Ganna vuela en el Lago di Garda y Pogacar asesta otro golpe al Giro

No hab¨ªa conseguido ganar en lo que llev¨¢bamos de temporada. Y se qued¨® a las puertas en su especialidad, en la contrarreloj de Perugia de este Giro de Italia. Un tal Tadej Pogacar tuvo la culpa. Pero al pie de los Alpes, en el Lago de Garda, el m¨¢s grande de toda Italia, el ¡®Gigante de Verbania¡¯ alz¨® el vuelo. Filippo Ganna se disfraz¨® un d¨ªa m¨¢s de Maverick para degustar nuevamente las mieles del ¨¦xito en una crono, cosa que no hac¨ªa desde la 10? etapa de la pasada Vuelta a Espa?a, y alcanzar la s¨¦ptima victoria de su carrera en la ronda italiana.

Como un d¨¦j¨¤ vu. As¨ª comenz¨® la ¨²ltima contrarreloj de este Giro, como un calco de la primera. Eso significaba que Lorenzo Milesi dejaba al Movistar en lo m¨¢s alto de la tabla de tiempos con un registro de 36:34. Poco le dur¨® la alegr¨ªa, aunque la afici¨®n italiana segu¨ªa de fiesta despu¨¦s de que su compatriota Edoardo Affini bajase esa marca en 2 segundos. No obstante, no dio tiempo ni a que la silla se calentase. Tobias Foss, con esa bocamanga en recuerdo del glorioso d¨ªa que le vali¨® para ser campe¨®n del mundo de la especialidad, sub¨ªa las apuestas con su 36:28. Sin embargo, todav¨ªa no hab¨ªamos visto nada¡­

El portador de la tricolore enfilaba la rampa de salida. Imponente. Con el convencimiento de pulverizar el crono para resarcirse de lo ocurrido en Perugia. Y as¨ª lo hizo. Con velocidades m¨¢ximas que superaron los 70 km/h en alg¨²n tramo del recorrido, Ganna firmaba una actuaci¨®n sencillamente espectacular. Su progresi¨®n por parciales, inmejorable: 22¡å m¨¢s r¨¢pido que Foss en el primer punto cronometrado, 59¡å en el segundo paso intermedio y 1:26 en l¨ªnea de meta. En 35:02 que dur¨® su ejercicio, rod¨® a un promedio de 53,43 km/h. Otra galaxia.

M¨¢s all¨¢ de un Magnus Sheffield que ven¨ªa en tiempos para hacer segundo y que sufri¨® una inesperada ca¨ªda en el ¨²ltimo kil¨®metro, quedaba por ver la lucha entre los hombres de la general. La otra lucha. Llegaron las caras de incredulidad en la afici¨®n italiana. Se hizo el silencio. Pero el cron¨®metro, como el algod¨®n, no enga?aba. Pogacar mejoraba en cuatro segundos el tiempo de Ganna en el primer intermedio. Pero a partir de ah¨ª, las curvas que Pogi hab¨ªa limado al l¨ªmite dieron paso a las largas rectas, y en esa transici¨®n de la habilidad a la fuerza, la pel¨ªcula cambi¨®. Paulatinamente, la l¨®gica se impuso, y el esloveno fue perdiendo fuelle metro a metro. La balanza, y por consiguiente la victoria, se inclin¨® hacia el de Ineos.

Ahora, si hablamos en clave de favoritos, el balance es demoledor en favor de Pogacar. El esloveno, que cruz¨® meta a 29 segundos de Ganna, reforz¨® su liderato en una general cuyas diferencias hablan por s¨ª solas de su superioridad: Thomas, a 3:41; Mart¨ªnez a 3:56; O¡¯Connor a 4:35; Tiberi a 5:17; Arensman a 6:30¡­ Todo ello sin que todav¨ªa nos hayamos adentrado en su reino, el de la monta?a. A v¨ªsperas de la etapa reina de este domingo, la pregunta es inevitable: ?Pogacar ha sentenciado por completo el Giro?

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