¡°Si me dieran a elegir entre mi mujer y Doncic...¡±
Patrick Dumont y la familia Adelson compraron los Mavericks a finales de 2023, dejando en un segundo plano a Mark Cuban. La frase del antiguo mandam¨¢s resuena muy fuerte. ?Se habr¨ªa soltado a Doncic con ¨¦l de principal propietario?
¡°Si me dieran a elegir entre mi mujer y que Luka Doncic se quedar¨¢ en los Mavericks, me pillas en el despacho de mi abogado preparando los papeles del divorcio¡±. La frase de Mark Cuban revolotea m¨¢s que nunca en las horas siguientes a la salida de la estrella eslovena del que hasta ahora ha sido su ¨²nico equipo en la NBA. El base ya est¨¢ en Los ?ngeles y la estupefacci¨®n ha ido por fases: de la cara de sorpresa de Dirk Nowitzki en la red social X, hasta la bendici¨®n de Magic Johnson por la misma v¨ªa. Todo ello, con la reacci¨®n constante y permanente de todo el mundo dentro del baloncesto: aficionados, periodistas, analistas y jugadores. El denominador com¨²n ha sido la sorpresa mostrada y comentada por todos los que han sido preguntados por un movimiento que es ya considerado como uno de los mayores traspasos de la historia. Pocas veces un jugador de tal magnitud ha llegado a una franquicia de tal magnitud. Y menos en su prime, con 25 a?os (cumplir¨¢ 26 en un mes) y tras haber disputado las Finales unos meses antes.
El contexto es mayor y lo que sabemos es lo que se puede contar: Nico Harrison, general manager, ha justificado de forma vaga y poco cre¨ªble la salida de Doncic (el dinero que le tendr¨ªan que haber pagado en verano, la forma f¨ªsica, la cultura...). Pero no podemos olvidar que el directivo es s¨®lo un empleado de un ecosistema mucho mayor... en el que Mark Cuban ya no es el mandam¨¢s. A finales de 2023, Patrick Dumont y la familia Adelson (vinculados a las casas de apuestas) compraron la mayor¨ªa de las acciones de la franquicia y Cuban se qued¨® con una participaci¨®n minoritaria y con mucha menos influencia en los tejemanejes de la entidad. Es m¨¢s, ya no est¨¢ involucrado en las operaciones baloncest¨ªsticas de los Mavericks. Y la decisi¨®n de traspasar a Doncic parece arbitraria y completamente ajena al rico directivo, que tiene un modus operandi muy particular (relaci¨®n con los jugadores, asiento al lado del banquillo) que le hizo particularmente famoso. Pero tambi¨¦n una lealtad muy grande a sus jugadores fetiche.
El 4 de enero de 2000, Cuban compr¨® la mayor¨ªa de las acciones del equipo de los Mavericks de Dallas de la NBA por $285 millones a H. Ross Perot, llevando a la franquicia a un valor de 4.500 millones actualmente. En su trayectoria, amarr¨® la estancia de Dirk Nowitzki en la entidad, convirti¨¦ndole en la mayor estrella europea de siempre hasta la llegada de la generaci¨®n actual (Nikola Jokic, Giannis Antetokounmpo....) y rode¨¢ndole de jugadores, convirti¨¦ndole en el sistema y en un referente de la cultura de la ciudad texana. Con el alem¨¢n, los Mavs llegaron a las Finales de 2006 y ganaron el anillo de 2011. Y, en 2018, consiguieron en el draft el milagro de hacerse con los servicios de Luka Doncic, con un traspaso mediante esa misma noche que mand¨® a Trae Young a los Hawks. Algo que hac¨ªa presagiar una nueva era para la franquicia al menos tan exitosa como la anterior. Sin embargo, todo se ha venido abajo con una sorpresa may¨²scula que ha acabado de un plumazo con la estancia de la estrella eslovena en un equipo que con Cuban presum¨ªa de cuidar a sus h¨¦roes. Pero que ya no tiene a Cuban como capit¨¢n de un barco que nada ahora por aguas inciertas.
Hay que recordar que hubo una situaci¨®n muy similar, pero a la inversa, hace m¨¢s de 20 a?os y cuando el directivo era el principal propietario y ten¨ªa todo el poder. En el verano de 2004, unos Lakers en descomposici¨®n que acababan de perder las Finales contra los Pistons buscaban salida a Shaquille O¡¯Neal, cuya relaci¨®n con Kobe Bryant estaba ya totalmente rota. En esa ocasi¨®n, fueron los angelinos los que se pusieron en contacto con los Mavericks para ofrecer al p¨ªvot, para lo que solicitaron a cambio a Nowitzki. El alem¨¢n todav¨ªa no era el jugador en el que se convertir¨ªa despu¨¦s, pero Cuban fue tajante en su negativa: era su estrella fetiche y era totalmente intransferible. Algo que mantuvo con Doncic cuando el esloveno lleg¨® a los Mavericks... y que no comparten (es obvio) Patrick Dumont y la familia Adelson. Todo ello, independientemente de lo que haya podido pasar entre el base y la plana mayor de la entidad. Mientras tanto, Doncic est¨¢ en Los ?ngeles y la frase de Mark Cuban resuena de fondo. No es para menos.
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