Los Warriors activan la alerta roja

Tic, tac, tic, tac¡­ El tiempo se acaba y la magia no surge. Los Warriors siguen perdiendo partidos que o bien tendr¨ªan que ganar (como el ¨²ltimo contra los Pacers, en su pista) o bien podr¨ªan ganar, como este de la noche del domingo en Minneapolis, donde los Timberwolves acabaron imponi¨¦ndose (114-110) despu¨¦s de un final fren¨¦tico en el que Klay Thompson tuvo un triple para acercar la pr¨®rroga. Fall¨®, punteado por Kyle Anderson en una acci¨®n de excelentes reflejos defensivos de los Wolves para responder a la pizarra de Steve Kerr. Y as¨ª, despu¨¦s de un ¨²ltimo tiro libre de Anthony Edwards, se fue al limbo otra buena baza de los Warriors, otra ocasi¨®n de sumar y permitirse un golpe de tim¨®n en la direcci¨®n correcta. Uno importante y ue no llega nunca.

Pero sus pecados superan ahora mismo a sus virtudes, y por eso ronda otra vez el 50% de victorias (36-34) y se han hundido en el d¨¦cimo puesto del Oeste, el ¨²ltimo de play in. No solo eso: lo que hace semanas era una conjurar para escalar, incluso hasta el sexto puesto y el acceso directo a playoffs, la fe en que pod¨ªan permitirse una cabalgaba como las de los viejos tiempos, se ha convertido en una enorme bola de ansiedad y decepci¨®n. Por detr¨¢s, los Rockets han pisado el acelerador cuando ya no se contaba con ellos, desde que estaban en ca¨ªda libre y se anunci¨® que Alperen Sengun no jugar¨ªa m¨¢s hasta la pr¨®xima temporada. Nueve victorias en diez partidos, ocho ahora seguidas, un tramo en el que los Warriors han perdido seis. Y, de pronto, solo uno de diferencia. El 4 de abril, duelo en Houston. Los Warriors, metidos en una gira de cinco partidos a domicilio, tienen el precipicio a un paso.

As¨ª que a los Warriors les quedan doce partidos en los que no tienen que buscar gloria, solo escapar de lo que ser¨ªa un desastre (no entrar ni en play in) para la plantilla m¨¢s cara de la historia. Una que no puede permitirse estar en pista sin Stephen Curry. Es dram¨¢tico. Lo que antes era dependencia l¨®gica de un jugador hist¨®rico ha llegado a un punto absoluto t¨®xico, nocivo. El ataque desaparece del mapa sin el base, y Steve Kerr alimenta el debate d¨¢ndole descansos largos tambi¨¦n en partidos de m¨¢xima exigencia y con marcadores ajustados como este. El cuarto final comenz¨® 78-81. Curry, que tampoco hab¨ªa jugado los cuatro ¨²ltimos minutos del tercero, lo arranc¨® sentado y no regres¨® a pista hasta que hab¨ªan pasado cinco y la cosa estaba 97-89. El balance fue un -11 en los casi 18 minutos que descans¨® en total. Para este equipo, eso es demasiado. Pero Curry tiene ya 36 a?os y Steve Kerr no quiere o¨ªr hablar de heroicidades en partidos de regular season: ¡°No podemos conformarnos con dejar que Steph nos lleve sobre sus hombros. Ha cargado con esta franquicia durante quince a?os. Si lo que quer¨¦is decirme es que juegue 30 minutos en vez de 32 es la diferencia entre que ganemos o perdamos este tipo de partidos¡­ estoy totalmente en desacuerdo con eso¡±.

Curry, por su parte, asegur¨® que est¨¢ listo para jugar lo que haga falta, dada la situaci¨®n. Y dej¨® un mensaje positivo con un tono menos vivaz que el de hace un par de semanas. Las derrotas pesan: ¡°La NBA es una competici¨®n rara. Solo hace falta una chispita para que arranques, a todos los equipos les pasa. Mira a Houston ahora. Una chispita y llevan ocho o nueve victorias seguidas. Nosotros tambi¨¦n somos capaces de algo as¨ª, al menos mientras queden partidos por delante. Esa es la mentalidad¡±.

