?Qu¨¦ hacemos con Paul George?
El alero naufraga en unos Sixers sin futuro que ya ven su contrato como un gran problema. Ni ¨¦l ni Embiid han podido darse una ¨²ltima oportunidad.
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La temporada de los Sixers es, ya no hay forma (al menos m¨ªnimamente realista) de verlo de otra manera, un desastre. Era un all-in de los que a veces dan resultado, se recuerdan para siempre y hacen que todo merezca la pena; y muchas otras, no. Y entonces lo que queda es tierra quemada, restos de naufragio. Pero, en el deporte estadounidense, la cuesti¨®n es intentarlo, darse la oportunidad, prepararlo todo no para ganar: solo para eso, intentarlo. Daryl Morey es experto en esas c¨¢balas, uno de los genios de la revoluci¨®n estad¨ªstica de la NBA y un ejecutivo de elite que en 2025 tiene menos lustre que a?os atr¨¢s, sobre todo cuando ensambl¨® aquellos Rockets que parecieron el ¨²nico equipo capaz de ganar a la mejor versi¨®n, el pack completo, de los Warriors de Stephen Curry y Kevin Durant. El megaquinteto de la muerte y todo lo dem¨¢s.
En Philadelphia, Morey pareci¨® primero un hombre de emociones y no de maquinitas. Lo apost¨® todo a James Harden porque quedaban rescoldos del fuego de Houston. Y despu¨¦s, cuando cay¨® ese proyecto, se sent¨® a pensar. Ese proyecto, por cierto, que pudo ser y tampoco fue: en semifinales de los Playoffs de 2023, los Sixers ganaban 2-3 a los Celtics con un sexto partido en su pista, match point, en el que estaban por delante a seis minutos del final. Pero apareci¨® Jayson Tatum y desaparecieron Harden y Joel Embiid. Y, como cuando entr¨® aquel ya legendario tiro de Kawhi Leonard en las semifinales de 2019 contra los Raptors, el suelo desapareci¨® bajo los pies de Embiid y su Proceso, de un equipo que no juega una final de Conferencia, siquiera, desde 2001. Desde Allen Iverson.
Desde que Embiid se estren¨® en playoffs en 2018, los Sixers han perdido dos veces en primera ronda y cinco en semifinales. En estos siete a?os han jugado la final del Este Cavaliers, Heat, Raptors, Bucks, Celtics, Hawks y Pacers. Morey decidi¨® hacer borr¨®n y cuenta nueva en el verano de 2023, lidiar con la salida en formato sainete de Harden y preparar, con a?o puente (2023-24, siempre un riesgo) ese ¨®rdago de la temporada 2024-25, el todo o nada. En la temporada en la que Embiid va a cumplir 31 a?os, y para la que necesit¨®, solo para ganarse la oportunidad de tener una oportunidad, que varias cosas salieran bien. Y salieron: Tyrese Maxey acept¨® quedar como agente libre y retrasar la firma de su contrato m¨¢ximo para que Morey pudiera jugar con el espacio salarial y construir un roster que tendr¨ªa que conseguir, eureka, que Embiid no se exprimiera en regular season y que las estrellas tuvieran acompa?amiento, roles secundarios cubiertos, en playoffs. Despu¨¦s Maxey se llev¨® un contrato de cinco a?os y casi 204 millones de d¨®lares, hasta 2029. Y Embiid firm¨® una extensi¨®n de tres temporadas y casi 193 millones, hasta 2029 (cuando se llevar¨¢, curso 28-28, casi 70 millones de d¨®lares).
La ¨²ltima apuesta de Morey tambi¨¦n rebot¨® un par de veces por las paredes de la fortuna hasta que cay¨® del lado de un ejecutivo que asegur¨® en verano que sus maquinitas, la revoluci¨®n de las analytics, dec¨ªan que nunca hab¨ªa hecho un equipo con tantas posibilidades de ser campe¨®n: el espacio para otra gran estrella, un movimiento cada vez menos habitual en el mercado de agentes libres (es tiempo de s¨²per extensiones), lo aprovech¨® un Paul George que primero tuvo que divorciarse de los Clippers, una opci¨®n remota meses antes, y despu¨¦s ver c¨®mo su exequipo no quer¨ªa facilitar, v¨ªa sign and trade, su fichaje por los Warriors. La opci¨®n final fueron los Sixers: cuatro a?os (hasta 2028, player option incluida) y m¨¢s de 211 millones. Ese nuevo big-three, que por ahora ha sido cualquier cosa menos big-three, tiene garantizados en la temporada 2028-28 unos 160 millones de d¨®lares. En ella Embiid cumplir¨¢ 34 a?os y George, 37.
El cuerpo de Embiid, sobre todo las rodillas, est¨¢n diciendo basta ya a gritos. El p¨ªvot solo ha jugado 17 partidos hasta el par¨®n del All Star, y en ellos los Sixers tienen balance negativo (8-9). El problema ya no es solo que est¨¢ poco en pista. Es que cuando est¨¢, su equipo es mediocre y ¨¦l, una triste sombra de lo que (debates de estilo al margen) fue. El camerun¨¦s, George y Maxey solo han jugado juntos trece partidos, y el balance es 7-6. Otra vez: mediocre. Y los Sixers est¨¢n 20-34, fuera del play in del Este, incapaces de capturar a unos Bulls que dan tumbos sin direcci¨®n y cazados, por detr¨¢s, por unos Nets que deber¨ªan estar tankeando aunque nadie se lo ha explicado bien a Jordi Fern¨¢ndez y sus jugadores. Que lo que quieren es ganar partidos.
