr¨ªo afront¨® una aventura a ninguna parte, con ca¨ªda incluida para Repa. Por detr¨¢s acumularon calma y retraso durante los 191 kil¨®metros que separaban Alhama de Murcia y Cabo de Gata, para cruzar la meta con 30 minutos de demora sobre el horario intermedio previsto. Kaden Groves, australiano de 23 a?os, del equipo BikeExchange, se impuso al esprint para anotar en su palmar¨¦s su primera victoria en una grande. El promedio fue de 37,832 kil¨®metros por hora. Y no hubo m¨¢s historia.

La historia, en realidad, apuntaba a esos notables abandonos. El coronavirus se ha convertido en la mayor preocupaci¨®n de este certamen, porque hasta el momento ha tumbado oficialmente a 20 ciclistas, que son 21 si a?adimos a Manuel Pe?alver, que no tom¨® la salida en Utrecht y no fue sustituido. El caso de este mi¨¦rcoles fue particularmente doloroso, porque afect¨® de lleno a la lucha por la general. Simon Yates no hab¨ªa dicho todav¨ªa la ¨²ltima palabra en sus aspiraciones de podio. Estos contagios han abierto un debate en el que merecer¨ªa la pena profundizar. ?Por qu¨¦ deportistas aparentemente sanos, o asintom¨¢ticos, tienen que dejar de ejercer su trabajo, cuando legalmente s¨ª podr¨ªan afrontar otras muchas actividades laborales o sociales? Las pol¨ªticas para combatir el virus se han relajado en la sociedad, pero en el ciclismo profesional est¨¢n haciendo m¨¢s da?o deportivo que nunca. Hay motivo de reflexi¨®n.

La baja de Alaphilippe es un caso muy diferente. Los accidentes forman parte del ciclismo. Y nunca sabes cu¨¢ndo te pueden tocar. De hecho, muchas veces ocurren en jornadas sopor¨ªferas como la presente, cuando el pelot¨®n relaja la atenci¨®n m¨¢s de lo normal. Hay una leyenda en el ciclismo que apunta a la maldici¨®n del maillot arco¨ªris. El franc¨¦s nunca ha cre¨ªdo en ella. De hecho, el a?o pasado tuvo una bonita temporada con esos mismos colores. Pero todo ha cambiado en su segundo reinado. Una ca¨ªda en Lieja le dej¨® fuera del Tour. Y una ca¨ªda en La Vuelta puede privarle de la defensa del arcobaleno. Maldici¨®n o no, hay que maldecir su mala suerte. Adem¨¢s de esas consecuencias personales, la baja de Alaphilippe tambi¨¦n es un contratiempo para el maillot rojo, Remco Evenepoel, que pierde a uno de sus mejores soportes a falta de diez etapas.

Este jueves toca llegada en alto en Pe?as Blancas, en Estepona. Un buen motivo para acabar con el sopor que impregn¨® la entrada de la Vuelta a Espa?a en Andaluc¨ªa. Por primera vez en la historia, la carrera transitar¨¢ por las ocho provincias. Habr¨¢ mejores d¨ªas, sin duda. Si el enemigo invisible lo permite.