Russell, el suplicio de los Lakers
El base cuaja un inicio de temporada horrible, con malos porcentajes y sin intensidad defensiva. Redick le sent¨® contra los Grizzlies y carg¨® contra ¨¦l en rueda de prensa: ¡°Sin nivel de competencia ni atenci¨®n a los detalles¡±.


De donde no hay no se puede sacar. Y si bien es dif¨ªcil saber hasta d¨®nde pueden llegar los Lakers, da la sensaci¨®n de que D¡¯Angelo Russell toc¨® techo hace mucho tiempo. Y que no da para m¨¢s. El base protagoniza un inicio de temporada bochornoso, horrible en el lanzamiento, desubicado, con unos problemas defensivos enormes y una incapacidad manifiesta para mejorar. Estancado, sin brillo, sin lugar en el sistema sea cual sea el lado de la pista y con demasiadas inseguridades para un equipo que ha mostrado dos caras, pero cuyo playmaker titular ha sido constante en la suya, id¨¦ntica en la victoria y en la derrota. Un desastre con patas que tuvo su m¨¢xima extensi¨®n en la debacle ante los Grizzlies, en la que disput¨® menos de 22 minutos antes de ser sentado por JJ Redick, que ya no le volvi¨® a introducir en la rotaci¨®n. Una realidad m¨¢s que un s¨ªntoma, un hecho que dej¨® de ser un mal momento y se convirti¨® en la definici¨®n de lo que Russell, por desgracia, es como deportista. Un jugador peque?o en un equipo que pretende ser grande.
¡°Nivel de competencia. Atenci¨®n a los detalles¡±, asegur¨® Redick en la rueda de prensa posterior al partido ante los Grizzlies cuando fue preguntado por los minutos que disput¨® su jugador. ¡°Algunas de las cosas que hemos hablado con ¨¦l durante un par de semanas. A veces es muy bueno, otras veces vuelve a ciertos h¨¢bitos. No fue un castigo, pero para que tuvi¨¦ramos la oportunidad de ganar era el camino que deb¨ªamos tomar¡±, asegur¨® el t¨¦cnico, visiblemente molesto con el base. Russell llevaba seis minutos disputados del tercer cuarto cuando fue sustituido, y ni cuando las oportunidades de los Lakers eran inexistentes volvi¨® a entrar, reservando Redick esos minutos para los menos habituales pero manteniendo a D¡¯Angelo en el banquillo. Algo que no es un castigo, pero que lo pareci¨®: un triple precisamente del base dejaba el resultado en un 72-68, pero un 8-0 de parcial de los locales lo estir¨® hasta el 80-68, incluidos dos lanzamientos exteriores errados por Russell, que en ambos actu¨® de forma precipitada. Dos fallos a los que a?adi¨® una apat¨ªa defensiva desquiciante.
Ya no volvi¨® a entrar. En el momento de su sustituci¨®n llevaba 12 puntos, pero con un 4 de 12 en tiros de campo y un 2 de 9 en triples, un suplicio para los Lakers, sin profundidad suficiente como para suplir al irregular jugador y con resultados p¨¦simos cuando no les queda otra que depender de ¨¦l. La lesi¨®n de Jared Vanderbilt obliga y la carencia de m¨¢s competidores en dicha posici¨®n, impide probar otras variantes, que se intentan en determinadas situaciones. Ante los Grizzlies y sin Anthony Davis, LeBron James actu¨® de base en algunas ocasiones, con m¨¢s tiempo de bote e iniciando y finalizando las jugadas. Pero el traslado de Russell a un lugar en el que se aboca al catch and shoot tampoco est¨¢ mejorando sus porcentajes, adem¨¢s de tener muchos problemas a la hora de encontrar su colocaci¨®n en el sistema, tanto en ataque como en defensa. La imagen fue pobre y lo conden¨® al ostracismo, mientras LeBron hac¨ªa un esfuerzo sobrehumano, otro m¨¢s: 39 puntos con 39 a?os el d¨ªa que cumpl¨ªa 1.500 partidos en la NBA. Todo ello con un 15 de 24 en tiros de campo, 6 de 11 en triples y 3 de 4 en tiros libres. Sumando adem¨¢s 7 rebotes y 6 asistencias, por 5 p¨¦rdidas. Un partido celestial. El en¨¦simo.
