El Movistar sigue negado

Hugo Houle, un triatleta reconvertido a ciclista, conquist¨® la victoria de su vida en Foix a los 31 a?os. Houle remat¨® en solitario la fuga del d¨ªa para dar el segundo triunfo de la historia del Tour a Canad¨¢, que no mojaba desde el lejano 1988 con Steve Bauer, en los tiempos de Perico Delgado. Tambi¨¦n era la segunda etapa para el Israel en esta edici¨®n, tras la lograda por Simon Clarke en Arenberg. El Israel lleva cubierta una gran actuaci¨®n. Todo lo contrario que el Movistar y el ciclismo espa?ol, que siguen negados. En la primera cita pirenaica probaron de todo, pero ni pudieron celebrar la etapa, con Matteo Jorgenson cuarto, ni ning¨²n avance en la clasificaci¨®n general, con Enric Mas ya fuera del top-10.

Esta primera etapa del tr¨ªptico de los Pirineos hab¨ªa partido realmente con todos los focos apuntando al duelo entre Jonas Vingegaard y Tadej Pogacar, con la expectaci¨®n levantada por la promesa del esloveno de atacar todos los d¨ªas al maillot amarillo, y con la curiosidad de comprobar c¨®mo hab¨ªa quedado el equilibrio de fuerzas entre el Jumbo y el UAE Team despu¨¦s de los ¨²ltimos acontecimientos. El equipo del actual l¨ªder se hab¨ªa mostrado m¨¢s s¨®lido que su rival durante todo el Tour hasta el pasado domingo, cuando perdi¨® de una tacada a Primoz Roglic y Steven Kruijswijk. El pulso arranc¨® as¨ª este viernes en un seis contra seis. Pogacar contra Vingegaard, y todas sus circunstancias.

Pero los focos cerraron tanto el plano sobre Pogacar y Vingegaard, que en paralelo, sin hacer ruido, casi de puntillas, se intentaron colar otros gallos para exprimir sus ¨²ltimas posibilidades en la clasificaci¨®n general. El m¨¢s significativo fue Alexander Vlasov, que sac¨® el billete para viajar en la numerosa escapada de turno, compuesta por 29 ciclistas. Vlasov se levant¨® und¨¦cimo, a 10:32 minutos, y se acost¨® octavo, a 6:08. Un buen mordisco, aunque menor de lo que virtualmente lleg¨® a disfrutar cuando se coloc¨® segundo.

Algo parecido prob¨® Enric Mas, pero con otra estrategia, una vez que no fue capaz de entrar en la fuga inicial. El Movistar s¨ª meti¨® a Gorka Izagirre y Jorgenson con dos objetivos en la mirilla. Por un lado, la etapa, que no anduvo lejos, hasta que el estadounidense se cay¨® en plena persecuci¨®n de Houle. Y, por otro, una quim¨¦rica general. Igualmente sin ¨¦xito. El equipo telef¨®nico movi¨® desde atr¨¢s un ataque coral en Lers, con Muhlberger y Verona lanzando a Mas, en busca de una remontada desde el primero de los dos puertos del d¨ªa, desde una d¨¦cima plaza que, pese al esfuerzo, se convirti¨® al final en un retroceso a la und¨¦cima. En este Tour no sale nada. No es su Tour.

La tentativa de Mas tuvo cierto benepl¨¢cito de los patrones del Tour, hasta que Pogacar se puso juguet¨®n y, fiel a su palabra, aceler¨® dos veces en la subida a Lers, otra m¨¢s en la bajada¡­ con Vingegaard siempre agarrado a su rueda trasera. Rafal Majka puso luego un duro ritmo en el puerto final, en el Muro de P¨¦gu¨¨re, que anunciaba el siguiente ataque de Pogacar. Su bicicleta no resisti¨® tanto ¨ªmpetu. Majka rompi¨® la cadena en plena faena, y el esloveno perdi¨® a su escudero. Sepp Kuss aprovech¨® la aver¨ªa para apretar el paso en favor de Vingegaard. La batalla Jumbo-UAE segu¨ªa moviendo a sus soldados. La mejor prueba estaba por delante, con los fugados Wout van Aert y Brandon McNulty esperando, sin disimulos, a sus dos l¨ªderes en la bajada. Defensa y ataque. Pero Pogacar no volvi¨® a acelerar. O no tuvo fuerzas, o no quiso malgastarlas. Y llegaron juntitos. En el ciclismo, como en el boxeo, el combate nulo deja el cintur¨®n, en este caso el maillot, en posesi¨®n de su due?o. Vingegaard tacha un d¨ªa m¨¢s del calendario. Mientras, Pogacar pierde una bala... y, para colmo, tambi¨¦n a un compa?ero: Marc Soler, con problemas estomacales, lleg¨® fuera de control.