Tambores de guerra en la Vuelta

Con ustedes, Warren Barguil, el ¨²ltimo de los franceses llamados a rescatar al ciclismo de su pa¨ªs, sin un ganador del Tour desde Hinault en 1985. No es f¨¢cil imaginar mejor presentaci¨®n para el en¨¦simo delf¨ªn que un triunfo en la Vuelta con 21 a?os (Fignon se estren¨® con 22). Quiz¨¢, qui¨¦n sabe, ¨¦l sea el hombre. De momento, es el chico de oro.

El pedigr¨ª de Barguil no s¨®lo le viene de haber sido ganador del Tour del Porvenir la pasada temporada. Esa carrera reparte m¨¢s pistas falsas que ciertas. Despu¨¦s de 52 ediciones, s¨®lo la han conquistado cuatro ganadores del Tour: Zoetemelk (1969), Lemond (1982), Indurain (1986) y Fignon (1988). Este mismo verano se la ha apuntado el murciano Rub¨¦n Fern¨¢ndez, del que esperamos que se convierta en excepci¨®n a la regla de promesas incumplidas. Pero como indicaba, los buenos augurios que acompa?an a Barguil trascienden sus resultados deportivos. M¨¢s importante que todo eso es que el muchacho naci¨® Breta?a, al igual que Petit-Bret¨®n (ganador de los Tours de 1907 y 1908), Robic (1947), Bobet (1953, 54 y 55) e Hinault (1978, 79, 81, 82 y 85). Tendr¨ªa su gracia (y su encanto) que fuera otro bret¨®n el que rompiera el maleficio del ciclismo franc¨¦s en las tres ¨²ltimas d¨¦cadas.

Aunque por su origen le llaman el Peque?o Caim¨¢n (el caim¨¢n grande fue Hinault), Barguil tiene m¨¢s parecido f¨ªsico (y est¨¦tico) con Richard Virenque. Es alto (1,83), flaqu¨ªsimo (60 kilos) y luce la misma sonrisa adolescente que redonde¨® las aventuras y desventuras de Virenque. Las diferencias entre ellos se ir¨¢n observando con el tiempo. De momento, Barguil se declara partidario de las sanciones de por vida para los ciclistas que den positivo.

El m¨¦rito del muchacho no s¨®lo fue imponerse ayer a unos compa?eros de fuga m¨¢s veteranos (Scarponi, Mollema, Zandio, Txurruka o Santaromita). Su primer ¨¦xito fue no retirarse despu¨¦s de una ca¨ªda en Granada, cuando era 19? en la general (en meta perdi¨® 25:24). Superado ese escollo, en el castillo de Castelldefels s¨®lo tuvo que aprovecharse de su anonimato y de sus magn¨ªficas piernas de escalador.

Su victoria culmin¨® la primera escapada con premio. En una salida fren¨¦tica, una veintena de ciclistas tomaron ventaja. Entre ellos, tres ganadores del Porvenir: Egoi Mart¨ªnez (2003), Mollema (2007) y Barguil (2012). La trisca no ces¨® nunca, por delante y por detr¨¢s. Mientras la fuga se repart¨ªa le?a para levantar un fuerte, Purito y Roche se dejaban ver en el Rat Penat. Todo descarnado, ¨¢spero y agotador.

Y hoy, m¨¢s, Pirineos. Dur¨ªsimos. Incluso provocadores. Para los 176 valientes que siguen en carrera llega un puerto que es un insulto: la Gallina.