Nadie sabe nada: Zion, el eterno enigma
La relaci¨®n de Zion Williamson con la organizaci¨®n de los Pelicans es inexistente y pr¨¢cticamente nula con sus compa?eros. El futuro de la estrella rota, en el aire.
En medio de todas las rarezas que hay en la NBA, emerge siempre Zion Williamson. Un jugador llamado a ser generacional que se est¨¢ quedando por el camino. Nadie sabe nada. Nadie conoce nada. Nadie es capaz de pronosticar nada. De nada. El hermetismo de la estrella (si es que lo es) es legendario y su capacidad para pasar de puntillas por todos los lados generando una incertidumbre muy preocupante mantiene en vilo a parte de la mejor Liga del mundo. Pero, sobre todo, a unos Pelicans indecisos, que no saben qu¨¦ hacer ni por d¨®nde moverse. La toma de decisiones de la entidad siempre ha girado en torno a la figura de Zion, que aterriz¨® en 2019 en Nueva Orleans y, desde entonces, ha causado muchos problemas y ha propuesto pocas soluciones. Su estado f¨ªsico ha dejado de ser un condicionante y se ha convertido en el pan de cada d¨ªa. Y la imposibilidad inherente a su persona hace que nos inclinemos hacia el pensamiento de que nada va a cambiar. Al fin y al cabo, no hay motivos para creer en lo contrario.
Zion est¨¢ de vacaciones. En realidad, lleva as¨ª desde el 2 de enero, cuando se lesion¨® por en¨¦sima vez y puso rumbo a la clandestinidad. Esta vez fue la corva, pero en realidad da igual. Su historial es inacabable: en su primera temporada no debut¨® hasta el 22 de enero y s¨®lo jug¨® 24 partidos. En la segunda, la ¨²nica resaltable, se fue a 61. La tercera se la perdi¨® al completo y la ¨²ltima apenas lleg¨® a 29 encuentros. Esto desmadej¨® a los Pelicans, que llegaron a ir primeros de la Conferencia Oeste antes de Navidades y han acabado jugando un play in del que fueron apeados a las primeras de cambio. En total, 114 partidos de 208 posibles y cuatro temporadas para llegar a la cifra 100, algo desolador si tenemos en cuenta que el proyecto ha apostado por ¨¦l de forma n¨ªtida y rotunda... hasta ahora.
El futuro es incierto. Una reuni¨®n con David Griffin y Gayle Benson (General Manager y due?a de los Pelicans respectivamente) no resolvi¨® nada y todo est¨¢ en el aire. Muchos rumores apuntan a que los Pelicans podr¨ªan plantearse deshacerse de un jugador que en s¨®lo 114 partidos ha sumado dos All-Star, que tiene un talento inequ¨ªvoco y dotes para ser hist¨®rico, pero que tiene problemas f¨ªsicos constantes... y un car¨¢cter err¨¢tico. Hay informaciones que dicen que su relaci¨®n con la directiva del equipo de Nueva Orleans es inexistente y que su relaci¨®n con los miembros de la plantilla, sin llegar a tanto, es fr¨ªa y distante.
No es la primera vez que esto es as¨ª. Desde el principio, el entorno, esa palabra que se ha puesto tan de moda en la era de los jugadores empoderados (LeBron James, Kawhi Leonard...), de Zion ha deslizado que el jugador no quiere estar en Nueva Orleans. Que le gustan m¨¢s los mercados grandes y que tiene preferencia por Nueva York. Tampoco ayuda el silencio de todo lo que le rodea en lo referente a su estado f¨ªsico y que ni siquiera sus compa?eros o su entrenador (Willie Green) sepan decir c¨®mo se encuentra. Ni que se ponga a hacer mates espectaculares en los calentamientos de los partidos para luego vestirse con ropa de calle y observarlo todo desde la grada. La situaci¨®n recuerda a la de Kawhi en su ¨²ltima etapa en los Spurs, con los m¨¦dicos del equipo texano dando el alta a la estrella y su entorno (otra vez la bendita palabra) buscando una segunda opini¨®n. Kawhi tambi¨¦n quer¨ªa un mercado grande y hoy est¨¢ en Los ?ngeles. Pero sigue arrastrando eternos problemas en su cuerpo. Igual que Zion, con la diferencia de que el joven jugador los tiene desde que inici¨® su carrera en la NBA.
