Towns, traspasado a los Knicks
Golpe de efecto: un aspirante del Oeste como Minnesota Timberwolves env¨ªa a una de sus estrellas a un aspirante del Este, New York Knicks.
Con la pretemporada encima, a las puertas de la apertura de los training camps y a d¨ªas de los primeros partidos de preparaci¨®n, la NBA se ha quedado sin respiraci¨®n: New York Knicks, para muchos el gran aspirante a desbancar a Boston Celtics (el campe¨®n) en el Este, ha cerrado una traspaso con Minnesota Timberwolves, para muchos el gran aspirante a desbancar a Dallas Mavericks (el finalista) en el Oeste por el que Karl-Anthony Towns, el n¨²mero 1 del draft de 2015, dejar¨¢ los Wolves despu¨¦s de nueve a?os y reforzar¨¢ a unos Knicks que buscaban un p¨ªvot tras la salida de Isaiah Hartenstein y ante los problemas f¨ªsicos de Mitchell Robinson. Se hablaba de parches, opciones menores para la rotaci¨®n, e incluso alg¨²n nombre de nivel (Clint Capela, Isaiah Stewart¡). Pero no se esperaba un golpe de efecto semejante: Towns es un cuatro veces all star, la ¨²ltima, la temporada pasada) y un jugador en teor¨ªa clave en la composici¨®n de unos Wolves que firmaron una de las mejores temporadas de su historia en un ¨²ltimo curso en el que eliminaron al que era vigente campe¨®n, Denver Nuggets, pero no pudieron con Luka Doncic y sus Mavs en la final del Oeste.
Esta es la operaci¨®n: los Wolves env¨ªan a New York a Towns (2,13, 28 a?os) y reciben al ala-p¨ªvot Julius Randle (29), al escolta Donte DiVicenzo (27) y una primera ronda, la de Detroit Pistons en 2025 con, eso s¨ª, protecci¨®n top 13 (solo ir¨¢ a Mine¨¢polis si no est¨¢ entre los primeros trece picks) en 2025, top 11 en 2026 y top 9 en 2027. Si no ha cumplido con los requisitos en esos tres drafts, se convertir¨¢ en una segunda ronda. Charlotte Hornets entr¨® en la operaci¨®n como tercer equipo, facilitador desde el punto de vista salarial. Los de Carolina se llevan a DaQuan Jeffries y compensaci¨®n v¨ªa draft.
Randle, Bridges, Anunoby... y Towns
Towns se re¨²ne as¨ª con Tom Thibodeau, el que fuera su entrenador en Minnesota entre 2016 y 2019. Ya no jugar¨¢ al lado de una estrella emergente como Anthony Edwards, el gran jugador franquicia en esta nueva era de los Wolves, ni en formato torres gemelas (en unas cuantas cosas, cuestionables) junto a Rudy Gobert. En los Knicks, en teor¨ªa, ser¨¢ m¨¢s p¨ªvot puro y podr¨¢ explotar sus virtudes como anotador y tirador exterior al lado de un generador como Jalen Brunson. Lo que no cambia es la ambici¨®n: sus Wolves est¨¢n en pleno ¨®rdago para intentar ser campeones y los Knicks, su nuevo equipo, son el gran depredador del mercado en los ¨²ltimos meses, en los que han sumado a OG Anunoby, Mikal Bridges y ahora Towns, los tres v¨ªa traspaso, a un proyecto que definitivamente adquiere ya, si es que no lo ten¨ªa, rango de absoluto aspirante al anillo. Ya ha llovido en Nueva York: los Knicks no son campeones desde 1973 y no juegan una final de Conferencia desde 2000.
