Un hundimiento b¨ªblico

El infierno sigue siendo el hogar de los Mavericks. Es as¨ª ganen o pierdan partidos, sumen o resten hagan peor o mejor su r¨¦cord. La historia del equipo texano es una de las m¨¢s surrealistas de la historia de la NBA tras el traspaso de todos los traspasos, ese que llev¨® a Luka Doncic de forma incomprensible a Los Angeles Lakers. Pero no s¨®lo por eso: si cogemos el ¨²ltimo a?o, estamos hablando de una de las volteretas m¨¢s incre¨ªbles de siempre. La franquicia de Dallas, no lo olvidemos, disput¨® las pasadas Finales con la estrella eslovena de h¨¦roe y tras unos playoffs en los que eliminaron a Clippers (4-2), Thunder (4-2 en una serie fant¨¢stica) y Timberwolves (4-1) antes de caer, rotos f¨ªsicamente, ante unos Celtics que fueron neta y completamente superiores. Pero el futuro era suyo y por eso se apost¨®, o eso parec¨ªa, por el proyecto: Kyrie Irving demostr¨® que su mala cabeza no hab¨ªa acabado con su consabido talento, los rivales parec¨ªan ganables y las viejas glorias que no iban a regresar a reclamar una corona que no era suya. Se fich¨® a Klay Thompson a sabiendas de que siempre se puede mejorar. Y, al final, ya se sabe: la nada.

As¨ª ha sido la temporada de los Mavericks, para olvidar por obra y gracia de sus due?os y su directiva. Patrick Dumont y la familia Adelson se hicieron con el control de la entidad en diciembre de 2023, desplazando a Mark Cuban de las decisiones directivas. Y se encomendaron a Nico Harrison, el que es ahora mismo el enemigo p¨²blico n¨²mero 1. El que trajo a Daniel Gafford o PJ Washington, rode¨® a Doncic a la perfecci¨®n y era considerado uno de los due?os de los despachos m¨¢s destacados de la competici¨®n norteamericana. Ese mismo que ha tomado una decisi¨®n que nadie entiende. Y no porque ¨¦l no lo haya explicado: se ha hartado de poner excusas, de criticar al jugador, de decir que si fuma, que si bebe, que si no se cuida y no se qu¨¦ de la Mamba Mentality, una filosof¨ªa que encumbr¨® a un jugador hist¨®rico como Kobe y que en nada se parece a lo que la estrella predicaba en manos de un general manager que ha perdido el norte. Pero que ha defendido su idea hasta el final, justificando algo que nadie entiende en Dallas, donde se han hartado de hacer entierros metaf¨®ricos y de quejarse por el rumbo tomado. Desde luego, algo comprensible. Ya que por muchas explicaciones que se den, nadie las entiende.

Desde entonces, todo ha ido de mal en peor para los Mavericks, que llegaban a Indiana con 13 derrotas en los ¨²ltimos 20 partidos. 3 consecutivas y 8 en los ¨²ltimos 9 partidos. Con eso y con el enorme problema de tener una rotaci¨®n que en los encuentros m¨¢s recientes ha sido de apenas 7-8 jugadores debido a las desgracias acumuladas que les han convertido en una de las franquicias deportivas m¨¢s desgraciadas de la historia. Anthony Davis se lesionaba nada m¨¢s debutar en una met¨¢fora de su carrera tras ser parte de un exilio forzado, en la que ha sido la otra cara del traspaso. Y, varios partidos despu¨¦s, hac¨ªa lo mismo Kyrie Irving. Entre medias, Quentin Grimes era tambi¨¦n traspasado para salirse baloncest¨ªsticamente hablando en los Sixers con la sensaci¨®n de que lo hac¨ªa solo para dejar mal a su exequipo. Las cr¨ªticas se multiplicaban, el p¨²blico era expulsado del American Airlines Center por protestar contra los responsables de todas las desgracias y la situaci¨®n deportiva era tan pobre que daba hasta pena ver al equipo. Uno que por fin ha bajado a la und¨¦cima posici¨®n de la Conferencia Oeste gracias a que los Suns, empe?ados en perder, han ganado a los Bulls. Eso es lo que parece que quieren los texanos: perderse el play in, irse lo antes posible de vacaciones y que el ruido deje de sonar tan fuerte. Una sensaci¨®n l¨ªcita, por supuesto.

En medio de todo ese contexto y como no pod¨ªa ser de otra manera, los Pacers acabaron con los Mavericks en el Bankers Life Fieldhouse de Indiana (135-131). Y eso que los visitantes lo intentaron, con seis de sus ocho jugadores disponibles (sin comentarios) superando la decena de puntos: 26 de PJ .Washington (9 de 18 en tiros), 18 de Kai Jones (con 11 rebotes), 20 de Naji Marshall, 17 de Spencer Dinwiddie (con 12 asistencias), 17 de Max Christie y 17 de Jaden Hardy (con 8 de 13 en tiros de campo y 3 de 6 en triples). Nada de eso bast¨® contra un rival que estuvo m¨¢s acertado en un ¨²ltimo cuarto de locura, con mucho ataque y nada de defensa (45-40 de parcial) y en el que consiguieron hacerse con un partido clave en las aspiraciones para conseguir ventaja de campo en la primera ronda de los playoffs de la Conferencia Este, algo para lo que est¨¢n luchando con los Bucks de Giannis Antetokounmp. Sin Tyrese Haliburton, Pascal Siakam fue el mejor jugador local al anotar 29 puntos. La estrella (campeona de la NBA con los Raptors en 2019) estuvo acompa?ada de Bennedict Mathurin (23 tantos) y Andrew Nembhard (22). En un encuentro muy de los tiempos que corren, por cierto: mansalva de triples, demasiado ataque para tan poco esfuerzo defensivo, mucho tedio y la sensaci¨®n de que todo el rato est¨¢ pasando lo mismo. M¨¢s all¨¢ de eso, los Pacers siguen con su lucha. Y los Mavericks, sin alma, siguen cayendo a un pozo sin fondo. Es as¨ª.

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