Pesadilla en bucle en los Lakers
Los Lakers reciben, otra vez, malas noticias en los partes m¨¦dicos. Su ¨²ltimo movimiento es el fichaje de Christian Koloko.
Se acerca la temporada 2024-25 de la NBA y, con los training camp ya a un paso (1 de octubre con una semana de adelanto para los equipos que juegan amistosos fuera de Estados Unidos), la situaci¨®n de los Lakers sigue siendo la misma que despu¨¦s del draft y que, tambi¨¦n, despu¨¦s de uno de los mercados veraniegos m¨¢s ins¨®litos de una franquicia que sol¨ªa vivir acostumbrada a pecar de activa, en caso de que hubiera que pecar de algo.
Los Lakers, est¨¢ bien documentado, no hicieron nada en el ¨²ltimo mercado invernal y no han hecho, hasta ahora, nada en el veraniego. Han cambiado de entrenador, el novato JJ Redick por el amortizado Darvin Ham, y han drafteado a Dalton Knecht (un pick 17 al que muchos expertos situaban en el top 10) y, algo que sabe cualquier aficionado que no lleve cuatro meses en la isla desierta, a Bronny James, el hijo de LeBron, con el pick 55 m¨¢s cacareado de la historia. El resto, en cuanto al roster principal, solo los nuevos contratos de Max Christie (cuatro a?os, 32 millones) y LeBron James (104 millones por dos a?os con player option y no-trade clause).
Los Lakers, en fin, no han hecho casi nada. Nada, desde luego, para cambiar radicalmente lo que se puede anticipar de un equipo que viene de perder en primera ronda de playoffs despu¨¦s de ser s¨¦ptimo del Oeste y tener que jugar play in por tercera vez en las ¨²ltimas cuatro temporadas. Y al que se le acaba el tiempo con el proyecto LeBron (40 a?os en diciembre)-Anthony Davis (32 cuando se jueguen los pr¨®ximos playoffs). Los Lakers tienen poco con lo que negociar, y quieren conservar todos los cauces abiertos para cuando se presente una oportunidad ¨®ptima. Cuando se presente...
Pero esta, claro, no llega. El resto de equipos saben que su situaci¨®n es de emergencia, el mercado se comprime en el panorama que pinta el nuevo convenio, no hay grandes estrellas a tiro (y los Lakers tendr¨ªan dif¨ªcil ganar una puja de ese nivel), por los secundarios les piden todo lo que pueden dar¡ Entre unas cosas y otras, algunas con verdadera l¨®gica y otras con un ataque de conservadurismo en el que puede haber rastro del trauma que dej¨® el fracaso estrepitoso de la operaci¨®n Westbrook, las ventanas de mercado/oportunidad pasan como si nada para un equipo que f¨ªa todo al crecimiento interno. Ah¨ª, es cierto, tiene margen. Pero ?tanto como para pasar de equipo de play in a aspirante con galones? Ese es el verdadero problema.
Dave McMenamin, uno de los peces gordos de la cobertura NBA de ESPN y una de las fuentes m¨¢s fiables en la informaci¨®n referente a los Lakers, ha dibujado un panorama que incide en esta situaci¨®n general y vuelve a poner sobre la mesa debates que sonar¨¢n manidos a cualquier aficionado con cierto recorrido del equipo angelino: cu¨¢nto tiene que jugar LeBron sin la bola en sus manos (Redick, el que fuera su compa?ero de podcast, visualiza m¨¢s jugadas para que tire de tres nada m¨¢s recibir) y cu¨¢ntas ganas tiene Anthony Davis de no ser el p¨ªvot puro en todos sus minutos en pista. Como casi siempre, la respuesta es conocida: muchas. Y tambi¨¦n como casi siempre (salvo cuando, precisamente, los Lakers fueron campeones en 2020), la franquicia no ha hecho nada para retocar y afianzar la rotaci¨®n interior. La cosa empeora porque Christian Wood se acaba de operar (problema de rodilla) y va a estar dos meses de baja y Jarred Vanderbilt, en ning¨²n caso p¨ªvot pero un jugador que permite otras combinaciones en el frontcourt, sigue arrastrando su eterna lesi¨®n en un pie, el problema que apenas le permiti¨® jugar la temporada pasada.
