La Titan de los 427 campeones
Un redactor de AS completa la dura prueba por Marruecos con el Aural Team, junto a Abel Ant¨®n y Silvia Gonz¨¢lez, autotrasplantada de m¨¦dula en noviembre.
El esp¨ªritu de la ?koda Titan Desert Marruecos, que finaliz¨® el viernes en Maadid tras seis etapas y m¨¢s de 600 km entre las monta?as del Atlas y el desierto, se condens¨® en un momento m¨¢gico y emocionante. ¡°Quiero que suba aqu¨ª Antonio, porque este maillot de l¨ªder va a ser para ¨¦l¡±, dijo de repente Luis Le¨®n S¨¢nchez, profesional de la ruta hasta el a?o pasado con cuatro triunfos en el Tour. Acababa de ganar la prueba con un tiempo de 20h:43:33. Y a quien llamaba era a Antonio Ferre, compa?ero de equipo en el Kosner Saltoki, que hab¨ªa finalizado ¨²ltimo de su escuadra, en el puesto 416 (acabaron 427 de los casi 500 que empezaron) empleando m¨¢s del doble de tiempo que el murciano en completar el recorrido (55h:04:17). Y es que todo el que acaba la prueba gana. Muchas veces, con m¨¢s m¨¦rito cuanto m¨¢s atr¨¢s. Porque el esfuerzo es gigantesco. Una carrera que es mucho m¨¢s que deporte y que, por eso mismo, proclam¨® a 427 campeones.
En la Titan, cada cual tiene su prop¨®sito. Y el de todos se resume en uno: vencerse a s¨ª mismo. En diciembre pasado, a este redactor le propusieron el reto de sumarse al equipo Aural Ejemplos de Superaci¨®n para ayudar a llegar a la meta a Silvia Gonz¨¢lez (52 a?os), autotrasplantada de m¨¦dula en noviembre para luchar contra un c¨¢ncer (linfoma folicular). Y lo conseguimos. ¡°?Con esto he cerrado un ciclo!¡±, sollozaba la madrile?a y creadora de Ciclismo para todas mientras recordaba que en diciembre casi no pod¨ªa andar, que la quimioterapia le hab¨ªa vaciado las piernas de fuerza. Mientras, no paraba de dar gracias. Entre otros a Abel Ant¨®n, bicampe¨®n del mundo de marat¨®n y que sin experiencia en la bici tambi¨¦n puso su granito de arena en el Aural Team para finalizar con buen pie la aventura.
Y es que la Titan, el ¡®Dakar del mountain bike¡¯, tiene m¨¢s de experiencia y lecci¨®n de vida que de competici¨®n. Este que escribe, tambi¨¦n dej¨® sus l¨¢grimas en la arena recordando las horas robadas a la familia, que supo comprender que necesitaba hacer esto. Las renuncias para entrenar. La tortura del rodillo mitigada por Fito, Loquillo o los Stones. Las agujetas del gimnasio. Las salidas en invierno, bajo cero, mientras preparabas esta bendita locura... ¡°Lo que has conseguido es brutal¡±, susurras a Silvia mientras te abrazas a ella y sale a borbotones toda la tensi¨®n. Tambi¨¦n, la de haber logrado terminar la prueba con una fisura en el cuadro desde la segunda etapa y la amenaza de que se partiera la bici en cualquier momento.
Atr¨¢s quedan momentos inolvidables. Los ni?os que sal¨ªan a tu paso en todas las etapas (¡°Monsieur, un bomb¨®n¡±, ped¨ªan), en muchos casos descalzos y brotando de la nada en pueblos de adobe en el Atlas o en mitad de una recta infinita en el desierto con el viento clavando la arena en tu cara. Ni?os que te ayudan a comprender por qu¨¦ muchos se la jugar¨¢n pronto para llegar a Europa.
Quedan momentos de paz interior pedaleando solo en condiciones extremas. La angustia de navegar sin track (el recorrido que proporciona la organizaci¨®n y cargas en tu GPS) en la etapa de Erg Chebbi en la que debes remontar dunas de fina arena sobre las que es imposible pedalear (los mortales, al menos, alguno de los profesionales s¨ª). Las noches durmiendo en una jaima compartida con otros dos compa?eros en la que tambi¨¦n se comparte todo, incluso el jam¨®n, que vino desde Espa?a para preparar los bocatines diarios que evitaron tanta ingesta de barritas y geles, porque en los avituallamientos s¨®lo hay l¨ªquido.