En ese tramo en el que Towns jug¨® para Thibodeau (2016-19), promedi¨® 23 puntos y 12,3 rebotes, fue dos veces all star y lider¨® a un equipo que rompi¨® una racha de catorce a?os (2004-2018) sin pisar los playoffs. La pasada temporada, el p¨ªvot de origen dominicano promedi¨® 21 puntos, 8,3 rebotes, 3 asistencias y un 41,6% en triples. Los Knicks, que en los ¨²ltimos playoffs sufrieron una plaga b¨ªblica de lesiones y perdieron en semifinales contra Indiana Pacers, ven a Towns como la pieza definitiva del puzle, la guinda de un proyecto ultra ambicioso y que tiene como objetivo, por encima de todo, desbancar en el Este al que partir¨¢ otra vez como gran favorito, Boston Celtics. En esos ¨²ltimos playoffs no estuvo Randle por una lesi¨®n de hombro que sufri¨® el 27 de enero y por la que ya no volvi¨® a jugar despu¨¦s de un extra?o trance: dos meses de rehabilitaci¨®n y tratamiento conservador para intentar llegar a las eliminatorias y, finalmente, paso por el quir¨®fano en abril porque las cosas no terminaban de ir bien.
Randle es un tres veces all star (la ¨²ltima, tambi¨¦n en 2024) que el pasado curso estaba promediando, hasta la lesi¨®n, 24 puntos, 9,2 rebotes y 5 asistencias. N¨²mero 7 del draft en 2014, jug¨® en Lakers y Pelicans antes de recalar en los Knicks. Siempre ha sido un jugador cuestionado, pese a su indudable talento, por su defensa y por cu¨¢nto ayudan sus n¨²meros (una certeza en cuanto a producci¨®n por volumen) en los momentos importantes de verdad, algo que tambi¨¦n ha sido hasta ahora el soniquete recurrente para un Towns que en los dos ¨²ltimos a?os ha mejorado como defensor pero que, autoproclamado el mejor grande tirador de la historia, volvi¨® a decepcionar contra los Mavericks, cuando los Wolves ten¨ªan a tiro su primer billete a las Finales de la NBA. La prensa de Minnesota asegura que Towns no ha pedido el traspaso y que est¨¢ ¡°estupefacto¡±. La operaci¨®n se ha completado con esa primera ronda protegida de los Pistons y DiVincenzo, un escolta de primer nivel que fue uno de los h¨¦roes de los Knicks en los ¨²ltimos playoffs (casi 18 puntos por partido con un 42% en triples): un gran competidor que defiende y tiene rachas letales desde la l¨ªnea de tres.
Contractualmente, los Wolves reducen cargas. Otro factor obvio por el que se han metido en una operaci¨®n muy inesperada, al menos en este punto, despu¨¦s del enorme ¨¦xito del pasado curso y antes de poder comprobar si la progresi¨®n colectiva continuaba en uno nuevo en el que no hay otro objetivo que el t¨ªtulo para una franquicia metida, adem¨¢s, en un l¨ªo por una venta que se ha atacado y enturbiado enormemente. Towns abrir¨¢ en esta temporada 2024-25 una extensi¨®n de cuatro a?os y 220 millones de d¨®lares que firm¨® en 2022. Llegar¨¢ a la 2027-28 con una player option de 61 millones. A Randle le queda esta temporada de contrato (28,9 millones) y tiene una player option de 30,9 para la siguiente, 2025-26. A DiVincenzo, finalmente, le quedan tres a?os de un v¨ªnculo muy bueno dado su rendimiento del pasado curso (en torno a los 12 millones al a?o).
?Qui¨¦n gana y qui¨¦n pierde en la operaci¨®n?
Para los Knicks, este es un movimiento dr¨¢stico, una demostraci¨®n de que van a por todas y de que est¨¢n dispuestos a arriesgar para convertirse en campeones de la NBA, algo de lo que tienen derecho a sentirse m¨¢s cerca que nunca gracias al excelente trabajo que ha hecho desde su llegada en 2020 Leon Rose, ahora presidente y antes una de las cabezas visibles de la delegaci¨®n de baloncesto de la poderosa agencia CAA¡ en la que representaba a Towns. Rose ya se interes¨® por la situaci¨®n de p¨ªvot en los dos veranos anteriores a este, y ahora ha accedido a incluir en la operaci¨®n a DiVincenzo y la primera ronda de los Pistons para hacerse con ¨¦l.
