Wembanyama disipa dudas

De Oklahoma a Utah hay 881 millas, unos 1.400 kil¨®metros. Son algo m¨¢s de tres horas en avi¨®n, lo que tardaron los Spurs en cambiar a los Thunder por los Jazz en la ciudad mormona para enfrentarse a un nuevo rival en Salt Lake City apenas un d¨ªa despu¨¦s de haberse visto las caras con el anterior, algo muy t¨ªpico en una NBA cuyo calendario sigue siendo extenuante y muy similar para todo el mundo. Pero la organizaci¨®n ha favorecido en el inicio a los texanos, que jugar¨¢n mucho en casa los primeros meses y no tendr¨¢n visitas alargadas fuera de San Antonio hasta finales de diciembre, cuando disputar¨¢n cuatro partidos seguidos fuera de su feudo. Hasta entonces, el objetivo es sacar victorias y mejorar todo lo que se pueda. Es lo que le toca a una plantilla que ha fichado a un veterano como Chris Paul para dar estabilidad a la anarqu¨ªa procedente muchas veces de la juventud. Y a otro como Harrison Barnes, campe¨®n con los Warriors en 2015 y chivo expiatorio despu¨¦s tras la derrota de 2016.

Eso s¨ª, todo depender¨¢ de los avances que haga Victor Wembanyama. Rookie del A?o la temporada pasada, segundo en las votaciones a Mejor Defensor (algo extra?o, pero asombroso) y l¨ªder en tapones de la NBA, el franc¨¦s cumpli¨® e incluso super¨® los pron¨®sticos, pero los Spurs se anclaron en las 22 victorias y necesitan dar un paso adelante en un nuevo proyecto, el que lidera el nuevo unicornio. Llevan cinco temporadas consecutivas sin acceder a playoffs y en las dos ¨²ltimas han firmado id¨¦ntico r¨¦cord, que ocupa la tercera y cuarta posici¨®n de forma simult¨¢nea de los peores balances de la historia de la franquicia. No hay un objetivo determinado y todo depender¨¢ del tiempo que se tome el p¨ªvot para alcanzar el estrellato. En la entidad ya han dicho que no tienen ninguna prisa. Tampoco Gregg Popovich, que camino de los 76 a?os no tiene pensado moverse del banquillo hasta que ¨¦l mismo diga lo contrario. Sus d¨ªas de gloria quedan muy atr¨¢s, pero su carrera sigue su curso y los Spurs ya han dicho que estar¨¢ hasta que ¨¦l quiera. Para bien o para mal.

M¨¢s all¨¢ de eso, los Spurs conquistaron Salt Lake City por obra y gracia de Wembanyama, que compens¨® su mal partido ante los Thunder con otro excelente, especialmente en el plano defensivo. El p¨ªvot se fue a 25 puntos, 9 rebotes, 7 asistencias, 5 robos y 5 tapones, registrando el segundo 5x5 de su carrera y convirti¨¦ndose en el segundo jugador de la historia (junto a Hakeem Olajuwon, que lo logr¨® en cuatro ocasiones) que consigue algo as¨ª en m¨²ltiples ocasiones. Su selecci¨®n de tiro volvi¨® a ser cuestionable (4 de 13 en triples), pero su poder¨ªo en la zona fue brutal, sin dejar espacio para la penetraci¨®n y obligando a los Jazz a lanzar mucho desde el exterior (algo que hicieron por debajo del 22%). Y eso que Walker Kessler, su hom¨®logo en el barro, no hizo mal encuentro precisamente: 6 tantos, 11 rechaces y 3 tapones. Pero insuficiente ante el gigante franc¨¦s, que se retroaliment¨® positivamente y fue ganando confianza, especialmente en una segunda mitad en la que lider¨® la defensa hasta dejar a su rival en 35 tristes puntos.

Chris Paul acompa?¨® al p¨ªvot en las hostilidades, comandando la ofensiva con 19 puntos, 7 rebotes, 10 asistencias y 2 robos, haciendo gala de su infinita sapiencia y su gesti¨®n de los espacios, impoluta a sus 39 a?os y en el ocaso de una carrera alejada ya definitivamente de unos anillos que nunca ganar¨¢. Pero todav¨ªa podr¨¢ prestar este ¨²ltimo gran servicio al lado de Wembanyama, que demostr¨® su influencia defensiva de una forma brutal: a partir de su figura, los Spurs robaron 17 balones, colocaron 7 tapones y provocaron 26 p¨¦rdidas en unos Jazz horribles y con un inicio de temporada m¨¢s que triste (0-5) en el que todav¨ªa no conocen la victoria. Y todo sin Lauri Markkanen, lesionado de la espalda, la ¨²nica luz de un proyecto que ni siquiera ha empezado y que Danny Ainge intenta deshacer en los despachos para empezar uno nuevo. Los Spurs, inmersos en el suyo, ya superaron esa parte. Y tienen en sus filas al omnipresente Wembanyama. El cielo es el l¨ªmite para el gigante franc¨¦s, que se recupera de una actuaci¨®n muy mala con otra muy buena. Como hacen los grandes. Y ¨¦l est¨¢ llamado a ser uno de ellos, claro.

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