O la etapa marat¨®n, en la que debes cargar con todo lo necesario para dormir y preparar tu bici (est¨¢ prohibida la asistencia mec¨¢nica ese d¨ªa). Una jornada inolvidable en el que el campamento es com¨²n y en el que duermes s¨®lo protegido por un toldo. Todo el mundo. Incluso si te llamas ?scar Pereiro y has ganado el Tour. Jornadas en las que Miguel Indurain, pentacampe¨®n en los Campos El¨ªseos, tambi¨¦n es uno m¨¢s y, grande como es ¨¦l, se interesa por Silvia o por Miguel, el compa?ero que se parti¨® la clav¨ªcula en la tercera etapa.
En la Titan pedaleas por cuestones de m¨¢s del 20%, con la cabeza estallando por la altitud (se pasa de los 2.000 metros), bajas por pistas con vistas incre¨ªbles en las que el peligro es relajarse por la belleza de un paisaje lunar. El desierto seca tus labios y de tu nariz sale una pasta sanguinolenta. Debes tener cuidado con el agua y la comida porque las diarreas est¨¢n a la orden del d¨ªa. Haces cola en letrinas improvisadas en los campamentos tapadas por una cortinilla con gente que ha venido de lejos (Puerto Rico, Brun¨¦i, Colombia, Argentina, de todas partes de Europa...) atra¨ªdos por la m¨ªstica de la Titan. Pasas fr¨ªo (este a?o lleg¨® a llover calando las jaimas) por la noche y calor por el d¨ªa. Sufres, pero tambi¨¦n eres inmensamente feliz durante seis d¨ªas. Seis jornadas en las que pones a prueba tu cuerpo y tu cabeza. Y en los que si llegas, tambi¨¦n te sientes campe¨®n.
ABEL ANT?N: ¡°ES DISTINTO A UNA MARAT?N, TE CASTIGA LA ACUMULACI?N¡±
Con el coraz¨®n de un purasangre pero un cort¨ªsimo bagaje sobre la bici, Abel Ant¨®n (Ojuel, Soria, 61 a?os) super¨® una Titan en la que no pudo sortear ni una indigesti¨®n ni alguna ca¨ªda. El campe¨®n mundial de marat¨®n en 1997 y 1999 fue uno m¨¢s en el Aural Team.
?Balance de la experiencia?
Pues hubo momentos m¨¢s y menos duros. La primera etapa, por el desnivel y la dificultad t¨¦cnica, y la quinta por desarrollarse en el desierto y hacerse eterna, fueron realmente duras. Pero por lo dem¨¢s disfrut¨¦.
Es una prueba que va m¨¢s all¨¢ del deporte...
No todo el mundo est¨¢ capacitado para hacerla. Hay que venir muy bien entrenado. La experiencia es preciosa. Los que ganan igual no sufren tanto, pero la mayor¨ªa viene a terminar.
Y hay que descansar en campamentos...
?Claro! Duermes poco. Casi te tocas cabeza con cabeza con el de la jaima de al lado... Pero seg¨²n avanza, caes de agotamiento.
?Qu¨¦ le parece la gente que repite y repite?
Son aficionados a la bici y a la aventura y lo pasan bien aunque haya a?os mejores y peores. En una etapa, coincid¨ª con un participante que llevaba 16 ediciones a sus 71 a?os. Viene a terminar, como muchos, y tienen mucho m¨¦rito. Su reto del a?o es venir a la Titan y huir de la rutina unos d¨ªas.
?Hay un ¡®Esp¨ªritu Titan¡¯?
S¨ª, es como cuando llega la Navidad o el verano. Es la semana de disfrute para mucha gente.
?Repetir¨ªa?
Nunca digo que no. Ahora mismo tengo mucho l¨ªo con las carreras populares, pero siempre puede surgir alg¨²n proyecto que me convenza. Como este de Aural con el trasfondo solidario de ayudar a Silvia Gonz¨¢lez. ?Me lo he pasado muy bien!
En su gran sala de trofeos de Soria habr¨¢ un hueco para el f¨®sil.
?Claro! Tambi¨¦n particip¨¦ en la Desert Run y la piedra est¨¢ ah¨ª. Esta tendr¨¢ un sitio privilegiado, por lo diferente.
?Y se sufre m¨¢s que en una marat¨®n?
Es distinto. Aqu¨ª castiga la acumulaci¨®n de d¨ªas y kil¨®metros. En una marat¨®n sufres muscularmente mucho m¨¢s en un d¨ªa y cuesta mucho finalizar en los ¨²ltimos 10 km porque te contracturas.
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