Una mano de cartas cambiadas tambi¨¦n le sirve a estos Nuggets

No ser¨¢ porque los Lakers no intentaron darle el vuelco necesario a esta eliminatoria ya en el segundo partido. El inexpugnable Ball Arena fue tambi¨¦n escenario del segundo asalto de las finales de la Conferencia Oeste, en el que los angelinos intentaron igualar el marcador global, lo tuvieron en la mano, y se fueron peor de lo que entraron. Los Nuggets ganaron dos partidos en uno y se van a Los ?ngeles sin m¨¢cula en su casillero, habiendo desactivado varios recursos con los que el rival le ha puesto en verdaderos problemas y marcando con fuerza la tendencia de la que ven¨ªa avisando en la fase regular de la actual temporada.

Un ¨²ltimo cuarto de locura para los de Mike Malone desemboc¨® en el 108-103 con el que se cerr¨® este segundo partido. Y en el 2-0 que prevalece en la eliminatoria. Habiendo marcado el paso Darvin Ham con un par de ajustes, haciendo grande a Hachimura y otorgando posesiones importantes a Reaves, siguiendo la senda del intento de remontada del primer d¨ªa, etc, y ni con esas. Segunda ca¨ªda, mala imagen (sobre todo en lo f¨ªsico) de LeBron James y dudas a plantear de cara a los partidos en L.A. ?C¨®mo se gana a estos Nuggets?

Se jug¨® a lo que quiso Lakers hasta el punto en el que el caudal ofensivo se desbord¨® y la presa no pudo aguantar. A remolque aguantaron unos sufridores Nuggets, con goterones de sudor pese al fr¨ªo de las Rocosas, y no despegaron. Una, dos, tres y m¨¢s veces amenazaron los de oro con romper definitivamente y dejar tirado a su contrincante, pero ah¨ª sali¨® la casta de campe¨®n de la que ha estado haciendo gala esta Denver. La del ¡®este a?o s¨ª', la del de ¡®aqu¨ª no me mueven¡¯, la del ¡®no me voy hasta que yo quiera¡¯. Mentalidad estoica. Jam¨¢s se fueron del partido y, en base a ese juego mental con un rival m¨¢s veterano, ganaron el cielo.

El gran protagonista del d¨ªa fue Jamal Murray. No s¨®lo por sus 37 puntos con el a?adido de 10 rebotes, 5 asistencias y 4 robos, quedarse en eso ser¨ªa simplificar la complejidad. El base canadiense, que ha regresado a las pistas este a?o tras una grave lesi¨®n de rodilla, se pas¨® el juego en el ¨²ltimo cuarto. Porque entrando al tercero su carta de tiro era para criticar, 3/15, y acab¨® cerrando cualquier boca m¨¢s grande que la suya. El estallido de Murray provoc¨® el efecto necesario para que se unieran m¨¢s secundarios de Jokic (que no anot¨® en ese cuarto periodo, pero complet¨® un triple-doble de 23+17+12): Porter y Brown frieron a triples a su contrario para dar la vuelta a un marcador que estuvo en manos visitantes todo el tiempo anterior y el cambio desubic¨® tanto a los Lakers que jam¨¢s pudieron recuperarse.

Filtraron los Lakers que sacar¨ªan a Hachimura contra Jokic, lo que les funcion¨® en el anterior partido, en el inicio. Pero no fueron esos los cambios, fueron en el exterior. Russell volvi¨® a la titularidad y Vanderbilt fue el perro de presa para ir contra Murray y su efervescencia. Y en la primera jugada, robo en media cancha para mate del alero zurdo de los Lakers, se marc¨® una tendencia. La defensa iba a ser el pilar de los californianos. C¨®mo no serlo con el vendaval que les hab¨ªa ca¨ªdo el martes en la apertura de estas finales de conferencia. En la primera parte del primer cuarto Murray parec¨ªa no pasar problemas: un par de triples al zurr¨®n y estabilidad bajo su mando. Pero ah¨ª se endureci¨® todo, el partido y los r¨¦ditos que de ello sacaron los angelinos. Falta tras falta, con problemas de contenci¨®n en Porter y Pope, cerraron el orificio de los puntos y enviaron el encuentro a un sal¨®n oscuro. Los ¨¢rbitros ten¨ªan que aguantar protestas dif¨ªcilmente justificables en un carrusel de personales que se le atragant¨® hasta al m¨¢s optimista. Con un par de acciones de D¡¯Angelo y, sobre todo, la aparici¨®n de Rui en la cancha ese t¨²nel l¨²gubre por el que transitaba el juego se pas¨® gracias a la luz del japon¨¦s.

17 de los 21 puntos de Hachimura llegaron en la primera mitad. Una suerte de penetraciones sin fallo, fueran tras bloqueo o jugando sin bal¨®n, fueron sustento para los Lakers. Los Nuggets, por su parte, empezaban a irse hacia atr¨¢s. Davis (18+14) sumaba f¨¢cil, los porcentajes eran correctos y no penalizaban los fallos: ni dejar revivir a Caldwell-Pope en ataque ni un intento de mate de molinillo de LeBron James que se convirti¨® en viral (pocas veces se ve ese fallo en ¨¦l).

Denver hab¨ªa intentado acercarse dos veces en el marcador antes del descanso y no hab¨ªa podido. En la reanudaci¨®n tras el descanso todo se puso peor. Apareci¨® Reaves y la diferencia subi¨® a m¨¢s de diez. En los continuos cambios de asignaci¨®n LeBron se pudo con Jokic y ambos intentaron sacar de quicio al otro en ese peque?o intercambio. Todo era v¨¢lido para cambiar tendencias. Y es que en la parte final del tercer cuarto los Nuggets empezaron a sacar la cabeza de verdad, a pedir y pedir y que se les diera. Sus partidas de p¨®quer las juega con el Joker, el comod¨ªn m¨¢s v¨¢lido de esta Liga, y encima las cartas le empezaban a caer para darle la vuelta a la mano. Por ejemplo, en un tap¨®n ilegal en un simple palmeo de Davis al serbio para cerrar ese tercer acto. El partido empezaba a sonre¨ªr a unos Nuggets ap¨¢ticos durante tantos minutos. Faltaba, para rematar, que les cayera un as en una partida que se hab¨ªa apurado; eso fue lo que ocurri¨® cuando, en los momentos calientes, la mu?eca que ard¨ªa fuera la de Jamal Murray, el factor m¨¢s desequilibrante esta noche. Nunca sabes a qu¨¦ atenerte ante tan variado talento.

Un 15-1 de parcial, del 81-83 al 96-84, en 4:04 minutos pareci¨® ser la puntilla. El Ball Arena estallaba de j¨²bilo. Porter hab¨ªa sacado los tiros que le gustan, Brown estaba extramotivado tras picarse con el banquillo rival y Murray, ay, Murray tiraba las flechas de su arco y todas daban en la diana. Pero, con tal vapuleo, los Lakers tuvieron agallas de aguantar todo lo que quedaba. Davis, m¨¢s flojo en la segunda parte que en la primera, meti¨® el tiro m¨¢s complicado en la esquina derecha. Reaves, un triple a tablero que les pon¨ªa a dos a falta de un minuto. Todo ello, con la obsesi¨®n de LeBron por colarse en esa fiesta del triple (0/6 en total). Un par de errores por desesperaci¨®n y el acierto local en la l¨ªnea de personal terminaron con todo.