Un Anthony Davis monumental

Tal y como est¨¢n acabando las cosas en el Oeste, esto se puede decir al menos un par de veces cada noche, o casi, pero lo cierto es que este partido, Wolves-Lakers en Minnesota, estaba marcado en rojo en el calendario de una pelea extra?a, inc¨®moda, muchas veces incomprensible pero altamente emocionante por no quedarse fuera del lote de playoffs/play in en una Conferencia llena de confusi¨®n y, convengamos tambi¨¦n, un nivel medio ciertamente mediocre.

Ganaron los Lakers (111-123). Un triunfo vital, b¨¢sico para saber realmente d¨®nde est¨¢n a ocho d¨ªas del cierre de la regular season. Pues bien: est¨¢n en positivo (39-38) por primera vez desde mitad de la temporada pasada (21-20 el 11 de enero de 2022), que se dice pronto. Y est¨¢n s¨¦ptimos del Oeste, con solo una derrota menos que Warriors y Clippers. As¨ª que, para el que quiera mirar hacia arriba, todav¨ªa pueden ser quintos. Por muy incre¨ªble que parezca y si es que es lo ideal, porque todo apunta a que enviar¨ªa a un cruce en primera ronda contra los Suns de Devin Booker y, claro, Kevin Durant. Adem¨¢s, el v¨¦rtigo tambi¨¦n se ha reducido: sacan un partido y medio a los Thunder, que son d¨¦cimos y a los que tienen ganado el desempate; y dos al und¨¦cimo, unos Mavericks a los que ven ya relativamente lejos. Visto lo que queda.

Una reacci¨®n salvaje tras el descanso

Los Lakers adelantaron a unos Wolves (39-39) que ahora son novenos y que, as¨ª es la cosa en el Oeste, miran al precipicio del und¨¦cimo puesto del mismo modo que estar¨ªan mirando a la atalaya del sexto si hubieran ganado un partido en el que parecieron superiores durante buenos tramos de la primera parte y en el inicio del tercer cuarto, en el que se pusieron en +13 (68-55) y segu¨ªan con doce puntos de ventaja (76-64) a menos de ocho minutos del cierre. En el ecuador de ese tercer parcial, Anthony Davis se torci¨® el tobillo (con 76-68). Y en ese momento, por detr¨¢s y con el que ahora mismo es su jugador clave en el suelo, la temporada de los Lakers parec¨ªa una causa perdida. Pero la cosa es, porque as¨ª tiene que ser todo en el Oeste, que el punto de inflexi¨®n fue justo en sentido contrario. Los Lakers se metieron en un tramo de 2-24, un trance tremendo de defensa que volte¨® el partido en menos de siete minutos (hasta el 78-88). Despu¨¦s, en el ¨²ltimo cuarto, controlaron con autoridad los (poco temibles) intentos de reacci¨®n de unos Wolves sin fuerzas y sin disciplina.

Davis acab¨® con 38 puntos y 17 rebotes. De largo el mejor jugador en pista. Despu¨¦s de su problema de tobillo, anot¨® 21 puntos, 17 en un ¨²ltimo cuarto en el que control¨® ¨¦l solo a los Wolves y en el que encaden¨® doce puntos seguidos sin fallo (5/5 en tiros de campo). Su partido, otro m¨¢s, volvi¨® a ser fabuloso. Es el jugador con m¨¢s noches de al menos 35+15 (siete ya) en toda la NBA, lo que es significativo contando con lo que se ha perdido. Su intensidad en las dos zonas y su capacidad de jugar con dolor fueron el santo y se?a, el grito de guerra de los Lakers. Para colmo de buenas noticias, dijo despu¨¦s que se sent¨ªa bien y que contaba con jugar ma?ana, en Houston. Veremos, igual es un exceso de optimismo. Su entrenador, Darvin Ham, explic¨® as¨ª su trascendencia: ¡°Todo empieza con ¨¦l. Tenemos un equipo que puede hacer cosas, pero tiene que haber una fuerza sobre la que pivote todo, que lidere la carga. En nuestro caso, esa fuerza es AD¡±. Chris Finch, el t¨¦cnico rival, fue m¨¢s coloquial pero tambi¨¦n se le entendi¨® sin problemas: ¡°Davis nos ha pateado el culo de todas las formas posibles¡±.

Los Lakers, con buena parte de la temporada en juego, ganaron el tercer cuarto 18-35 y la segunda parte, 46-68. Defendieron muy bien despu¨¦s del descanso, con mucha presi¨®n sobre la generaci¨®n de juego de los Wolves e inteligencia para dejar libres a los peores tiradores de un rival atacado por un virus en las horas previas al partido. Towns (23 puntos, 8 rebotes) dijo que le hab¨ªa afectado mucho. Anthony Edwards (11 puntos, 16 tiros) pareci¨® sin fuerzas. Adem¨¢s, la baja de Naz Reid, que va para largo, se not¨® mucho y permiti¨® a Davis dominar a sus anchas cuando se sent¨® Gobert. Y solo Mike Conley (25+7 asistencias) dirigi¨® con sentido. El veterano base vio desde el banquillo la crecida, definitiva, de los Lakers en el tercer cuarto.

LeBron no jug¨® bien: 18+10+6, 7/19 en tiros. De hecho, empez¨® horriblemente mal y mejor¨® en el ¨²ltimo cuarto. Dennis Schr?der fue fundamental, por coraz¨®n y capacidad para defender con pegamento y agresividad. Tambi¨¦n Vanderbilt. Russell anot¨® 12 puntos y reparti¨® 10 asistencias, Reaves acab¨® con 15 puntos y Beasley meti¨® los triples (3/4, 9 puntos). Los Lakers ganaron un partido que ten¨ªan que ganar, llevan cinco triunfos en los seis ¨²ltimos y han sumado dos esenciales en Chicago y Mine¨¢polis despu¨¦s de su pifia del pasado domingo, en L.A. contra los Bulls. Llevan dos noches con el quinteto Russell-Reaves-LeBron-Vanderbilt-Davis, una unidad que parece excelente incluso con LeBron todav¨ªa lejos del 100%. Y tienen la suficiente profundidad para sostenerse si Ham no enreda mucho con las rotaciones. Su situaci¨®n es buena, excelente si se valora d¨®nde estaban hace un par de meses. Ahora que se templan un poco, sube la temperatura en unos Wolves sacudidos por la enfermedad y asomados al abismo. Porque como ganen hoy los Mavs en Miami¡­