Roglic disfruta en casa

Primoz Roglic disfruta en casa. Por partida doble. Disfruta en su casa de la Vuelta, que es su carrera, aquella donde se ha convertido en leyenda tras encadenar tres t¨ªtulos consecutivos. Este a?o aspira al cuarto, una gesta sin precedentes. Toni Rominger, a quien tanto recuerda por su biotipo y por su forma de correr, se qued¨® en tres. Y disfruta en su casa neerlandesa, porque Roglic es el l¨ªder del Jumbo-Visma, el bloque insignia del pa¨ªs que este viernes lanz¨® la carrera con una contrarreloj por equipos en Utrecht. La escuadra holandesa, que ya conquist¨® el Tour con Jonas Vingegaard, redonde¨® el triunfo ante sus compatriotas. Por su firma patrocinadora. Y por su l¨ªder. No fue Roglic, sin embargo, quien visti¨® el maillot rojo, ya llegar¨¢ m¨¢s adelante, sino Robert Gesink, un ilustre veterano de 36 a?os. La fiesta holandesa fue completa. Para deleite del hombre-Vuelta.

El Jumbo gan¨® la contrarreloj sin discusi¨®n, con 13 segundos sobre el Ineos-Grenadiers, que ya part¨ªa en la parrilla de salida como el principal retador del rey Roglic para la general de la Vuelta. Su fuerza est¨¢ en el colectivo. En teor¨ªa, el capo es Richard Carapaz, que en la misma fecha anunci¨® su fichaje por el Education First, pero por el camino pueden cambiar los planes si emergen otros acreditados aspirantes como Pavel Sivakov, como Tao Geoghegan Hart¡­ y, por qu¨¦ no, como el debutante Carlos Rodr¨ªguez. So?ar es gratis. Sobre todo al principio.

A un solo segundo del Ineos, y a 14 del intratable Jumbo, cruz¨® el Quick Step con Remco Evenepoel al frente. Un debutante que acapara focos. Tras su estreno fallido en el Giro de 2021, esta Vuelta a Espa?a se presenta como un test determinante para que el belga demuestre, y se demuestre a s¨ª mismo, que puede luchar por las grandes. De momento sabemos que es un portento en las cl¨¢sicas, como ratific¨® este mismo curso con sus exhibiciones en Lieja y San Sebasti¨¢n, y tambi¨¦n en carreras de una semana. Pero una grande es una grande. Palabras mayores. Y Remco pasa aqu¨ª ese examen.

El Jumbo corri¨® una crono contra s¨ª mismo. El Ineos y el Quick Step, su propio pulso en un segundo escal¨®n. Y por detr¨¢s de estos tres equipos se disput¨® otra liga, a m¨¢s de medio minuto. Ah¨ª entraron el BikeExchange de Simon Yates, a 31 segundos; el UAE de Jo?o Almeida y Juan Ayuso, a 33; el Bora de Jai Hindley, a 41; el Trek de Juanpe L¨®pez, a 42; el Bahrain de Mikel Landa, tambi¨¦n a 42¡­ y el Movistar de Enric Mas y Alejandro Valverde, a 43, que cerr¨® el top-10.

El Movistar sali¨® espoleado por la victoria de Alex Aranburu en el Tour de Limousin, un golpe de motivaci¨®n para liberarse de esa losa que ha supuesto en las ¨²ltimas semanas la amenaza del descenso. La Vuelta a Espa?a es su h¨¢bitat natural, su casa, y aqu¨ª quiere refrendar que es un equipo de Primera, una escuadra WorldTour. Y mucho m¨¢s en una edici¨®n tan especial como esta, en la despedida de Alejandro Valverde, gracias Bala, que vivir¨¢ un homenaje diario. Para empezar, el Movistar ha cambiado de color en tributo al mito. Un honor. Hubo un tiempo cercano, Valverde lo recuerda bien, que los telef¨®nicos llegaron a dominar la contrarreloj por equipos, cuando Jonathan Castroviejo tiraba de la locomotora, en Jerez 2014 y en Pamplona 2012. Ya no tiene el mismo nivel, ni mucho menos, pero se marc¨® una digna crono. Metido en el grupo de los humanos. Roglic y el Jumbo, de momento, habitan otro planeta.