El ciclismo italiano alza la voz tras el atropello de Rebellin: ¡°?Hasta cu¨¢ndo?¡±

El ciclismo italiano dice basta tras el atropello mortal de Davide Rebellin este mi¨¦rcoles a los 51 a?os. La muerte del veterano ciclista ha colmado la paciencia de un pelot¨®n italiano que ha visto como 106 personas han muerto en Italia en lo que llevamos de a?o, seg¨²n recoge La Gazzetta dello Sport.

A ra¨ªz del atropello mortal de Rebellin, la Asociaci¨®n de Corredores Ciclistas Profesionales Italianos (ACCPI) ha publicado una carta bajo el t¨ªtulo ¡°Llamamiento a las instituciones: detengamos hoy la masacre de ciclistas¡± que va dirigido al presidente de Italia Sergio Mattarella y a los presidentes del Consejo, del Senado y de la C¨¢mara. Entre los firmantes de esta petici¨®n destacan grandes figuras del ciclismo italiano como Gianni Bugno, Paolo Bettini, Elisa Balsamo, Claudio Chiappucci, Filippo Ganna, Giovanni Lombardi, Elisa Longo Borghini, Vincenzo Nibali, Alessandro Petacchi o Elia Viviani entre otros.

Esta es la carta ¨ªntegra en la que el ciclismo italiano pide fin a la masacre de ciclistas en las carreteras

Se?or Presidente de la Rep¨²blica, Se?or Presidente del Consejo, Se?or Presidente del Senado, Se?or Presidente de la C¨¢mara

?Hasta cu¨¢ndo?

Por en¨¦sima vez lloramos a un amigo que muri¨® en la carretera. Primero Michele Scarponi y ahora Davide Rebellin, asesinado este mi¨¦rcoles. Y tambi¨¦n muri¨® el mi¨¦rcoles un chico de 16 a?os mientras pedaleaba en Ferrara. Como pas¨® con Tomasso Cavorseo, Silvia Piccini, Thomas Casarotto y muchos otros amigos.

En 2021 murieron m¨¢s de 200 ciclistas y casi 500 peatones, muchos de ellos v¨ªctimas de accidentes de tr¨¢fico atropelladas por personas que no notaron su presencia, que no se dieron cuenta de que estaban ah¨ª porque iban distra¨ªdos con el m¨®vil, atrapados en el frenes¨ª de llevar el pie siempre en el acelerador y la mirada qui¨¦n sabe d¨®nde.

La carretera no es s¨®lo para los coches. Las calles son tambi¨¦n es para el ni?o que va a la escuela, de la madre o el padre que acompa?an a sus hijos en bicicleta o a pie, y de los ancianos que se mueven con el ¨²nico medio que tienen: sus propias piernas. Las calles son de todos, o as¨ª deber¨ªa ser, pero eso no es del todo cierto.

Nos convertimos en obst¨¢culos en el camino de los coches que van como locos o de las personas distra¨ªdas que no se dan cuenta de que el coche es un instrumento mortal si se maneja con distracci¨®n y falta de respeto. Porque la velocidad en la carretera para algunos es un factor de ¨¦xito e indiferencia, y eso ha hecho que se convierta en un hecho com¨²n llorar por unos minutos la tragedia que afecta a las familias afectadas por culpa de una persona que no mir¨®.

Nuestra batalla para conseguir reglas m¨¢s estrictas en el c¨®digo de circulaci¨®n para proteger a los ciclistas no se detendr¨¢. Lo hemos intentado una y otra vez y lo seguiremos intentando. Pedimos que es establezcan unos l¨ªmites para adelantar a una bicicleta en carretera. Es un peque?o paso pero importante. Establecer una distancia a la hora de adelantar a los ciclistas nos salva la vida. Un metro y medio son ciento cincuenta cent¨ªmetros que representan la distancia entre la vida y la muerte. Les aseguramos que eso es verdad. No queremos, no podemos, no debemos dejar de pedir reglas distintas.

Hace unos meses casi lo hab¨ªamos logrado pero la burocracia y alg¨²n funcionario nos fren¨® y dijo que introducir una regla tan simple supondr¨ªa un coste que no pueden cubrir los presupuestos. Pero, ?qu¨¦ cantidad, por infinitesimal que sea, puede valer la vida de una persona? Qui¨¦n salva una vida salva al mundo entero. Aqu¨ª no tenemos que salvar al mundo entero, solo aprobar una norma simple. Devu¨¦lvanos el derecho a vivir nuestra experiencia en la carretera como ciclistas con serenidad y seguridad. Pongan reglas para que podamos viajar con seguridad.

Metro y medio. Tres pasos a pie. ?Hag¨¢moslo! Tenemos que parar esta masacre. ?Ahora!