Luka Doncic se queda sin vidas

Los segundos partidos eran una especialidad de la casa Maverick en estos playoffs, un ejercicio de ajustes y resiliencia (3-0 en el Oeste) para devolver golpes (Clippers, Thunder) o dejar al rival en la lona (Wolves). Pero, puestos a hacer c¨¢balas, los Celtics no hab¨ªan perdido en domingo en toda la temporada (13-0 ahora). As¨ª que algo se ten¨ªa que romper, alg¨²n camino se ten¨ªa que quedar sin recorrer. Y volvi¨® a ser (105-98) el de unos Mavericks que hasta ahora han parecido netamente inferiores que los Celtics. ?Significa eso que no pueden ganar uno o dos partidos en estas Finales 2024?

No, claro que pueden, y m¨¢s ahora que la serie se va a Dallas y les toca apretar los dientes y hacer que cuente el calor de su pista. Pero el anillo sigue a cuatro victorias de distancia cuando su rival ha recorrido (2-0) la mitad del camino. Para los Mavs, ser campeones de la NBA implica ganar cuatro partidos seguidos o cuatro de cinco (ya no hay m¨¢s cuentas) a un rival que parece varias marchas por encima, que lleva 78 victorias en la temporada (78-20, 14-2 en playoffs) y que no pierde (nueve victorias seguidas ya) desde que se vio 1-1 en semifinales de Conferencia, contra los Cavs. ?Es posible? S¨ª. Pero ?es probable? Ahora mismo, desde luego, no lo parece.

Por ahora las finales han sido mansas, completamente controladas por unos Celtics que han arrasado cuando se han acercado a su mejor versi¨®n y han sobrevivido sin apuros cuando han avanzado con cierta pereza, si es que tal cosa es posible en unas Finales. Si, para coger aire, los Mavericks necesitaban un mal d¨ªa en el triple de los Celtics, lo tuvieron: 10/39 final que era un 5/29 antes de que Payton Pritchard, que no hab¨ªa anotado en toda la serie, embocara uno desde casi el centro del campo para cerrar el tercer cuarto (83-74). Hasta los golpes de efecto, los toquecitos de las musas, est¨¢n por ahora del lado verde. Todo lo est¨¢. El mi¨¦rcoles se juega el tercer partido y all¨ª, en Dallas, sabremos si tenemos Finales. Despu¨¦s de dos partidos con ritmo anticlim¨¢tico, seguramente porque la brecha de talento ha parecido dif¨ªcilmente salvable, la hoja de ruta pasa por comprobar qu¨¦ queda en el dep¨®sito de estos Mavs que est¨¢n teniendo un duro despertar tras su recorrido de ensue?o por las trincheras del Oeste.

Un partido para enmarcar de Jrue Holiday

El jueves los Celtics arrasaron con una cascada de triples y una aparici¨®n fulminante de Kristaps Porzingis. Esta vez, en una arquitectura de partido completamente diferente, se mantuvieron a flote con sorprendente comodidad (de 65-63 a 80-67 en el tramo central del tercer cuarto) pese a que mandaron al limbo un mont¨®n de tiros abiertos, perfectamente generados y que, es cuesti¨®n de pura estad¨ªstica, entrar¨¢n el pr¨®ximo d¨ªa. Pueden (el privilegio de ser, sencillamente, mejores) ganar sin hacer todo bien, jugando correcto. Sin heroicidades anotadoras de sus estrellas, Jayson Tatum y Jaylen Brown. Y esta vez sin tramos hiperactivos de un Porzingis que, cuidado con eso, acab¨® con problemas en el gemelo que le ha tenido m¨¢s de un mes parado. Tatum (12/38 en tiros en la eliminatoria) puede ejercer de secundario de oro (pases, rebotes, defensa...) y Brown puede limitarse a hacer un mont¨®n de peque?as cosas. Entre los dos acabaron con un 2/12 en triples, 39 puntos totales y 9 p¨¦rdidas.

Pero no import¨® porque contaron m¨¢s sus 19 asistencias y su trabajo sin salirse del flujo del equipo, arrastrados por la corriente incesante que generan en el backcourt Derrick White (18 puntos, 4 triples) y un Jrue Holiday que podr¨ªa ser, perfectamente, el MVP de lo que llevamos de Finales. A su excepcional trabajo defensivo y una lectura de cada situaci¨®n que recuerda al campe¨®n de 2021 con los Bucks, pedigr¨ª de primera categor¨ªa, a?adi¨® esta vez 26 puntos y 11 rebotes con un 11/14 en tiros. Su movilidad para fabricar puntos f¨¢ciles debajo del aro fue un martirio para los Mavericks, tan obsesionados con desarticular la anotaci¨®n de los Jays.

