Qui¨¦n es Paolo Banchero, el n¨²mero 1 del Draft 2022 de la NBA
Parec¨ªa destinado a ser el n¨²mero 3 e ir a Houston Rockets. Pero Banchero, que quiere representar a la selecci¨®n italiana, se convirti¨® en el 1 y en nueva gran estrella de Orlando Magic.
En pleno debate, una crisis profunda en el modelo del deporte estadounidense, sobre el derecho de los deportistas universitarios a explotar su imagen y quedarse al menos un bocado del enorme pastel que se lleva cada a?o la NCAA a su costa, se aprob¨® la entrada en vigor, a partir del 1 de julio de 2021, de los derechos NIL, llamados as¨ª por ser las siglas de name, image, likeness. El embri¨®n del acceso de los universitarios, antes territorio totalmente vetado, a los acuerdos de patrocinio. El primero en aprovecharlo en el mundo del baloncesto fue Paolo Napoleon James Banchero, de pronto un universitario en el 2K.
Banchero, el nuevo n¨²mero 1 del draft de la NBA, tiene el carisma; flow, aroma a estrella moderna. Actitud relajada, mucha confianza en s¨ª mismo. Toque. Hijo de Rhonda Smith, que jug¨® en la WNBA e hizo carrera despu¨¦s como profesional (era p¨ªvot) fuera de Estados Unidos. Y de Mario Banchero, que en su caso se dedic¨® al f¨²tbol americano a nivel College. Los dos en la Universidad de Washington, donde se conocieron y donde todo el mundo pensaba que jugar¨ªa un Paolo que, sin embargo, dio el salto a Duke. Por primera vez desde Quin Snyder, el que hasta hace unos d¨ªas era entrenador de Utah Jazz, un gran proyecto daba el salto desde el Pac¨ªfico hasta Carolina. Su propio camino¡ pero con Seattle en el coraz¨®n. Y en el cuerpo: en su brazo derecho lleva tatuado el skyline de la ciudad y el emblem¨¢tico monte Rainier.
Orlando Magic necesitaba una gran estrella, un jugador que cambie la temperatura del equipo y meta su reconstrucci¨®n en h¨ªper velocidad. La franquicia de Florida ha encontrado un nuevo rostro, y tiene con Banchero motivos para el optimismo. Desde luego si mira los libros de historia: este es su cuarto n¨²mero 1 de draft, y en los tres anteriores acert¨® de pleno. En 1992 eligi¨® a Shaquille O¡¯Neal. En 2004 a Dwight Howard. Y entre ambos, en 1993, a Chris Webber, al que envi¨® a Golden State Warriors a cambio de Anfernee Hardaway, n¨²mero 3 de ese draft, y otras tres primeras rondas. Los Magic, que arrancaron su historia en 1989, han jugado dos Finales de la NBA. En 1995 perdieron con los Rockets de Hakeem Olajuwon (0-4) con Shaq y Penny Hardaway como titulares en el All Star y una pareja que ten¨ªa electrificada a la NBA. Y en 2009 no pudieron con los Lakers (4-2) en un tramo en el que Dwight Howard era una de las fuerzas m¨¢s imparables de la Liga. As¨ª que s¨ª, los precedentes invitan al optimismo. Y la sonrisa de Banchero, tambi¨¦n.
Un estir¨®n a los 14 a?os decidi¨® por ¨¦l
Su madre afroamericana, su padre de origen italiano. Ella puso la dureza, las palabras fuertes para mantener bajo control el ego de su hijo. ?l, los entrenamientos a las cinco de la ma?ana, antes del colegio. Los dos, la gen¨¦tica: 91 cent¨ªmetros a los 15 meses. Un estir¨®n del 1,85 al 1,96 entre los 13 y los 14 a?os. La evoluci¨®n del cuerpo de Paolo le iba acercando al baloncesto casi por eliminaci¨®n. De ni?o hab¨ªa practicado tambi¨¦n atletismo. Y a los 15 a?os estaba en el top 50 de todo el pa¨ªs como proyecto de jugador de baloncesto¡ y de football. Lleg¨® a jugar como quarterbarck en el m¨ªtico Alamodome de San Antonio, donde super¨® las 200 yardas de pase y los tres touchdowns en media parte. No import¨®: sigui¨® creciendo y el baloncesto se acab¨® convirtiendo en una oportunidad ¨²nica, perfecta.
En Duke, Banchero se confirm¨® como estrella y aspirante al n¨²mero 1 del draft de la NBA. Y lo ha acabado siendo, aunque durante semanas parec¨ªa destinado a ser 3, por detr¨¢s de Jabari Smith Jr y Chet Holmgren, y jugar en Houston Rockets. Fue Rookie del A?o de la todopoderosa ACC y promedi¨® m¨¢s de 17 puntos, casi 8 rebotes y 3,2 asistencias por partido. Para su desgracia, la hist¨®rica ¨²ltima temporada en Durham de Mike Krzyzewski, Coach K, acab¨® sin t¨ªtulo de la Conferencia y, colmo de males, con una dura derrota en la Final Four contra el eterno rival de su estado, North Carolina. Banchero termin¨® ese ¨²ltimo partido de College con 20 puntos y 10 asistencias.
Con la nacionalidad italiana por parte de padre desde 2020, Banchero ha manifestado su deseo de jugar con la selecci¨®n trasalpina. Algo que ya ha estado cerca de hacer en unas Ventanas FIBA un jugador que lo tiene todo para ser, como m¨ªnimo, un excelente anotador en la NBA. A partir de ah¨ª, su techo es de s¨²per estrecha, un proyecto de ala-p¨ªvot ideal para el baloncesto moderno. ?l mismo dice que no hay nada que sea capaz de hacer en una cancha, y lo cierto es que lo tiene todo para ser diferencial¡ sobre todo en ataque.
Banchero es un cuatro de 2,08, 113 kilos y todav¨ªa 19 a?os (no cumplir¨¢ 20 hasta noviembre). Es fuerte pero r¨¢pido y ¨¢gil. Supera por velocidad a los interiores y por m¨²sculo a los aleros m¨¢s puros. Tiene buenos movimientos, pasa muy bien, se crea sus puntos y anota desde la media distancia. Puede abrirse a la l¨ªnea de tres, donde no es todav¨ªa un especialista pero tiene mimbres para mejorar mucho¡ y r¨¢pido. De hecho, es una de las cosas que m¨¢s gustan de ¨¦l a sus entrenadores: casi todos sus defectos son pulibles con entrenamiento, manejables. Apenas tiene taras m¨¢s all¨¢ de que le falta envergadura. Algo que puede notar en la NBA, obviamente en defensa pero tambi¨¦n para anotar cerca del aro.
La defensa puede ser, al menos de inicio, su gran punto d¨¦bil. Necesita m¨¢s energ¨ªa y sobre todo, m¨¢s concentraci¨®n. Tiene f¨ªsico y potencial para, como m¨ªnimo, no ser un problema atr¨¢s. El resto lo deber¨ªa poner su repertorio en ataque, casi ilimitado y con una capacidad innata para anotar y generar juego. Creatividad, manejo y dribbling, visi¨®n, tiro, movimientos desde el poste medio¡ Se le ha comparado con Chris Webber o Blake Griffin, incluso con Carmelo Anthony. Y lo cierto es que lo tiene todo para ser uno de los rookies m¨¢s brillantes de su generaci¨®n. Y a partir de ah¨ª¡ sin l¨ªmites. Por algo es el nuevo n¨²mero 1.