Draymond Green, que volv¨ªa a enfrentarse a Rudy Gobert por primera vez desde la tangana que lo dej¨® con un pie fuera de la liga en noviembre, pint¨® de forma m¨¢s negativa el panorama: ¡°No tenemos buenos h¨¢bitos, somos un equipo muy parado, perdemos partidos que tendr¨ªamos que ganar. Y en esta liga tienes que ganar todos los son ganables y rascar unos cuantos de los que no lo parecen. Pero si pierdes los que deber¨ªas ganar¡­ la temporada va a ser muy larga para ti¡±. Los Warriors volvieron a parecer un equipo cansado, demasiado veterano y liviano despu¨¦s de un gran inicio: 18-27 en el primer cuarto, ventajas de hasta doce puntos¡­. Pero los Wolves pasaron de anotar 46 puntos en toda la primera parte a 36 solo en el ¨²ltimo parcial. Tuvieron m¨¢s recursos, m¨¢s piernas y m¨¢s rotaci¨®n. Y m¨¢s punter¨ªa, la que antes era la se?al de identidad warrior: 21 triples, igualando su tope de la temporada, y con un 52% (21/40). Los Warriors terminaron con un (correcto) 14/36 y solo forzaron 7 p¨¦rdidas en los tres ¨²ltimos cuartos despu¨¦s de nueve en un primero de brillante despliegue defensivo. No hay m¨¢s: se quedaron cortos.

Curry acab¨® con 31 puntos y 5 triples. Y fue el ¨²nico jugador visitante que anot¨® en los ¨²ltimos cuatro minutos (9 puntos). Volvi¨® a pista con 97-89 y llev¨® el partido a un 104-104 dentro de los ¨²ltimos 200 segundos. Lleg¨® hasta donde lleg¨®, y otra vez no fue suficiente. Klay Thompson y Chris Paul no terminan de rematar, Kuminga fue de m¨¢s a menos y Wiggins pas¨® m¨¢s desapercibido de la cuenta contra su exequipo. Es muy dif¨ªcil. Despu¨¦s de parecer siempre un par de paso por delante, los Warriors se quedan ahora, demasiados d¨ªas, un pasito por detr¨¢s. Para colmo, los Lakers ganaron a los mismos Pacers que vencieron el viernes en la Bah¨ªa y les sacan ya dos partidos y medio. Hasta el noveno puesto, tan poca cosa, empieza a parecer una quimera.

Los Wolves demostraron que son un excelente equipo. Lo est¨¢n haciendo toda la temporada, lo han hecho desde la lesi¨®n de Karl-Anthony Towns. En 49-22, no bajan el ritmo y son terceros del Oeste con la cabeza a un partido y ya cuatro y medio de ventaja sobre los Clippers. Tuvieron recursos y encontraron tiros liberados, muchos forzando a los Warriors, tan peque?os, a cerrarse en torno al gigante Gobert. En ataque, procuraron que Green no se quedara tras los bloqueos con Edwards y fueron de menos a m¨¢s, rescatados primero por Naz Reid (20 puntos, 17 descanso con un 5/6 en triples) y a flote al final con el ala-p¨ªvot en el banquillo y Kyle Anderson en pista para tener m¨¢s movilidad en los cambios defensivos. Todos aportaron, con Edwards a la cabeza (23+6+8) y la bater¨ªa de triples, la direcci¨®n de Conley y la rotaci¨®n larga y ajustada. Mientras se desangraban los Warriors sin Curry, los Wolves ganaron unos minutos del ¨²ltimo cuarto que fueron cruciales sin Edwards ni Reid. Otro gran d¨ªa en una gran temporada¡­ y otro triste, feo, para unos Warriors que est¨¢n acerc¨¢ndose a su peor pesadilla. Tic, tac, tic, tac¡­

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