Quedan, para arrancar y al margen de Davis, Jaxson Hayes y Colin Castleton, meritorio con contrato two-way. Una situaci¨®n ominosa de la que nadie parec¨ªa querer hacerse cargo, que desde luego no permitir¨¢ a Davis jugar como m¨¢s le gusta y que, tambi¨¦n desde luego, no presagia nada bueno. Adem¨¢s, los problemas f¨ªsicos que vuelve a tener Wood y que las noticias en torno a Vanderbilt sigan sin ser positivas son factores que alargan la sombra de las lesiones que lastraron totalmente la rotaci¨®n el curso pasado. Cuatro jugadores importantes en la rotaci¨®n (Wood, Vanderbilt, Cam Reddish, Gabe Vincent) se perdieron 190 partidos.
Finalmente y para reforzar la rotaci¨®n interior, que pinta mal incluso as¨ª, los Lakers han fichado a Christian Koloko (2,13 de 24 a?os), p¨ªvot camerun¨¦s que fue pick 33 del Draft de 2022 y que solo jug¨® una temporada en la NBA (3 puntos y casi 3 rebotes por partido). El pasado curso estuvo fuera de las pistas porque se le descubrieron co¨¢gulos sangu¨ªneos, raz¨®n por la que dej¨® de formar parte de la plantilla de Toronto Raptors. Koloko recibi¨® el permiso m¨¦dico para volver a las pistas y finalmente ha llegado a la franquicia angelina, que suplen as¨ª de alguna forma la lesi¨®n de Christian Wood.
Eso s¨ª, el contrato es un two-way, ya que cualquier opci¨®n de firmar de forma garantizada a Koloko pasaba, para los Lakers, por hacer hueco en plantilla. Un traspaso menor (con alguno de los jugadores de contrato m¨ªnimo implicado, en principio) habr¨ªa bastado; los Lakers, para facilitar una operaci¨®n as¨ª, necesitaban (era el objetivo) mantenerse como fuera por debajo del segundo apron e ir aplazando los castigos futuros que llegan para los repetidores. Para ello, sin ir m¨¢s lejos, LeBron firm¨® una extensi¨®n de 101,3 millones y no el m¨¢ximo de 104. Un descuento m¨ªnimo pero que permiti¨® a la franquicia escapar del segundo apron... por menos de 50.000 d¨®lares. Ahora, han hilado fino para que Koloko se incorpore al juego interior, pero tienen que deshacerse de uno de los dos contratos two-way que tienen. El problema vendr¨¢ si al final le meten en la plantilla a tiempo completo. Pero esa es otra historia.
As¨ª que si la clave para que los Lakers sean mejores es que el mismo bloque s¨ª pueda jugar con todos sus efectivos, las primeras noticias no son halag¨¹e?as. Y el caso de Vanderbilt es especialmente inquietante. Porque nunca est¨¢ claro qu¨¦ pasa con su pie (se especul¨® que volver¨ªa para playoffs y ni siquiera estar¨¢ al 100% en el training camp, casi medio a?o despu¨¦s) y porque es un jugador que cambia a los Lakers por su capacidad defensiva. Desde que lleg¨® en 2023 hasta que acab¨® esa temporada (los Lakers jugaron la final del Oeste), el equipo estuvo entre los tres mejores de la NBA en defensa. El curso pasado (el forward jug¨® solo 29 partidos), entre los trece peores.
