Palo de la NBA a Lillard
A trav¨¦s de un comunicado la NBA ha asegurado que en el futuro sancionar¨¢ las actitudes de Lillard y su agente en su proceso para salir de los Blazers.
Las relaciones de Damian Lillard no pasan por su mejor momento. Ni con la NBA en general, ni con los Blazers en particular. El base, eternamente atado a la franquicia de Oreg¨®n, a la que lleg¨® en 2012, parece vislumbrar finalmente la separaci¨®n definitiva. No es f¨¢cil, todav¨ªa no es seguro, pero todo va abocado a ello. Y, por mucho que haya dicho por activa y por pasiva que quiere estar toda su carrera en Portland y ganar un anillo con los Blazers, todo tiene fecha de caducidad. Y parece que la aventura de Lillard est¨¢ cerca de acabar. Aunque, eso s¨ª, las formas no est¨¦n siendo precisamente las mejores y el adi¨®s, como ya hemos visto en otras ocasiones, pueda ser amargo.
Lillard pidi¨® salir de los Blazers el 1 de julio. Llevaba meses amagando con dar dicho paso y finalmente lo dio. En un inicio se dijo que los Blazers iban a facilitar su salida. Pero las exigencias del playmaker y de su agente, Aaron Goodwin, han acabado por provocar la reacci¨®n de la NBA. Dentro del entorno del jugador se filtr¨® que s¨®lo quer¨ªa acabar en Miami Heat y que no considerar¨ªa ning¨²n otro movimiento, algo que ataba a los Blazers de pies y manos de cara a negociar con otros equipos. Una actitud que no ha gustado a la NBA, que en una carta dirigida a los 30 equipos de la NBA ha asegurado que en el futuro dichas actitudes ser¨¢n sancionables por parte de la competici¨®n.
La competici¨®n norteamericana inform¨® a Lillard y Goodwin que cualquier comentario futuro ¡°que sugiera que Lillard no realizar¨¢ completamente los servicios solicitados en virtud de su contrato de jugador en caso de un intercambio¡± estar¨¢ sujeto a medidas disciplinarias, al igual que cualquier comentario similar de jugadores o agentes en el futuro. La estrella no tiene cl¨¢usula antitraspaso y no tiene derecho a vetar ning¨²n movimiento que le lleve a un lugar en el que no quiera estar y a la Liga no le han gustado las amenazas soterradas de que no cumplir¨¢ su contrato si acaba en cualquier franquicia que no sean los Heat, a pesar de que Goodwin dijo que se cumplir¨ªa el contrato all¨¢ d¨®nde fuera.
De una forma u otra, la reacci¨®n de la NBA da de nuevo alas a los Blazers, que tienen ahora m¨¢s libertad para mover al jugador, que promedi¨® m¨¢s de 32 puntos por duelo el curso pasado y que, con 32 a?os, sigue siendo una de las estrellas m¨¢s atractivas de la competici¨®n. En Portland tienen que traspasar un contrato al que todav¨ªa le faltan por cobrar 45 millones el curso que viene y 48, con opci¨®n de jugador, en la 2024-25. Mucho dinero para mover pero un jugador que todav¨ªa est¨¢ en forma y que tiene mucho que aportar, teniendo adem¨¢s la capacidad de cambiar el rumbo de la franquicia a la que vaya. Los Blazers no tienen prisa: el general manager, Joe Cronin, ya adelant¨® que ser¨¢n pacientes en las negociaciones y agreg¨® que no pasa nada si tiene que llevar varios meses. En Portland quieren cuatro primeras rondas y dos jugadores de calidad en el intercambio y se mover¨¢n en la direcci¨®n que m¨¢s beneficie a sus intereses.
Lillard lleva m¨¢s de una d¨¦cada ligado a un proyecto, el que ¨¦l mismo ha liderado, que toc¨® techo hace tiempo. Las finales de la Conferencia Oeste de 2019 con Terry Stotts en el banquillo fueron el tope. Desde entonces, ha salido el entrenador, su inseparable compa?ero CJ McCollum y el proyecto se ha ido diluyendo con la llegada de Chauncey Billups al banquillo y la constataci¨®n de que no hay posibilidad de dar ning¨²n paso hacia delante. La reconstrucci¨®n, eternamente postergada, parece por fin llegar. Y por el camino saldr¨¢ el buque insignia, un Lillard que podr¨ªa tener nuevo destino en un futuro pr¨®ximo. Sea en los Heat o no. Veremos.