Los pecados de los Lakers
El equipo angelino afronta un segundo asalto crucial para sus intereses tras un primer partido que dej¨® sensaciones muy preocupantes. La soledad de Doncic, una mala defensa, el pobre nivel de LeBron...


Los Lakers se la juegan esta noche (a las 04:00, en el Crypto Arena). Pr¨¢cticamente toda su temporada pasa por el segundo partido de la eliminatoria ante los Timberwolves. Tras la paliza sin paliativos sufrida en el choque inicial (95-117), JJ Redick tiene un trabajo monumental: recuperar a sus jugadores en lo emocional para afrontar la batalla de todas las batallas. Aunque s¨®lo sea un duelo m¨¢s, los Lakers necesitan ganarlo para no viajar a Minnesota con un 0-2 que es pr¨¢cticamente imposible de remontar. Y lo peor no es que haya que hacer un par de ajustes para salir del atolladero: los angelinos necesitan mucho m¨¢s. El nivel f¨ªsico mostrado fue muy pobre, la defensa inexistente y las dificultades para anotar m¨¢s all¨¢ de Luka Doncic, enormes. Contra todo eso y mucho m¨¢s deber¨¢n luchar, pero especialmente contra s¨ª mismos. Perder no deber¨ªa ser una sorpresa, ya que s¨®lo una victoria (aunque tres posiciones: la locura del Oeste) les separ¨® en regular season. Otra cosa es caer de este modo, dejando sensaciones muy preocupantes y encajando una derrota estrepitosa ante un rival al que le hab¨ªan ganado en la fase regular los dos partidos disputados en Los ?ngeles.
El plan de Chris Finch es muy claro, tambi¨¦n en la rueda de prensa posterior al partido, donde Jaden McDanields y Naz Reid se encargaron de transmitir un mensaje muy claro: los Wolves son m¨¢s altos. Y si por ah¨ª pasan las aspiraciones angelinas, tampoco hay mucho que hacer. Los Lakers no tienen plantilla para jugar con quintetos altos m¨¢s all¨¢ de tirar de un fondo de armario cuestionable (Alex Len no puede jugar una serie de este calibre) y lo ¨²nico que pueden hacer es poner m¨¢s tiempo en pista a un Jaxson Hayes que apenas disput¨® 8 minutos en el primer duelo. El resto de cent¨ªmetros (Anthony Davis, Max Christie...) se perdieron en el traspaso de Doncic, algo de lo que no pueden quejarse si tienen en cuenta el premio recibido a cambio. Es m¨¢s, el esloveno fue la ¨²nica buena noticia de los angelinos: 37 puntos y 8 rebotes, con 12 de 22 en tiros de campo y 5 de 10 en triples, adem¨¢s de 8 de 9 desde la personal. Fue el que tir¨® en el primer cuarto (28-21 para los Lakers, un espejismo) y el que lider¨® la t¨ªmida reacci¨®n entre el final del tercer cuarto y el principio del ¨²ltimo. El tiempo que Anthony Edwards estuvo trat¨¢ndose la pierna. En cuanto la estrella volvi¨®, se acab¨® el partido.
Los Lakers tienen muchos problemas. Primero, frenar la producci¨®n de Edwards, que acaba muchas veces delante de Doncic gracias a los bloqueos y tortura al esloveno (que jug¨® 40 minutos) en un lado de la pista que no es el mejor para ¨¦l. Y despu¨¦s, evitar que el alero se haga fuerte en la distribuci¨®n, te¨®ricamente un talento menor dentro de un jugador que ha evolucionado tanto que es capaz de hacer de todo. Acab¨® con 22 puntos, 8 rebotes y 9 asistencias que parecieron muchas m¨¢s. Y McDanields y Reid se hincharon a anotar con una efectividad extraordinaria: el primero acab¨® con 25 puntos, 11 de 13 en tiros de campo y 3 de 3 en triples, acertado desde fuera y percutiendo al aro cuando las ayudas de los Lakers, que siempre llegaban tarde, iban ciegas a taponar el lanzamiento. Reid finaliz¨® con 23, 8 de 12 y 6 de 9. Hay que presuponer que en alg¨²n momento fallar¨¢n los tiros, pero los Lakers tienen que ajustar para llegar mejor a las ayudas e intentar por todos los medios que Edwards tenga delante el mayor tiempo posible a Dorian Finney-Smith o a Gabe Vincent. Y lo necesitan hacer ya si no quieren tener un disgusto que tire al traste la gran campa?a que han hecho hasta ahora.