Tampoco ayuda que a todo esto se hayan mezclado en los ¨²ltimos d¨ªas problemas extradeportivos. Hace poco anunci¨® que ser¨ªa padre junto a su pareja (tiene 22 a?os, pero es algo muy com¨²n en la NBA) y apareci¨® una tercera en discordia. Moriah Mill, actriz porno, asegur¨® en redes sociales que ten¨ªa una relaci¨®n extramarital con Zion, pero que no sab¨ªa que estaba casado ni que ten¨ªa un hijo. Otro rev¨¦s m¨¢s para la reputaci¨®n de un jugador que, sin decir nada, est¨¢ cayendo a los infiernos de la opini¨®n p¨²blica, ese lugar en el que se ganan y se pierden las batallas que deciden las guerras. Y, en el caso de Zion, ya sabemos de qu¨¦ lado se est¨¢ inclinando la balanza.
?Qu¨¦ deben hacer los Pelicans?
Ahora, toca decidir. Por parte, claro, de los Pelicans. Pero tambi¨¦n por parte de otras franquicias en caso de un traspaso, ya que tienen que asumir a Zion, todo lo que parece que ello supone y un contrato enorme. En concreto, en el que se encuentra, de m¨¢s de 194 millones en 5 temporadas, un acuerdo que se hizo efectivo el verano pasado, despu¨¦s de que firmara una extensi¨®n de su contrato rookie. Un precio muy grande para una estrella sin apenas luz, con muchas sombras y escasas luces y con el que te hipotecas de cara al futuro, arriesgas un dinero sin saber si va a estar bien f¨ªsicamente, y te atas de pies y manos si la cosa sale mal y no puedes traspasarle ni firmar a ninguna estrella por falta de margen salarial. En otras palabras: mala cosa.
Que Zion es bueno, ojo, no se puede negar. Muy bueno. Tiene un enorme poder vertical, es duro en la zona y lo hace muy bien de fuera hacia dentro. Necesita tiempo de bote y de bal¨®n (lo que no tiene por qu¨¦ ser malo en seg¨²n qu¨¦ contextos), trabaja bien las jugadas y es casi imposible de parar cuando se encuentra en la zona. Promedi¨® 27 puntos y m¨¢s de 7 rebotes en su a?o sophomore, el ¨²nico en el que estuvo m¨¢s tiempo sano que lesionado. Y estaba, este curso, en m¨¢s de 26, con 7 rebotes y 4,6 asistencias, demostrando una gran mejor¨ªa en este ¨²ltimo aspecto y demostrando que puede convertirse en un jugador extraordinario si est¨¢ sano. Pero....
De momento, la parte del f¨ªsico y la salud es la que m¨¢s pesa. El cuidado de su cuerpo parece, como poco, cuestionable. Y ya han empezado los rumores: se dijo que podr¨ªan ofrecer a la estrella a los Hornets a cambio del n¨²mero 2 del pr¨®ximo draft, algo que finalmente no ocurri¨®, pero que demostraba un precio con el que se habr¨ªa devaluado en demas¨ªa la figura de Zion, que en teor¨ªa vale mucho m¨¢s y que cobra un salario enorme para ser traspasado por una ronda, por mucho que sea una segunda. Tampoco parece que se vaya a dar, ya que en el otro lado han filtrado que al que quieren es Brandon Ingram. De una forma u otra, estamos en ¨¦poca de mucha rumorolog¨ªa hasta que todo se d¨¦. Aunque s¨ª parece que los Pelicans est¨¢n sondeando el mercado a ver qu¨¦ se encuentran. Por si acaso.
La situaci¨®n es la que es. Si la estrella se queda se queda, los Pelicans y su entrenador, Willie Green, deber¨¢n buscar la mejor cabida deportiva posible para ¨¦l, en un sistema en el que se tendr¨¢ que compatibilizar mejor con Brandon Ingram (los dos juegan mejor con bal¨®n) en caso de que ninguno salga de la franquicia. M¨¢s all¨¢ de eso, el futuro de la franquicia de Nueva Orleans est¨¢ en el aire. Un fiasco constante desde la salida de Anthony Davis, una apuesta rotunda por una estrella rota de la que nadie sabe nada y una sola participaci¨®n en playoffs desde que el mencionado Davis sali¨®. Que tuvo lugar, por cierto, en un a?o en el que Williamson estuvo en blanco. Ah¨ª queda eso. Mucho que pensar, y una incertidumbre constante. Con Zion siempre es as¨ª.