La apuesta m¨¢s grande ha salido mal
Estos Sixers eran un equipo pensado para no tener futuro, pero es que ni siquiera han tenido presente en la temporada que definitivamente est¨¢ enterrando el post Proceso y, tal vez, la jerarqu¨ªa de Embiid como superestrella NBA. Hay veces que, sencillamente, el cuerpo dice basta. Pero, con Maxey entre las luces y las sombras y por ahora tambi¨¦n lejos del mont¨®n de pasta de su nuevo contrato, muchas miradas se vuelven perplejas hacia Paul George. Otra estrella que nunca ha jugado siquiera unas Finales, que apuraba su (pen)¨²ltima oportunidad y que, ahora se ve con claridad, fue despedido sin ninguna pena por los Clippers, vestuario incluido, despu¨¦s de cinco a?os de estrellarse de todas las formas posibles al lado de Kawhi Leonard.
En el ¨²ltimo partido antes del All-Star Weekend, sin Maxey ni Embiid, George acab¨® con solo dos puntos y 7 tiros a canasta en m¨¢s de 37 minutos. Tiene, los problemas f¨ªsicos han sido un factor permanente en la segunda parte de su carrera, una lesi¨®n en un dedo que le molesta a la hora de tirar y botar, de jugar; Y comenz¨® la temporada con dos hiperextensiones de rodilla que acabaron en sustos. Importantes, pero sustos. Shams Charania (ESPN) avis¨®, visto el desaguisado de ese partido contra los Nets, de que George est¨¢ siendo infiltrado para poder jugar, un tratamiento que rara vez se usa m¨¢s all¨¢ de citas importantes de playoffs y que habla claro del nivel de desesperaci¨®n en el que est¨¢n unos Sixers que, adem¨¢s, nunca se hacen favores en su forma de comunicar y explicar la situaci¨®n f¨ªsica de sus estrellas.
Unos Sixers que para muchos tendr¨ªan que tirar la temporada y pensar en el draft: su pick de primera ronda solo ser¨¢ suyo si acaba en el top 6 del draft. Si no, ser¨¢ de los Thunder porque Morey entreg¨® esa ronda, cuando lleg¨® a los Sixers, para que en OKC absorbieran el contrato de Al Horford, que parec¨ªa un deshecho de f¨¢brica en Philadelphia y acab¨® siendo fundamental en el anillo de los odiados Celtics el verano pasado, en 2024. Cosas.
Es una soluci¨®n deprimente y que parece fatalista, pero es dif¨ªcil atisbar otra salida ahora mismo para un equipo que tiene un net rating negativo (-3,4) y un rating ofensivo peor (-8) con Embiid en pista. Lo inimaginable, hace no tanto. Y en el que George, que de por s¨ª no ha parecido encajar con un Nick Curse que ha perdido totalmente el hilo del vestuario, ha jugado cinco partidos desde que se lastim¨® el dedeo y en ellos ha promediado solo 10 puntos. La cosa est¨¢ tan mal que antes del cierre de mercado hubo rumores de traspaso, ya, de George para intentar el regreso de Jimmy Butler, uno de los muchos hijos pr¨®digos del Proceso.
Camino de los 35 a?os, el contrato de Paul George parece un problema gigante para los Sixers del ma?ana, ya que el hoy est¨¢ perdido. Definitivamente no ha funcionado como nueva estrella, aparentemente desubicado, desconectado y desmotivado, pero tambi¨¦n v¨ªctima de ya tres lustros de carrera NBA con unas cuantas lesiones importantes, incluida aquella terrible fractura en una pierna cuando se preparaba para jugar el Mundial de 2014 con el Team USA. Ha sido nueve veces all-star, seis All-NBA, Jugador M¨¢s Mejorado (en 2013, ya ha llovido) y ha estado dos veces en los Quintetos Defensivos. Emergi¨® (pick 10 del draft de 2010) como estrella two-way, ataque y defensa, y jug¨® a un nivel fascinante en Indiana Pacers, donde pudo ser campe¨®n si no hubieran existido los Heat de LeBron James, antes de convertir su carrera en un gigantesco what if: las lesiones, los desastres en playoffs, el fichaje que no fue por los Cavs de LeBron (si no puedes vencer a tu enemigo¡) el terrible fracaso de los Clippers en la burbuja, el triple de Lillard en su cara cuando estaba en los Thunder¡
George tiene un curr¨ªculum excepcional y ha ganado mucho dinero: 10,5 millones de contrato rookie y extensiones, despu¨¦s, de 91x5 a?os, 137x4, 176x4, todas m¨¢ximas, y un contrato como agente libre de casi 212 millones, el que est¨¢ vigente ahora. M¨¢s de 300 millones solo en contratos con franquicias para un jugador total en su mejor versi¨®n¡ y un desastre de altibajos inexplicables y lesiones inoportunas en la peor, una que ha aparecido demasiadas veces en su carrera y que ha vuelto para cobrarse todos los cheques firmados en el pasado ahora, cuando se est¨¢ convirtiendo en un problema para los Sixers, el equipo en el que ten¨ªa que formar con Embiid y Maxey un big-three que, al menos, retara a los Celtics en el Este. Una ¨²ltima oportunidad para un proyecto maldito al que finalmente no ha aparecido la oportunidad y solo ha quedado la maldici¨®n. Y a ver qu¨¦ pasa ahora con George¡
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