Radiograf¨ªa de un Tour bestial: el indomable Wout van Aert
El belga, vencedor en tres etapas, l¨ªder en otras cuatro, con r¨¦cord de puntos y un alarde imponente de condiciones, firma una ronda para el recuerdo.
Subir, subir, subir. Bajar, bajar, bajar. Acelerar y esperar... para volver a acelerar. Lanzar o rematar. O ambas a la vez. Romper el crono. Un ciclista omnipresente, Wout van Aert, y una actuaci¨®n para siempre, su Tour de 2022. Tres victorias de etapa (38 en su carrera), ciclista Supercombativo por unanimidad, alardes de una fuerza descomunal, propias de un triple campe¨®n del mundo de ciclocr¨®s, y un cuerpo de 190 cm capaz de deslizarse hacia los picos m¨¢s altos. Pocos tienen dudas: ¡°?El Tour de Francia 2022? Puede que sea el mejor desde los 90¡å. Y Jonas Vingegaard, el ganador del mejor Tour desde los 90, lo tiene claro: ¡°Wout es el mejor ciclista del mundo, he tenido la suerte de que me ha ayudado¡±. A lo que a?ade: ¡°Si tiene la ambici¨®n de ir a por la general, compartiremos el liderazgo. Este a?o lo hice con Roglic y no hubo problema¡±. Un dilema del ?futuro?
Van Aert, tras la crono que confirmaba la victoria final del dan¨¦s, le recib¨ªa entre l¨¢grimas. ¡°Calma, calma¡±, indicaba el belga a c¨¢mara, desde la silla caliente, cuando Vingegaard, en una bajada, a punto estuvo de comprometer su gloria. Su gesto, lejos del ego¨ªsmo, estaba relacionado con su posterior emoci¨®n. Wout quer¨ªa ver triunfar a Jonas. Y se lo hab¨ªa dejado todo para que as¨ª fuera. Pese a que, en alg¨²n momento, hubiera levantado sospechas. ¡°No hubo fricciones. Mis ataques son parte del plan¡±, aseguraba el propio corredor belga tras recibir ciertas cr¨ªticas por sus continuadas demostraciones de fuerza, encarnadas en una retah¨ªla inacabable de fugas. Desde el Jumbo, incluso, se deslizaba que Van Aert era el verdadero l¨ªder del grupo, el corredor que m¨¢s peso ten¨ªa en las estrategias colectivas.
Orden dentro de la anarqu¨ªa que s¨®lo la escuadra neerlandesa sabe hasta qu¨¦ punto era orden y hasta qu¨¦ punto era anarqu¨ªa. Si es que eso importa ya. Tres de los cuatro maillots son suyos. El amarillo y el de lunares, que pudo ser para Wout (¡±en meta, me han dicho que podr¨ªa haber ganado el maillot de la monta?a. Si lo hubiera sabido, ?hubiera esprintado en el Aubisque!¡±), llevan el nombre de Vingegaard; el verde, desde la 17? etapa, batiendo el r¨¦cord de puntos de Peter Sagan (477 en 2018 por 480), para Van Aert, que se ha llevado todos los jers¨¦is de la regularidad que ha tenido a su alcance esta temporada (Par¨ªs-Niza y Crit¨¦rium del Dauphin¨¦). La parte individual m¨¢s espectacular dentro de una exhibici¨®n colectiva que el belga, incluso, ha sabido acompa?ar de im¨¢genes que trascienden el deporte. Como en la 11? etapa, cuando, tras un pinchazo, le regal¨® su distintivo verde a un ni?o que le hab¨ªa prestado una bomba de aire.