Los Knicks, que estar¨¢n en el punto de mira si Towns no juega en su mejor nivel, necesitaban un p¨ªvot. Y se han hecho con uno que adem¨¢s es una estrella: cuestionada, pero estrella. Randle, con todos sus peros, es un jugador con m¨¢s capacidad para crear y generar juego mientras que Towns es un anotador brillante y un gran tirador para su altura que, para lo bueno y para lo malo, multiplicar¨¢ la dependencia de Brunson. A cambio, los Knicks podr¨¢n tirar tanto como quieran desde la l¨ªnea de tres y jugar con quintetos muy abiertos, un estilo ¨®ptimo en la NBA actual¡ y que se acerca al de los Celtics, la obsesi¨®n de los neoyorquinos porque es el rival al que tienen que cazar si quieren mandar en el Este. Pierden profundidad pero ganan peso en la parte noble de la rotaci¨®n, cubren una necesidad obvia y tienen razones para creerse capaces de ocuparse de las lagunas defensivas de Towns gracias a aleros apabullantes como Bridges y Anunoby y contando con que Mitchell Robinson, su ancla interior, estar¨¢ de vuelta para el tramo decisivo de la temporada.
En todo caso, Randle tampoco es un buen defensor y Towns ha mostrado progreso en ese apartado: solo hay que ver su trabajo contra Nikola Jokic en las pasada semifinales del Oeste. Adem¨¢s, es un jugador criado en New Jersey, aficionado de los Knicks desde ni?o y que se va a reencontrar con un Thibodeau al que se enfrent¨® cuando compartieron vestuario en los Wolves. Despu¨¦s, el propio Towns reconoci¨® que el hacha de guerra estaba enterrada. A nivel de qu¨ªmica, uno de los puntos fuertes del equipo durante tramo final del pasado curso, la operaci¨®n tiene su miga porque rompe antes de su estreno el n¨²cleo de los Nova Knicks: Brunson, DiVincenzo, Josh Hart y Bridges fueron todos campeones y compa?eros universitarios en Villanova. La llegada de Bridges reun¨ªa a los cuatro en el mismo vestuario¡ pero no han podido jugar ni un minuto juntos porque DiVincenzo ya se ha ido. El escolta se convirti¨® en uno de los favoritos de la grada y un jugador muy importante cuando llegada de Anunoby implic¨® la salida del backcourt de RJ Barrrett e Immanuel Quickley. Con un quinteto temible, los Knicks tendr¨¢n menos profundidad de banquillo: Hart ser¨¢ seguramente titular a tiempo completo y se exigir¨¢ m¨¢s a Miles McBride, que tiene potencial para dar otro salto adelante.
Los Knicks ganaron 50 partidos, fueron segundos del Este en la fase regular, sienten que ha llegado su momento y aceptan el megacontrato de Towns como forma de estabilizar este fara¨®nico proyecto: si va bien, el futuro a medio plazo est¨¢ atado. Randle, sin embargo, va a jugar pendiente de su player option para la temporada 2025-26. Los Timberwolves ganaron 56 partidos, fueron terceros del Oeste y llegaron a la final de Conferencia. Resulta muy extra?o que un equipo que viene de firmar una temporada de absoluta crecida, y que se ha posicionado como incuestionable aspirante al t¨ªtulo, transforme su perfil antes de dar otra oportunidad a una forma de ganar que hab¨ªa empezado a ser temible. Desde los Wolves, filtran que se trata de una forma de ganar profundidad en la rotaci¨®n y flexibilidad en las cuentas para alargar una ventana de competici¨®n que ahora depende totalmente de Anthony Edwards y sus 23 a?os. Desde su punto de vista, el p¨²blico al menos, ahora tendr¨¢n m¨¢s opciones de que lo suyo no sea un ¨®rdago para un par de a?os con riesgo despu¨¦s de problemas que puedan cuestionar la continuidad de un Edwards que apunta a estrella generacional. As¨ª, creen (o dicen), podr¨¢n seguir haciendo equipos que aspiren a lo m¨¢ximo alrededor del que obviamente es su nuevo jugador franquicia, el rey sol de Minnesota.
