Van der Poel le birla a Pogacar una Mil¨¢n-San Remo para la historia

El primer ganador africano, el quinto campe¨®n con el maillot arco¨ªris, el s¨¦ptimo Monumento, la rev¨¢lida de un t¨ªtulo que nadie consigue desde Erik Zabel (2000 y 2001)¡­ M¨²ltiples narrativas, tan variadas y factibles, a las que Tadej Pogacar era ajeno en la v¨ªspera de la Mil¨¢n-San Remo. Casi a las once de la noche, el esloveno publicaba stories de Instagram, como si no tuviera que madrugar al d¨ªa siguiente para disputar la carrera que m¨¢s ans¨ªa ganar, y que hasta la fecha se le resiste. Eso todav¨ªa no ha cambiado. El bueno de Pogi lo hizo todo bien, tal como ten¨ªa previsto en su plan, destrozando la carrera en Cipressa con r¨¦cord incluido (8:45) y seleccion¨¢ndola definitivamente en el Poggio, pero quiz¨¢s contagiado de esa relajaci¨®n previa, pec¨® de confianza cuando menos tocaba¡­

En un esprint a tres bandas por la Via Roma, Mathieu van der Poel se coron¨® por segunda vez en su carrera en Mil¨¢n-San Remo, s¨¦ptimo Monumento de su palmar¨¦s (iguala a Tadej). En el momento decisivo, Pogacar especul¨®, dej¨® demasiados metros con el holand¨¦s antes de lanzar el esprint, cuando deb¨ªa estar pegado a su rueda, y le fue imposible cerrar esa brecha. De hecho, un Filippo Ganna que lleg¨® a la desesperada tras descolgarse en el Poggio, se intercal¨® entre el ciclista del Alpecin (tres triunfos seguidos del equipo belga en esta carrera) y el esloveno. Un final apote¨®sico para una de las mejores Mil¨¢n-San Remo de toda la historia.

Los corredores se encontraron en Pavia un recibimiento en forma de copiosa lluvia, que adem¨¢s les acompa?¨® durante buena parte de la jornada. En esas desapacibles condiciones, tambi¨¦n con fr¨ªo, Pogacar se mueve como pez en el agua, lo que pod¨ªa resultar un factor determinante a su favor. Cuanta mayor dureza, aunque fuera desde factores externos, mejor para ¨¦l. El esloveno se relam¨ªa¡­ Otros se frotaban las manos para entrar en calor, y otros lo hicieron a la fuerza desde la neutralizada, con aver¨ªas mec¨¢nicas para Ciccone y el propio Pogacar. Eso oblig¨® a retrasar la salida oficial, superado el arco del kil¨®metro cero, cuando el pelot¨®n se reagrup¨® por completo.

R¨¢pidamente, se estableci¨® la fuga con el total consentimiento del pelot¨®n, conscientes de que los interminables 289 km del Monumento m¨¢s largo de la temporada jugaban a su favor. Despu¨¦s de un pulso entre cabeza de carrera y grupo perseguidor, los equipos modestos se unieron para tener su cuota de protagonismo con Alessandro Verre y Mathis le Berre (Arkea), Tommaso Nencini, Mark Stewart y Kristian Sbaragli (Vini Fantini), Martin Marcellusi y Filippo Turconi (Bardiani) y Baptiste Veistroffer (Lotto). Aunque alcanzaron m¨¢s de 5 minutos de ventaja, nunca supusieron una amenaza real, mientras el pelot¨®n met¨ªa m¨¢s ritmo camino del Turchino a m¨¢s de 46 km/h de promedio. La lluvia persist¨ªa en su silencioso desgaste¡­

Con la llegada del Turchino escamp¨®, y el tiempo no hizo m¨¢s que mejorar camino de la costa de Liguria. En ritmo de cacer¨ªa, el Alpecin recibi¨® la colaboraci¨®n de Ineos y Lidl-Trek, pero no de un UAE que se mantuvo al margen, agazapado, esperando su momento. Las intenciones eran evidentes. Los ¡®capi¡¯, Mele, Cervo y Berta, se superaron a mil por hora, con un UAE que para entonces ya asomaba en las posiciones delanteras del pelot¨®n. Toda una declaraci¨®n de intenciones de cara a la Cipressa, donde se deber¨ªa desatar la batalla. Y se desat¨® de lo lindo. Wellens, tal como anunci¨® en invierno, prendi¨® la mecha desde las primeras rampas, Narv¨¢ez le dio continuidad y Pogacar atac¨® con toda su alma. S¨®lo Van der Poel y Ganna fueron capaces de resistir. Con el resto de elegidos a un mundo, el podio ya era cosa de tres.

Tras firmar un r¨¦cord alucinante en Cipressa y colaborar en el llano, quedaba el Poggio, tan determinante en su subida como decisivo en su bajada. Pogacar replic¨® su serie de ataques anterior a las primeras de cambio y descolg¨® a Ganna con facilidad. Una, dos, tres¡­ imposible cuantificar las veces que el esloveno lanz¨® su ofensiva, tensando a Van der Poel una y otra vez en una ¡®cuesta¡¯ de 3,7% de promedio. El holand¨¦s no cedi¨®, y justo antes de coronar contraatac¨® con una furia sobrenatural. Se?a de identidad. Pogacar cedi¨® ligeramente, pero logr¨® contactar. Todo se decidir¨ªa al esprint, y ah¨ª Van der Poel, con una mejorable gesti¨®n por parte de Pogacar, puso el pulgar abajo. Emperador de la Via Roma. Eterna gloria.

Kopecky hace un ¡®Van der Poel¡¯ para Wiebes

Hab¨ªa mucha expectaci¨®n por ver el espect¨¢culo que deparar¨ªa la primera edici¨®n de la Mil¨¢n-San Remo Donne, pero todav¨ªa m¨¢s por presenciar el que ofrecer¨ªa de la campeona del mundo, Lotte Kopecky. Y la belga, en su debut en la temporada 2025, no decepcion¨®. Eso s¨ª, sacrific¨® totalmente sus opciones porque la carrera se resolviese al esprint, un escenario en el que su compa?era en el SD Worx, Lorena Wiebes, no tiene rival.

Apenas un grupo de 15 favoritas lleg¨® al Poggio en disposici¨®n de pelear por la victoria. Juliette Labous atac¨® en el ¨²ltimo kil¨®metro, antes de coronar, pero ni ella ni nadie logr¨® abrir hueco. Tampoco en la bajada, pero una vez terminada fue Elisa Longo Borghini quien comprometi¨® el esprint hasta el ¨²ltimo momento.

La italiana salt¨® por sorpresa y gan¨® unos segundos preciosos. Nadie quiso asumir la responsabilidad de tirar detr¨¢s, excepto una Kopecky que no lo dud¨®. Como hiciera el a?o pasado Van der Poel pensando en su compa?ero Philipsen, la belga se sacrific¨®, cerr¨® el hueco con Longo Borghini y le brind¨® la opci¨®n de triunfo a Wiebes, quien no desaprovech¨® el trabajo de su compa?era tras superar a Marianne Vos en los ¨²ltimos metros. La suiza Noemi R¨¹egg cerr¨® el podio.

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