Otra liada de Draymond: le expulsan a los tres minutos de partido y Curry se desespera

¡°Se lo merec¨ªa¡±. Es lo que dijo Steve Kerr en la rueda de prensa posterior a un partido en el que Draymond Green particip¨® durante algo m¨¢s de tres minutos. Fue absurdo, pero en este jugador ya hemos visto muchas cosas as¨ª: sin sentido, a contracorriente, en cualquier momento y porque s¨ª. No hay m¨¢s motivo que un ego desmedido y un orgullo infame parta comportarse as¨ª, con tu equipo jug¨¢ndose el play in, despu¨¦s de que la NBA (por fin) te impusiera una sanci¨®n ejemplar por tu mal comportamiento, que ha traspasado los l¨ªmites del trash talking para pensar que tiene la licencia de protestarlo todo, hablar todo el rato y, en ¨²ltima instancia, llegar a las manos contra los rivales. Una concatenaci¨®n de im¨¢genes que se han visto a lo largo de los a?os y que han provocado que el jugador tenga ya en contra a pr¨¢cticamente la totalidad de la opini¨®n p¨²blica, ese lugar en el que se ganan y se pierden las batallas que deciden las guerras. Los ¨¦xitos del pasado han tornado en narcisismo. Son cuatro anillos y seis Finales para construir una impunidad que ya no existe. Y se lo han demostrado.

Quedaban m¨¢s de 8 minutos para el final del primer cuarto cuando los ¨¢rbitros se?alaron una falta a Andrew Wiggins sobre Paolo Banchero, que adem¨¢s anot¨®. Y ah¨ª empez¨® la retah¨ªla de Green, que fue a protestar al colegiado Ray Acosta. Mucho. Todo el rato. Sin parar. Stephen Curry lleg¨® a su lado para intentar templar los ¨¢nimos, como dici¨¦ndole que ya estaba, que no ten¨ªa importancia. Tampoco hubo manera: Draymond grit¨® algo m¨¢s cuando ya hab¨ªa llegado para calmarle medio banquillo de los Warriors y se fue directo al t¨²nel de vestuarios. Los compa?eros del cuerpo arbitral de Acosta, Mitchell Ervin y Phenizee Ransom, hab¨ªan llegado para apoyar a su compa?ero, pero las ¨²ltimas palabras de Green debieron de ser definitiva. Fueran cuales fueran. El ala-p¨ªvot escuch¨® la segunda t¨¦cnica cuando ya se estaba yendo. Lo sab¨ªa. Es su cuarta expulsi¨®n de una temporada en la que recibi¨® una sanci¨®n de 16 partidos. No es, por lo tanto, la primera vez que la l¨ªa. Y ser¨ªa de optimistas pensar que va a ser la ¨²ltima.

La desesperaci¨®n de Curry ante la expulsi¨®n de su compa?ero, al que ya ha perdonado en muchas (much¨ªsimas( ocasiones, era palpable. El base lleg¨® casi a las l¨¢grimas. ¡°Todo lo que voy a decir es que lo necesitamos. ?l lo sabe. Todos lo sabemos. Lo que sea necesario para que ¨¦l est¨¦ en pista y disponible, es lo que tiene que suceder¡±, asegur¨® tras el choque. Curry finaliz¨® con 17 tantos y 10 asistencias un duelo que, sin Jonathan Kuminga ni Green, los Warriors tuvieron agallas para sacar. Y gracias a la estrella, que a pesar de sufrir en el lanzamiento (6 de 18), anot¨® un gancho para poner el 93-98 y luego un triple pasa sentenciar y conseguir el marcador definitivo (93-101). Fuera de casa, ante un equipo joven y f¨ªsico, que est¨¢ cuajando una gran temporada (dos derrotas seguidas ahora) y que mira al futuro. Uno de los proyectos, seguro, m¨¢s interesantes que hay actualmente en la NBA.

Del resto, 15 puntos de Klay Thompson (3 de 8 en triples) y 23 de Andrew Wiggins, que siguen siendo una inc¨®gnita en lo referente a su intermitente nivel, lleno de irregularidades desde la consecuci¨®n del anillo de 2022. Los Warriors, que lanzaron por debajo del 30% en triples, se fajaron en defensa y secaron a Banchero, que se qued¨® en 15 tantos con 5 de 17 en tiros de campo, 1 de 7 en triples y 4 p¨¦rdidas. Cole Anthony, con 26 puntos, (5 de 8 desde el exterior), 7 rebotes y 4 asistencias, fue el mandam¨¢s, el l¨ªder de los Magic y el mejor jugador del partido, pero su esfuerzo no fue suficiente. Y los Warriors, es lo que tienen los equipos que han sido algo, sobrevivieron a un d¨ªa aciago, otro m¨¢s, protagonizado por el de siempre. Una dinast¨ªa que se libr¨® de la d¨¦cima victoria consecutiva de los Rockets (la racha m¨¢s larga de la NBA en activo) y mantiene el d¨¦cimo puesto. Pero una dinast¨ªa que est¨¢ coja sin Draymond Green. Y el primero que se tiene que dar cuenta es ¨¦l. No queda otra.

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