La doble condena de los Mavs

Lo malo para los Mavericks no es ya estar inmersos en una temporada catastr¨®fica a nivel institucional. Sino que tengan que alargar la agon¨ªa m¨¢s de lo necesario. El equipo texano va a tener que jugar el play in salvo sorpresa may¨²scula y remontada inopinada de unos Suns tocados y hundidos, que han estado mal todo el curso pero que adem¨¢s han sufrido la lesi¨®n de Kevin Durant, que tiene pinta de enterrar definitivamente las pocas aspiraciones que ten¨ªan. Y los beneficiados, o as¨ª ser¨ªa si lo quisieran, son unos Mavericks que no pueden acceder al s¨¦ptimo ni al octavo puesto (los dos que dan ventaja de campo) y encima tendr¨¢n que jugar como visitantes, y casi con total seguridad ser eliminados, en esa especie de previa que la NBA, Adam Silver a la cabeza, se invent¨® con la pandemia del coronavirus, y que lleg¨® para quedarse. Un sistema con el que no todo el mundo est¨¢ de acuerdo y que da oportunidades extra a equipos mediocres que en otras circunstancias se ir¨ªan de vacaciones cuando siempre ha tocado. Tras el final de la regular season, a la que le queda una semana. Ah¨ª, el 13 de abril, terminar¨¢n las hostilidades. Pero no para los Mavericks, condenados a sufrir m¨¢s de la cuenta: por todo lo que ha pasado y por no poder terminar con el dolor cuanto antes. Cosas que pasan.

Eso s¨ª, antes de todo, los Mavericks ser¨¢n puestos a prueba como franquicia, ya que en la noche del mi¨¦rcoles 9 al jueves 10 de abril, Luka Doncic regresar¨¢ al American Airlines Center para reencontrarse con el equipo que le quiso traspasar a Los Angeles Lakers. Ese movimiento que r¨¢pidamente se convirti¨® en el m¨¢s grande de la historia y que llev¨® al mayor activo de la NBA al mercado m¨¢s grande de la NBA. Ser¨¢ ese d¨ªa cuando veremos el homenaje, los aplausos de un p¨²blico que ha lamentado de forma constante y permanente el adi¨®s de una estrella que nadie quer¨ªa que se fuera. Y, seguro, la emoci¨®n de un Doncic que vuelve a la que consideraba su casa, su hogar. Ese del que nunca se quiso ir. Ya veremos c¨®mo es el v¨ªdeo homenaje y si el esloveno se cruza de alguna forma con un Nico Harrison al que seguro que apuntan las c¨¢maras durante el duelo. Tambi¨¦n a Dirk Nowitzki o a Mark Cuban, que se opusieron al traspaso de una forma u otra. Y a una ciudad entregada, seguro, a la que fue su gran h¨¦roe durante cinco temporadas y media, a ese ser celestial que les llev¨® a las Finales y que ha salido por la puerta de atr¨¢s sin que nadie sepa c¨®mo ni por qu¨¦. Y eso es, en ¨²ltima instancia, lo que m¨¢s molesta a los texanos. El hecho de no entender nada. Y de que nadie les explique lo ocurrido. O que las explicaciones sean tan pobres que suenen a chiste. Lo mismo da.

En la otra cara de la moneda de la jornada baloncest¨ªstica estaban los Clippers, que recib¨ªan a los Mavericks por segundo d¨ªa consecutivo en esa man¨ªa que aparece de cuando en cuando en el calendario y que provoca que haya dos partidos que parecen exactamente iguales en dos d¨ªas consecutivos. En este caso y en otras circunstancias, el duelo habr¨ªa sido una maravilla. Con Doncic, claro, debido a la particular rivalidad que ten¨ªan ambos equipos en los ¨²ltimos tiempos. Los Mavs fueron eliminados por los angelinos en 2020 y 2021, por 4-2 y 4-3 respectivamente. Pero el a?o pasado se vengaron como mandan los c¨¢nones: con un 4-2 en una eliminatoria en la que jugaron de forma espectacular, eliminando a un equipo que se ha disgregado este curso, pero que no deja de ser m¨¢s que bueno: James Harden, un buen Kawhi Leonard o Ivica Zubac (que oposita para Defensor del A?o) son los mejores de una plantilla que puede dar problemas a cualquiera en playoffs, pero que tambi¨¦n est¨¢ envejecida y no pueda competir si se hace el a?o demasiado largo. Hasta entonces, est¨¢n inmersos en la pelea por evitar el play in (en la que est¨¢n metidos seis equipos en la locura del Oeste) y tienen un calendario para lo que queda que puede ser favorable si juegan bien sus cartas.

Al final, y en ese back to back de partidos id¨¦nticos e iguales, la historia fue similar a la anterior por la superioridad de un equipo sobre otro. Los Clippers apalizaron a los Mavericks, a los que ganaron de 31 puntos sin demasiado esfuerzo (135-131) a pesar de los 18 puntos de Kai Jones (9 de 9 en tiros de campo desde el banquillo), los 14 de Klay Thompson (4 de 8 en triples), los 12 de PJ Washington o los 27, con 9 rebotes, de Anthony Davis. Los locales, que en el primer periodo ya cogieron una importante ventaja (33-21) y en el tercero acabaron march¨¢ndose definitivamente (44-30), contaron con su ya mencionado tr¨ªo de lujo particular, con el que sacaron tanto m¨²sculo que empeque?ecieron a los texanos: Kawhi Leonard (29 tantos, 6 rebotes, 3 asistencias y 3 robos), Ivica Zubac (25, con 10 rechaces) y, sobre todo, un James Harden celestial que se fue a 29, con 7 rebotes y 14 asistencias que le convirtieron en el mejor jugador del partido. Uno que ayuda a los angelinos a seguir sumando en el monumental atasco que hay en la Conferencia Oeste (46-32, s¨¦ptimos ahora empatados con los Timberwolves, sextos), pero que deja a los Mavericks (38-41) exactamente iguales: novenos. Condenados a seguir con la tortura hasta las ¨²ltimas consecuencias y a alargar una temporada que quieren que se acabe. Por lo que sea.

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