Vanderbilt, Davis y los Lakers lo dan todo para firmar una remontada total en la NBA

Llegar¨¢n o no al objetivo, que ya no parece tan lejano, pero no se podr¨¢ decir que estos Lakers bajan los brazos. Despu¨¦s de una primera parte de la temporada decepcionante, despu¨¦s de los necesarios fichajes de mitad de curso, despu¨¦s de la cr¨ªtica interna y externa, despu¨¦s de todo un dislate no apto para psic¨®logos principiantes, ah¨ª est¨¢n. Tras el All-Star tienen que dar todo lo que les queda dentro de s¨ª, en esta franquicia no se perdona un tercer a?o de severa decepci¨®n, y s¨ª, ah¨ª est¨¢n. La victoria frente a los Warriors del pasado viernes se ha enlazado con ¨¦sta, ante otro rival de la Conferencia Oeste, que en menuda circunstancia se ha dado. Una remontada sideral. Un paso de la nada al todo. Una actuaci¨®n que despierta sentidos que se cre¨ªan dormidos.

Los ?ngeles rein¨® en el American Airlines Center. Los Lakers perd¨ªan la noci¨®n del tiempo y tambi¨¦n por una distancia de 27. Se pusieron a picar y erosionaron la confianza de los Mavericks, que era alt¨ªsima en los primeros veinte minutos, para dejarles con la boca abierta. ?sta es la actitud que les meter¨¢ en el play-in, los playoffs o que, por lo menos, va a mantener el pulso a ese coraz¨®n tan golpeado estos d¨ªas. El resultado pas¨® de un 48-21 a un 108-111 en 31 minutos.

Pelearon intensamente en la segunda mitad, sobreponi¨¦ndose a una suerte de Globetrotters que ten¨ªan enfrente hasta ese momento. Lo que siempre se habla en el lenguaje anglosaj¨®n de conseguir frenar tanta alegr¨ªa. Con el f¨ªsico y con la cabeza terminaron llegando los balones al aro, el acierto de los Lakers parti¨® de un cambio de mentalidad. Y eso se puede reproducir, as¨ª lo buscar¨¢n, durante el resto del trayecto que queda hasta que acabe la temporada. Los Mavericks no tuvieron una respuesta acertada a la serie de arreones, por lo civil o lo criminal, que los de Ham dieron. Y les robaron la cartera en la puerta de casa. Ahora s¨®lo hay tres victorias de diferencia entre ambos equipos, la uni¨®n entre Doncic e Irving sigue sin ser perfecta y ya todo puede pasar.

Por dejar algunos datos al lector, tres pinceladas: es la derrota m¨¢s abultada de la historia de los Mavericks; es la remontada m¨¢s grande de un equipo de LeBron; no pasaba nada as¨ª en los Lakers desde 2002, en la etapa del three-peat con Kobe y Shaq, levantando 30 tantos frente a los Mavericks. Por cerrar varios c¨ªrculos, ser¨¢. Que no se haya visto algo as¨ª con esos condicionantes nos puede llevar a hablar de algo hist¨®rico. Es s¨®lo la regular season, las guindas de los pasteles se ponen en otros meses del a?o, pero qu¨¦ manera de cambiar una din¨¢mica. De esto se puede acordar m¨¢s de uno en el futuro. La verdadera victoria de los Lakers es ¨¦sa.

Remontad¨®n despu¨¦s de haber visto algo muy diferente al inicio. Doncic pon¨ªa al servicio de los dem¨¢s todas sus armas, no s¨®lo metiendo sus tiros sino regalando otros tantos que iban con el lazo puesto. Green y Wood se animaban a la fiesta del esloveno y a los Lakers se le avinagraba el car¨¢cter con tanto fallo. Empezaron con un indescriptible 0/14 desde la l¨ªnea de tres, que ampliar¨ªan al descanso con un 3/21. Los visitantes no la met¨ªan ni en una piscina y a los locales casi les daba la risa del acierto que estaban teniendo. Al dar con la segunda manga revivi¨® Tim Hardaway el s¨¦nior en la figura de Tim Hardaway el j¨²nior. Fall¨® dos mates, pero todo lo que aport¨® fue m¨¢s para aplaudirle a tres manos que para lanzarle una en ayuda. En esos minutos se alcanz¨® la m¨¢xima distancia del encuentro y en ese punto lleg¨® el cambio de chip de los Lakers. Veremos si se extrapola a m¨¢s compromisos, la salud de los aficionados de los Lakers lo agradecer¨¢n.

Vital fue Vanderbilt. ¡°Nos ha pateado el culo¡±, dijo Kidd al acabar (tambi¨¦n declar¨® que ¡°tenemos que madurar, que crecer; yo no soy el salvador, yo no juego¡±). Esa garra que no puede, o no s¨®lo puede poner LeBron James, es la que vino del alero, recientemente traspasado desde los Jazz junto a Malik Beasley. Pundonor al m¨¢ximo y trazas de todoterreno. Sus ocho puntos seguidos, dos anotados y dos asistidos, en el tercer cuarto terminaron de romper la sostenibilidad de los Mavs.

Declaraci¨®n de intenciones de los de Ham. Lo dan absolutamente todo. Con ese coraje de Vanderbilt, que firm¨® un doble-doble de 15+17 sin cortapisa al que adem¨¢s sum¨® cuatro robos, entraron en calor Davis, que se hizo grande en la pintura, o Reaves, que se pic¨® con Green en lo que fue m¨¢s un ¨¢nimo personal que otra cosa. Los Mavs perec¨ªan al son de Doncic, sin la cabeza tan amueblada como al principio, y de Irving, que en la segunda mitad firm¨® un muy mal 3/12 en tiros de campo. Para cerrar las sensaciones negativas despert¨® LeBron James despu¨¦s de haber asustado a la parroquia con una mala ca¨ªda sobre su tobillo derecho, vieja cicatriz, dando una imagen todav¨ªa peor con un se?or cercano a los cuarenta y para nada a tope sentando c¨¢tedra. Y, como colof¨®n, una jugada de saque de banda en la que se buscaba el empate, ya despu¨¦s de la completarse la remontada, en la que Irving le sirvi¨® un mal bal¨®n a un Doncic poco avispado. Los Lakers libraron el final de partido llevando la distancia a tres y el triple para forzar la pr¨®rroga nunca lleg¨® a la cesta en esta pedazo de gesta.