Los Mavs mejoraron. No fueron asfaltados como en el primer partido e hicieron la goma en la segunda parte para llegar al menos un poco vivos al ¨²ltimo minuto, cuando tuvieron posesi¨®n con 103-98. Un tap¨®n de Derrick White (aparentemente con falta no pitada) a PJ Washington y una canasta de Jaylen Brown espantaron el susto (de 103-89 a ese 103-98) de un Garden que no pareci¨® especialmente nervioso en ning¨²n momento, como si una derrota no fuera parte de la orden del d¨ªa. Los Celtics pueden permitirse hacer cosas mal, tener tramos inconexos. Los Mavericks, no. Da igual que sean m¨¢s f¨ªsicos, lean mejor la defensa y lleven el juego m¨¢s a su terreno: no van a ganar si fallan ocho tiros libres en una derrota por siete (16/24), si conceden 21 puntos de sus 15 p¨¦rdidas y 27 tiros debajo de su canasta. O 10 puntos extra por 10 rebotes de ataque. Y, sobre todo, no van a tener opciones si Luka Doncic firma un 4/9 en triples y los dem¨¢s, un 2/17 (11,8%). As¨ª, para ellos, es imposible.

Luka Doncic contra un ej¨¦rcito verde

Doncic acab¨® con 32 puntos, 11 rebotes y 11 asistencias. Antes de comenzar, siempre pendiente del parte m¨¦dico, sum¨® una contusi¨®n pulmonar a los problemas de rodilla con los que lleva conviviendo todos los playoffs. Tocado, otra vez, jug¨® un primer cuarto fabuloso (13 puntos) en el que abras¨® todos los marcajes en uno contra uno que le pusieron delante unos Celtics que acabaron, a diferencia del primer partido, cediendo y lanzando ayudas que el esloveno descifr¨®, como siempre, para encontrar a sus compa?eros liberados. Pero estos fallaron todo lo que tiraron. Y Doncic fue (3 puntos, 1/6 en el ¨²ltimo cuarto) inevitablemente a menos, superado por un rival en formato ej¨¦rcito, en el que cinco jugadores promedian entre 21,5 (Brown) y 16 puntos (Porzingis). ?l est¨¢ en 31,5 pero los siguientes cinco m¨¢ximos anotadores de la Final son celtics. Y as¨ª, a la fuerza, acaban pesando m¨¢s las p¨¦rdidas, los errores y las jugadas en las que Doncic no puede, sencillamente, frotar la varita m¨¢gica y rescatar a todo su equipo, del entrenador a los secundarios y un Kyrie Irving que, ahora mismo, es una estrella varada.

Los Mavericks no pueden ganar, no a estos Celtics, con partidos as¨ª de Kyrie, que ha perdido los ¨²ltimos doce que ha jugado contra su exequipo, diez de ellos sin llegar a 25 puntos. Esta vez se qued¨® en 16 con un 7/18 en tiros. En los dos jugados en Boston ha promediado 14 con un 35% y ni un solo triple anotado (0/8). Jrue (19) y White (16,5), cuya tarea primordial es exprimirse en defensa, est¨¢n por encima, y con porcentajes mucho mejores. Dereck Lively II juega con la confusi¨®n del rookie, algo que no le hab¨ªa pasado en las eliminatorias anteriores. Kleber no aporta absolutamente nada y Gafford acab¨® algunas jugadas pero no asust¨® en defensa. PJ Washington, sin hace nada del otro mundo, fue el mejor de todos los dem¨¢s, y tal vez tenga que ejercer de falso p¨ªvot ya que Jason Kidd va a necesitar tocar algo, lo que sea. Porque as¨ª, en esta din¨¢mica, los Celtics van a ser campeones. Por la v¨ªa r¨¢pida o con alg¨²n sobresalto, pero campeones. La ¨²nica alternativa ya, despu¨¦s de estos dos partidos en clave absolutamente verde, son los tambores de guerra en Dallas: una llamada desesperada a la revoluci¨®n.

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