Tres segundos y un amarillo
Qu¨¦ lejana, meritoria e improbable parece ahora la victoria de Yves Lampaert en la contrarreloj inaugural de la Grande Boucle. 0,05¡å separaban a Van Aert de su primera victoria en esta edici¨®n, que se demorar¨ªa otras dos etapas. Dinamarca le neg¨® el estreno, pero, en suelo franc¨¦s, el belga inaugur¨® su casillero a lo grande, vestido de amarillo. Wout port¨® el maillot de l¨ªder desde la segunda jornada a la quinta: cuatro d¨ªas. Antes, lleg¨® a desesperarse con sus tres segundos puestos en sus tres primeras etapas. ¡°Ya no es gracioso¡±, llegar¨ªa a decir. En la cuarta, en una de las primeras estratagemas corales del Jumbo, similar a la del triplete de la Par¨ªs-Niza (y a la de la victoria de Laporte), ante unos Roglic y Vingegaard que no pudieron aguantar el tir¨®n, Wout se lanzaba en solitario para reivindicar el color de su jersey, para dejar claro que era el m¨¢s fuerte del pelot¨®n.
De fuga en fuga
De la victoria al barro, a una jornada del pav¨¦s convertida en infierno para el Jumbo. El principio del fin para Roglic. Milagrosamente, no para Van Aert, que se cay¨® y acumul¨® m¨¢s sustos con un coche del DSM. Wout, sin embargo, se recuper¨®. Y tir¨®. De ¨¦l mismo y de Vingegaard. Y, luego, del propio Primoz. Fuerza bruta que ya no tendr¨ªa marcha atr¨¢s. En la sexta etapa, el belga cabalg¨® en solitario durante 130 kil¨®metros, pese a que la llegada a Longwy era buena para sus caracter¨ªsticas. Regal¨® una exhibici¨®n, pero tambi¨¦n el liderato. ¡°Quer¨ªa disfrutar del amarillo¡±, asegur¨®. ¡°Y ahora querr¨¦ disfrutar del verde¡±, advirti¨®. No ment¨ªa en ninguna de las dos afirmaciones.
La monta?a tampoco es barrera
La segunda victoria lleg¨® con m¨ªstica, en la ciudad ol¨ªmpica de Lausana. Una lanzadera para encadenar fuga tras fuga. En la novena jornada, formaba parte de la escapada masiva del d¨ªa y, a su vuelta, se encargaba de repartir bidones entre sus compa?eros. ?Algo m¨¢s? El pan de cada d¨ªa. En el Granon, en la estocada colectiva a Pogacar, se met¨ªa en cabeza y, posteriormente, recuperaba a Roglic para la causa. En Mende, se manten¨ªa al lado de Vingegaard. Esfuerzos al servicio de Jonas que se intercalaban con actuaciones para el deleite propio, como la de la 15? jornada, en una imagen para el recuerdo, con el coche del Jumbo frenando su avance en la fuga, oblig¨¢ndole a volver con el pelot¨®n, algo que acataba sin rechistar. Tocaba guardar fuerzas para los Pirineos, para sentenciar el Tour, eso que pasa mientras Van Aert espera a los mejores corredores del mundo. Lo hac¨ªa en Foix y lo hac¨ªa en Hautacam para decretar el game over. Atac¨® de salida, en Lourdes, y termin¨® destrozando a Pogacar. El escalador Kuss le cedi¨® el testigo al ?escalador? Wout, despu¨¦s de seleccionar la carrera, que ve¨ªa zarpar a Vingegaard hacia los Campos El¨ªseos.
Un corredor indomable
Y vol¨®. De Dinamarca a Cahors, donde el crono ya no pudo resistir. 40 kil¨®metros en 47¡ä57¡ä' y tercera victoria. 27 segundos m¨¢s r¨¢pido que Pogacar o 42 por delante de Filippo Ganna... y a 19 de su compa?ero Vingegaard. Antes de la emoci¨®n y de ofrecer sus servicios, esta vez, a Christophe Laporte. Su escudero en las cl¨¢sicas, su hombre de confianza. ¡°Van Aert me dijo que hoy era para m¨ª¡±, revelaba el franc¨¦s. Palabra de capit¨¢n. ?ltimo regalo ajeno antes del en¨¦simo propio, en la salida camino de los Campos El¨ªseos. Hasta el final, entre risas junto a Tdej y Jonas, fiel a su indomable car¨¢cter. Y a su talento. Quien sabe si, como Will Hunting, camino de California, de un nuevo reto te?ido de amarillo.