Los Lakers no quer¨ªan meterse en el infierno del segundo apron, la nueva gran l¨ªnea restrictiva que plantea problemas de construcci¨®n verdaderamente graves a los equipos que van m¨¢s all¨¢, y se quedaron sin sitio en su plantilla por las player option que hab¨ªan dado un a?o antes a jugadores como Wood y Reddish, que las hicieron efectivas a falta de mejores situaciones de mercado. Eso tambi¨¦n influy¨® en una par¨¢lisis que podr¨ªa acabar antes de los pr¨®ximos playoffs o no. Los Lakers seguir¨¢n a la caza de una buena oportunidad para intentarlo de verdad. No parecen, en todo caso, capaces de hacer que esa oportunidad se materialice. McMenamin ha puesto tambi¨¦n sobre la mesa el nombre de Jonas Valanciunas. El veterano p¨ªvot lituano (32 a?os) estaba en la lista de refuerzos por los que LeBron habr¨ªa aceptado una rebaja en su extensi¨®n, y cumple adem¨¢s con el perfil de lo que quiere tener a su lado Davis en las zonas. Este verano ha firmado con los Wizards por tres a?os (solo uno totalmente garantizado) y 30 millones. Muchos ven como casi inevitable que Valanciunas acabe en L.A. Ser¨ªa un buen refuerzo de perfil bajo, pero desde luego no uno que cambiar¨ªa radicalmente las cosas.
Tambi¨¦n ser¨ªa bueno que jueguen m¨¢s Vanderbilt, Wood, Vincent y Hood-Schifino, que tiene mucho que demostrar en su segunda temporada. El rookie Knecht tiene trazas de muy buen anotador/tirador y Christie es un jugador con un molde (defiende, tira, es inteligente y m¨®vil) que hace pensar en un buen salto adelante. Con todo eso y alg¨²n refuerzo (y mejor entrenados, si es el caso), los Lakers ser¨ªan mejores. Pero no ser¨ªan, a priori, uno de los tres o cuatro mejores equipos de la NBA. Y eso contando con que LeBron mantenga, en su temporada 22 en la NBA, ese nivel il¨®gicamente alto para alguien con su edad y sus kil¨®metros recorridos como profesional.
Los Lakers tiene assets. No les sobran ni les permiten a priori so?ar a lo grande, pero los tienen de cara al mercado invernal: las primeras rondas de 2029 y 2031, que est¨¢n cuidando como tesoros para soltarlas solo en la operaci¨®n ideal (lo bueno, ya se sabe, es enemigo de lo mejor), y contratos de rango traspasable. D¡¯Angelo Russell est¨¢ en 18,6 millones de expiring, Rui Hachimura en 17, Vanderbilt en 10,7, Vincent en 11¡ Adem¨¢s, jugadores como Knecht, Christie y Hood-Schifino pueden ser valiosos para equipos en reconstrucci¨®n si ofrecen buenas sensaciones en pista. El problema es, otra vez, que el resto de equipos intentar¨¢n aprovecharse de las prisas y la ansiedad de los angelinos y que el mercado, con el nuevo convenio, est¨¢ cambiando el valor de los contratos en t¨¦rminos de oportunidad y riesgo. En esa situaci¨®n compleja, Rob Pelinka ha encallado y ha decidido no hacer nada, por ahora. Y no es sensato, ya se sabe, esperar resultados distintos con los mismos elementos. Jovan Buha, otro de los principales insiders en la cobertura informativa de los Lakers, tambi¨¦n lo tiene claro: ¡°Si los Lakers no hacen ning¨²n movimiento durante la temporada, ser¨¢ un a?o perdido¡±.
La propietaria, Jeanie Buss, se muestra m¨¢s optimista, seguramente es el rol que tiene que desempe?ar, a las puertas del inicio oficial del trabajo en las pistas: ¡°En realidad, lo que hay que hacer es ganar partidos de baloncesto, jugar y ganar. S¨¦ que hay muchas cr¨ªticas y s¨¦ que las redes sociales son aguas turbulentas para todos. Siempre hay controversias. Por eso tampoco sirve que mandamos mensajes demasiado optimistas. Solo hay que ponerse a trabajar. Y as¨ª es como funciona esta franquicia. Nos preocupamos de lo que podemos controlar y dejamos que sea nuestro trabajo lo que hable por nosotros. Estoy muy feliz de tener a JJ Redick como entrenador. Podr¨ªa sentarme a contar lo bueno que va a ser como estratega, pero lo que quiero es que el equipo se ponga a jugar y esa historia se cuente sola. Y estamos muy felices con nuestras elecciones de draft, un Dalton Knecht que no pens¨¢bamos que fuera a estar libre en el pick 17 y por supuesto Bronny James, que jug¨® en USC¡±.
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