Pero la realidad es que las cuentas econ¨®micas aparecen sin duda en el primer plano cuando se analizan las verdaderas razones de los Wolves. En la actual situaci¨®n, con las crud¨ªsimas restricciones deportivas (ya no solo una exigencia para los bolsillos de los propietarios) que ha tra¨ªdo el nuevo convenio y la implantaci¨®n de los aprons (una nueva NBA, en la pr¨¢ctica), los Wolves siempre aparec¨ªan se?alados como uno de los proyectos que no iban a durar en el largo plazo. Si a eso se a?ade (aunque ahora est¨¢n en medio de ese cambio de poder que no termina de producirse) que hist¨®ricamente ha sido una franquicia sin ¨¢nimo por meterse en cuestiones de impuesto de lujo y gastos extra¡ Blanco y en botella. Lo que sorprende es que este dr¨¢stico retoque llegue ya, sin dar m¨¢s oportunidades (otra, al menos) al equipo que elimin¨® a Suns y Nuggets y jug¨® la final del Oeste. Si las cosas no hubieran ido bien en el nuevo curso, el traspaso de Towns se habr¨ªa convertido en la gran cantinela del mercado. Sin duda. Pero que se apriete el gatillo incluso antes de que arranque oficialmente la pretemporada, cuando la f¨®rmula acababa de hacer click y Towns y Gobert hab¨ªan empezado a mostrar serios brotes verdes como pareja interior, resulta extra?o Y, seguramente, decepcionante. Tampoco la oferta de los Knicks era nada irrechazable, con solo una primera ronda que, adem¨¢s, no tiene pinta de aterrizar en Minnesota, al menos en 2025 y 2026 si la l¨ªnea de crecimiento de los Pistons (si es que existe tal cosa) es la que parece l¨®gico proyectar ahora mismo.
Los Wolves le dieron su extensi¨®n m¨¢xima a Towns, otra a Gobert y una incuestionable a Edwards. Y tambi¨¦n contratos generosos (y estrat¨¦gicos) a Jaden McDaniels y Naz Reid. En un mercado peque?o, con m¨¢s de 200 millones comprometidos para cada una de las dos pr¨®ximas temporadas, y en ese nuevo panorama salarial creado para frenar precisamente este tipo de inversiones acaparadoras de talento, este era un proyecto destinado a no durar mucho. Pero que se hab¨ªa ganado, al menos, otra vida (y un esfuerzo de los propietarios) con el formato del pasado curso. DiVincenzo es un jugador muy ¨²til con un contrato muy valioso. Parece un complemente perfecto para Edwards e impulsar¨¢ todav¨ªa m¨¢s una defensa que ya era la mejor de la NBA. Y Randle puede aportar en una generaci¨®n de juego que fue cuestionable todo el a?o y un drama en la final del Oeste, contra los Mavericks. Pero los Wolves pierden al que, pese a las cr¨ªticas y sus obvias deficiencias, era uno de sus pilares en pista y en el vestuario. Rompen ese formato mega grande con el que estaban encontrando una forma ¨®ptima para superar en el Oeste a rivales como Denver Nuggets, a los que desnudaron en los playoffs. Randle, un jugador con recurrentes problemas f¨ªsicos, puede ser un factor de creaci¨®n pero tambi¨¦n de disrupci¨®n porque necesita tener la bola en las manos. Y desde luego no parece un compa?ero ideal para Rudy Gobert si el objetivo (y as¨ª tiene que ser en esta NBA) es abrir la pista para que Edwards no juegue en formato comprimido. Su paso por los Wolves, de todas formas, apunta a ef¨ªmero, con esa player option a meses de distancia y en una rotaci¨®n en la que seguramente ganar¨¢n todav¨ªa m¨¢s protagonismo McDaniels y un Naz Reid que acaba de ser elegido Mejor Sexto Hombre y que se puede convertir en uno de los jugadores m¨¢s importantes (todav¨ªa m¨¢s) de unos Wolves que arriesgan mucho y que ser¨¢n criticados, muy muy criticados, si esta apuesta hacia lo flexible/barato no sale bien.
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