El yin y el yang

En Los ?ngeles se juntaron las dos caras de la moneda. Los ganadores y los perdedores, los buenos y los malos. El inicio de algo y tambi¨¦n el final. Los Lakers jugaron contra los Warriors en el primer partido en el Crypto Arena desde que ficharon a Luka Doncic, que estuvo en el banquillo vestido de calle y fue tremendamente aplaudido por la afici¨®n. Es una nueva era para los angelinos, que se despidieron de Anthony Davis d¨¢ndole las gracias por los servicios prestados y se encomendaron a la estrella eslovena en el que ha sido uno de los mayores traspasos de la historia y un acontecimiento extraordinario en el deporte en general. Suyas ser¨¢n las llaves del futuro tras un movimiento que mucha gente no ha entendido por parte de los Mavericks y que sigue costando asimilar. Ahora, se escribir¨¢ la historia, una que le ha unido nada menos que a LeBron James. Y ya veremos cu¨¢ndo debuta y si esto ocurre antes o no del par¨®n del All Star, que tendr¨¢ lugar la semana que viene. Eso es lo siguiente que pasa por saber mientras pasan los d¨ªas y el mayor activo de la NBA (por mucho que pese esto en Dallas) se une al mejor equipo de la NBA. Al menos, en lo referente a la trascendencia y la narrativa que rezuman los Lakers.

Las ¨²ltimas horas han sido de asimilaci¨®n y cuidado, de exigencia de explicaciones, de intentar frenar la locura para convertirla en cordura. Las explicaciones de Nico Harrison sobre la salida de Doncic no han contentado a nadie en un traspaso que sent¨® mal de inicio a todos los involucrados. Ahora, sopesando, hay m¨¢s sonrisas. Especialmente para el esloveno, que ha considerado (como muchos antes que ¨¦l) que su llegada a la ciudad de la luz puede tener cosas positivas a pesar de ser todo un icono cultural en Dallas, donde hab¨ªa estado desde su llegada a la mejor Liga del mundo. Los angelinos, adem¨¢s, completaron su mermada plantilla con la adquisici¨®n de Mark Williams, al que trajeron de los Hornets a cambio de Dalton Knetch y la primera ronda de 2031. Precisamente lo que se ahorraron por Doncic, con una gesti¨®n magistral de Rob Pelinka, un t¨ªo con potra que sabe estar a la altura de las circunstancias y que tiene una habilidad que ya querr¨ªan otros directivos: la de estar en el momento y el lugar adecuados. Algo que no se puede ignorar sabiendo que fue el responsable de fichar a Anthony Davis en 2019. Y que ha sido precisamente el interior la llave para traer a Doncic en 2025. Entre medias, un anillo de campe¨®n. Casi nada.

Los Warriors llegaban al Crypto Arena en otra situaci¨®n bastante distinta. Los movimientos de los Lakers primero y de los Spurs despu¨¦s (que consiguieron a De¡¯Aaron Fox) llen¨® de nerviosismo a la franquicia de La Bah¨ªa, que se puso a llamar a diestro y siniestro a todo el mundo. Se filtr¨® entonces que tocaron a Kevin Durant, LeBron James o Paul George. Y parece ser que el propio Durant dijo que no a un retorno a San Francisco que finalmente no se ha dado. Todo esto dentro de un tira y afloja constante por un Jimmy Butler que finalmente ha acabado recalando en unos Warriors que no parece que vayan a resolver nada con ¨¦l. De hecho, los ¨²ltimos coletazos de lo que en su d¨ªa fue una dinast¨ªa est¨¢n dejando en evidencia las costuras que tiene un equipo envejecido y con un Stephen Curry que parece el ¨²nico atractivo. Para eso y para copar titulares queda una franquicia que vive m¨¢s del pasado que del presente y dedicar¨¢ su futuro a honrar lo que en su d¨ªa fueron. Poco m¨¢s les queda, con alg¨²n rid¨ªculo incluido como el que han hecho en un mercado en el que promet¨ªan mucho y han hecho poco.

En todo ese contexto se desarroll¨® un partido que daba igual. No literalmente, pero casi. Al final, la gente hablaba de Doncic y de su fichaje por los Lakers o del cierre del mercado, no de conceptos t¨¦cnicos o t¨¢cticos. Y ah¨ª emergieron los angelinos, tocados por una varita m¨¢gica y por un LeBron James absolutamente celestial, que se fue a 42 puntos (6 de 9 en triples, 3 consecutivos en el segundo cuarto, uno desde el logo), 17 rebotes y 8 asistencias. En el otro lado, Stephen Curry quiso complicarle la vida su n¨¦mesis y con 37 tantos lo consigui¨® en parte, pero la ventaja local lleg¨® a ser de 26 tantos y no se arredr¨® ante el poder¨ªo del base, que a pesar de todo se qued¨® en 6 de 20 desde el exterior. El partido tuvo dos partes, los aplausos a Doncic y los aplausos a LeBron. Que se convierte en el segundo jugador de la historia en pasar de los 40 puntos con 40 a?os tras... Michael Jordan. Casualidades de la vida y del destino para un jugador que sigue siendo una estrella a pesar del paso del tiempo y que espera con los brazos abiertos a una estrella eslovena que ha venido como un ¨¢ngel ca¨ªdo del cielo. Y que sabe que con ¨¦l hay una nueva oportunidad de anillo que es tangible, palpable, real. Y cuando eso pasa, hay que estar a la altura. Algo de lo que saben mucho unos Lakers que siempre lo est¨¢n. A los hechos me remito.

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