Pero el resultado fue el mismo y muchas voces se?alan a Russell, que est¨¢ convirtiendo sus problemas en algo que los Lakers no consiguen superar. Sin Davis, y tambi¨¦n sin Rui Hachimura, los Lakers jugaron con el rookie Dalton Ketch de titular, adem¨¢s de con Jaxon Hayes. Y la imposibilidad de atacar la zona de la misma forma que hacen cuando est¨¢ Davis (pick and roll, pantallas constantes, lanzamientos desde la media distancia), tiraron hasta 48 triples, el tope en lo que llevan de temporada. La plantilla no est¨¢ confeccionada para jugar ese tipo de baloncesto. Tampoco para los abultados resultados que est¨¢n teniendo, tanto en la victoria como en la derrota (4-4 en estos momentos). Los angelinos tienen que amarrar la defensa, buscar marcadores m¨¢s cortos y limitar mucho sus errores para convertirse en un rival competitivo y dejar de tener unos picos que pasan de la incomprensi¨®n a la saturaci¨®n. Victorias ante rivales de entidad (Wolves, Suns, Kings...) y una derrota horrorosa contra los Pistons. De la esperanza inicial, a la preocupaci¨®n actual. Ser capaz de lo mejor y de lo peor no es sin¨®nimo de luchar por el anillo, el fin ¨²ltimo, el objetivo que siempre tiene esta franquicia sea realista o no. Y Russell es el mayor damnificado de una din¨¢mica que va muy de la mano de su personalidad deportiva.
Un jugador empe?ado en hacer lo mismo
Russell siempre ha sido as¨ª, el problema secular de muchos jugadores que nunca se han esforzado en mejorar sus defectos, qued¨¢ndose estancados en ramalazos ef¨ªmeros de talento que nunca se traducen en la construcci¨®n de una estrella definitiva. el base empez¨® su carrera, iron¨ªas del destino, en esos Lakers que buscaron una reconstrucci¨®n desde abajo tras la retirada de Kobe Bryant y se rindieron cuando vieron que pod¨ªan fichar a LeBron James y hacer el camino m¨¢s corto. Eso pas¨®, conquistando el anillo de 2020, el de la burbuja de Orlando. Mientras Russell segu¨ªa sus propios pasos: pas¨® por los Nets y lleg¨® al All Star de 2019, en una temporada en la que promedi¨® 21,1 puntos y 7 asistencias y lider¨® a la entidad a playoffs, donde promedi¨® m¨¢s de 19, pero tuvo porcentajes de tiro bastante cuestionables. Su breve paso por los Warriors fue en realidad una transici¨®n hacia los Timberwolves, donde se junt¨® con Karl-Anthony Towns y un incipiente Anthony Edwards. Y ah¨ª, regres¨® a los Lakers.
En febrero de 2023, el denostado Rob Pelinka hizo por fin cosas que tuvieron sentido y mejoraron a la entidad: y de qu¨¦ manera. Jared Vanderebilt y el propio D¡¯Angelo llegaban a la franquicia angelina, que se deshac¨ªa de Russell Westbrook y todo lo que conllevaba tenerle en la entidad, incluido el hecho de haber sido el movimiento que hab¨ªa socavado el proyecto de 2020 y su continuidad en 2021, a?o en el que las lesiones frustraron los intentos de repetir anillo. El base fue casi siempre titular, pero en un contexto distinto en el que los Lakers remontaron (mucho) y se acabaron colando en las finales de Conferencia con mucha m¨¢s rotaci¨®n en esa posici¨®n: Vanderbilt estaba sano, Dennis Schr?der tuvo una gran participaci¨®n y Lonnie Walker se convirti¨® en un revulsivo estupendo y una especie de microondas. Todo eso acab¨® escondiendo la mala participaci¨®n de Russell, que fue decayendo hasta encadenar un desastre tras otro en el 4-0 ante los Nuggets: 6 puntos de media y 2 de 15 en triples de forma combinada, con problemas defensivos que imped¨ªan gestionar bien los partidos m¨¢s apretados.