LeBron, Reaves y el f¨ªsico
Pero los Lakers tienen un problema todav¨ªa m¨¢s grande: LeBron James tuvo una actuaci¨®n impropia de la estrella que se presupone que es (19 puntos, con 9 de 18 en tiros y 1 de 5 en triples). Y Reaves probablemente cuaj¨® la peor primera parte de toda la temporada (2 puntos, 1 de 6 en tiros y 1 p¨¦rdida) para espabilar en el tercer cuarto (14 tantos) y hundirse de nuevo en el periodo final. Y otro problema: entre ambos jugadores y Doncic sumaron 7 asistencias totales, algo que se aleja mucho de las 21,5 que el tr¨ªo promedi¨® durante la fase regular y que deja a los Lakers sin una de sus te¨®ricas mayores virtudes. Tampoco es que los Wolves hicieran nada especial: correr como demonios para desgastar a su rival (anotaron 25 puntos en transici¨®n) y leer el partido mucho mejor que los angelinos, desfondados en otra sensaci¨®n muy preocupante. Redick dijo en rueda de prensa que no estaban f¨ªsicamente preparados, algo imperdonable si tenemos en cuenta que se aseguraron el tercer puesto del Oeste en la pen¨²ltima jornada, descansaron en la ¨²ltima (en la que Minnesota pele¨® para hacerse con el sexto puesto) y no disputaron el play in. Algo pasa si no est¨¢n bien y en una serie de playoffs el cansancio aumenta y no lo contrario.
A priori, Jaxson Hayes disputar¨¢ m¨¢s minutos: cuando juega m¨¢s de 20 los Lakers est¨¢n 26-6, mientras que cuando se sit¨²a por debajo de esa cifra se queda en un 7-12. Impulsado (o no) por las picantes declaraciones de McDaniels y Reid, Redick dar¨¢ m¨¢s tiempo al p¨ªvot para tener m¨¢s altura, que Doncic tenga un finalizador cerca (le gusta jugar por encima del aro) y evitar los problemas en el rebote: m¨¢s all¨¢ de los 10 ofensivos que atraparon los Wolves, la sensaci¨®n es que a los angelinos les costaba la vida cada bal¨®n y cada vez que se cerraban pasaban dos cosas: que permit¨ªan tiros liberados y que no pod¨ªan ir al contraataque, algo que tambi¨¦n le gusta hacer a ese tr¨ªo din¨¢mico que ya no lo es. Los Lakers acabaron con un -25 con Reaves en pista y un -22 con LeBron. A un -26 se fue Rui Hachimura, del que se necesita m¨¢s: acert¨® los triples en el primer cuarto y luego se le olvid¨® jugar al baloncesto, se emperr¨® mucho en tiros complicados en lugar de atacar el aro y apenas tuvo incidencia en el juego de un equipo que finaliz¨® por debajo del 40% en tiros de campo. As¨ª, imposible.
Es el momento de loa Lakers: generalmente, en playoffs hay una mejora sustancial del equipo que pierde de un partido a otro, pero los Timberwolves no van a relajarse por mucho que hayan conseguido la ventaja de campo a a la primera. Los angelinos han tenido un r¨¦cord de 31-10 en casa, el segundo mejor del Oeste tras los Thunder (claro) y tienen que asegurarse el triunfo antes de viajar a Minnesota, donde la afici¨®n vive enfurecida, no como la de un Crypto Arena casado con la parafernalia propia de la far¨¢ndula, que va siempre en consonancia al nivel emocional del equipo pero no tira de ¨¦l. El fichaje de Doncic dio una nueva dimensi¨®n a la franquicia y junt¨® al mayor activo de la NBA con el mercado m¨¢s grande de la NBA. Pero no vale s¨®lo con eso y no hay rival nimio en un Oeste aguerrido. Los angelinos, que anotaron s¨®lo 95 puntos en el primer partido (han promediado 112 en temporada regular) tienen la oportunidad de dar un golpe sobre la mesa y demostrar que son verdaderamente candidatos. De lo contrario y en caso de confirmar que el desastre no es un espejismo, har¨¢n el petate antes de lo que todo el mundo pensaba. Eso tambi¨¦n puede ocurrir, claro. La NBA, al fin y al cabo, no espera a nadie. Tampoco a los Lakers.
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