Russell se qued¨® porque es imposible librarse de todo mal, y se asumi¨® una mejora que no llega en ning¨²n momento. Es un buen jugador de regular season s¨®lo en determinadas rachas y menoscaba las opciones del equipo en todas las dem¨¢s: se fue a un 41% en triples la temporada siguiente, que tambi¨¦n es la pasada, con un extraordinario resurgir entre diciembre y enero, cuando peor estaban los Lakers. Ah¨ª tuvo una racha de 27,5 puntos en 8 partidos entre el 13 y el 27 de enero, para irse posteriormente a 16 tantos y 14 asistencias en la conquista del Garden sin LeBron ni Davis y a 11, con 17 pases a canasta, en Salt Lake City. Tambi¨¦n anot¨® 44 tantos (con 6 rebotes y 9 asistencias) a los Bucks. Pero todo se diluy¨® igual que hab¨ªa empezado: 14,2 puntos en la extenuante primera ronda contra los Nuggets, con menos del 30% en tiros de campo y del 32% en triples, incluido un 1 de 9 en el asalto inicial, un 0 de 6 (con 0 puntos) en el tercero y un 2 de 10 en el quinto y definitivo. Con Vanderbilt lesionado y sin rastro de gente como Walker o Vanderbilt, no hab¨ªa soluci¨®n ni rotaci¨®n posible y tuvo que jugar 37 minutos por noche. Austin Reaves era un mejor generador en forma y fondo, aparte de un jugador neta y completamente superior en todas las facetas del juego. Tambi¨¦n, claro, LeBron. Pero Russell era igual de ineficaz con o sin bal¨®n y cambiar de distribuidor no solucionaba nada. Y eso sin hablar de su dejadez defensiva, imperdonable en la fase final.
Los Lakers est¨¢n sufriendo la peor cara de Russell en este inicio de temporada: 12 puntos, 2,3 rebotes, 5,8 asistencias y 1,8 p¨¦rdidas en 30 minutos, una estad¨ªstica que va disminuyendo paulatinamente. Tambi¨¦n un 37,5% en tiros de campo y unos problemas en la selecci¨®n de lanzamiento que le hacen irse ya por debajo del 30%, para 14 escasos aciertos en 48 intentos. Inc¨®modo sin el bal¨®n en ataque, precipitado, desacertado y muy alejado del sistema, sus problemas en defensa son todav¨ªa m¨¢s grandes: est¨¢ descolocado, pierde la posici¨®n de su par por quedarse mirando al bal¨®n, es un agujero cuando le toca proteger la l¨ªnea de fondo, no llega a las ayudas y no participa en el rebote, con una apat¨ªa preocupante y unas dificultades constantes. Russell tiene pendientes m¨¢s de 18 millones de d¨®lares esta temporada y ser¨¢ agente libre el pr¨®ximo verano, por lo que no ser¨ªa de extra?ar que fuera el elegido para un hipot¨¦tico traspaso. Pero ser¨¢ dif¨ªcil de colocar por lo que cobra y por c¨®mo est¨¢ jugando. De momento, su papel est¨¢ siendo un suplicio que tortura a los Lakers. Que necesitan reaccionar r¨¢pido para no desengancharse, volver a estar en positivo y olvidarse de la mala racha en la que est¨¢n inmersos. Y eso lo tienen que hacer s¨ª o s¨ª. Con D¡¯Angelo Russell o sin ¨¦l.
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