Los Mavericks pierden el tren

Como los Celtics llevan toda la vida jugando Finales, tienen historias para todos los gustos (casi todas con desenlace feliz) y datos para todos los colores (principalmente el verde, claro): nunca pierden una serie por el t¨ªtulo si se colocan 2-0, pero solo hab¨ªan conseguido ganar el tercer partido ocho veces, la ¨²ltima en 1959. Llevaban siete derrotas seguidas en ese tercer acto bisagra, una complicaci¨®n que se han evitado ahora, en 2024. Sesenta y cinco a?os despu¨¦s, vuelven a domar unas Finales con un 3-0 que jam¨¢s se ha remontado: 14-0 hasta ahora en la ¨²ltima eliminatoria, 150-0 en el total de los playoffs.

?M¨¢s? Ma?ana, sin tiempo de reacci¨®n y con el ¨¢nimo de su rival descosido, pueden poner un 4-0. El anillo 18, el segundo desde 1986 y el primero en diecis¨¦is a?os. La puesta al d¨ªa de la gran leyenda verde y, si lo cierran por la v¨ªa r¨¢pida, solo la novena barrida en Finales desde 1949, el punto de partida de la NBA moderna. Y la cuarta de este siglo: Lakers a los Nets en 2002, Spurs a los Cavaliers en 2007, Warriors otra vez a los Cavs en 2018¡­ y, ?Celtics a los Mavs en 2024? Ma?ana lo sabremos. A priori, a estas Finales no les queda m¨¢s emoci¨®n que esa; el tanteo, la fecha exacta del D¨ªa D. De la hora verde.

El tercer partido (99-106), al menos, tuvo drama. Que no es poco, porque la diferencia real entre los dos finalistas es notable, muy visible. Francamente grande. Si a los Mavericks les quedaba una vida, era esta. Si ten¨ªa que pasar un tren por su estaci¨®n, era el del tercer partido. Y pas¨®, pero los texanos no supieron subirse a ¨¦l y acabaron viendo desde el anden como su segundo anillo depende ya de una haza?a que nadie ha hecho, mucho menos en unas Finales: ganar cuatro partidos seguidos en una eliminatoria. Y hacerlo contra unos Celtics que marchan en n¨²meros hist¨®ricos, un equipo que recordaremos siempre. Lleva sin perder desde el 9 de mayo, m¨¢s de un mes. Ha ganado (7-0) todos sus partidos como visitante en unos playoffs en los que amasan un 15-2 descomunal que pone su total de la temporada en 79-20. Con una victoria m¨¢s en cuatro intentos, a priori est¨¢ chupado, recuperar¨¢n ese trono de la NBA que en los viejos tiempos era suyo mientras no se demostrara lo contrario. Por defecto.

Los Mavericks rozan un imposible

Pero s¨ª, al menos hubo drama: el traslado a Dallas dio (algo esperable) vitaminas a los Mavericks, que adem¨¢s supieron poco antes del partido que Kristaps Porzingis no iba a jugar, y pasaba a ser duda para el resto de la eliminatoria, por su extra?¨ªsima lesi¨®n de tobillo. Fantasmas en los armarios, el del let¨®n y el de su equipo. La bala de plata, el golpe del destino y los tambores de guerra ten¨ªan un resquicio, una puerta entreabierta. Pero el guion pasaba, s¨ª o s¨ª, por este tercer partido. Era ganar o ganar.

Los Mavs, con el empuj¨®n del factor cancha, jugaron sus mejores minutos de la serie, un hurac¨¢n de seis minutos (22-9, su mayor ventaja de las Finales) que en seguida fue ventisca (31-30 al final del primer cuarto) y poco despu¨¦s nada, la calma chicha por la que los Celtics fueron operando en marchas cada vez m¨¢s largas. Primero igualaron el partido, sin mucho esfuerzo, y despu¨¦s lo reventaron en un tercer cuarto casi perfecto (19-35) en el que dieron 8 asistencias sin p¨¦rdidas, anotaron el 65% de sus tiros y dejaron a los Mavs en un 38%. El ¨²ltimo parcial se abri¨® con dos triples seguidos, a priori la sentencia: 70-91 a once minutos del final. Y ah¨ª, en el momento m¨¢s inopinado, se concentr¨® el drama: la versi¨®n zombi de los Mavericks enlaz¨® un 12-0 en tres minutos (82-91) y un 22-2 en siete y medio (92-93). Hubo tiros para empatar, oportunidades reales de consumar una remontada hist¨®rica.

Los Celtics se olvidaron durante todo el ¨²ltimo cuarto de lo que les hab¨ªa funcionado, de su l¨®gica del drive and kick y el esfuerzo colectivo, seguramente porque lo vieron ganado y les cost¨®, despu¨¦s, sacudirse el susto final. Pero hicieron lo justo para amarrar un partido que debieron ganar m¨¢s c¨®modamente pero que tambi¨¦n pudieron perder. Jaylen Brown, que da zancadas hacia el MVP de las Finales, anot¨® las canastas m¨¢s importantes de ese trance que se jug¨® sin Luka Doncic, eliminado por seis faltas a 4:12 del final y con la victoria a tiro (90-93). La tercera vez que le sucede en toda su carrera NBA, la primera en playoffs. Y, desde luego, la que lleg¨® en peor momento.

Dos de esas faltas (alguna muy discutida por un p¨²blico enfadado con el arbitraje, en algunas jugadas con raz¨®n) llegaron, casi seguidas, en ese momento en el que una victoria imposible se hab¨ªa puesto a tiro. Otras fueron fruto de la frustraci¨®n, perfectamente evitables. Su salida prematura de la pista fue el feo colof¨®n de un partido en el que Doncic no estuvo bien, no jug¨® a la altura de su (muchas veces sobrehumano) est¨¢ndar y no hizo lo (much¨ªsimo) que necesita su equipo para ganar partidos en esta latitud de la temporada. No fue un superh¨¦roe, y esta vez no bastaba otra cosa.

Muy claramente de m¨¢s a menos, dirigi¨® la tremenda carga inicial de su equipo (9 puntos en 5 minutos) y acab¨® con 13, 3 rebotes y 3 asistencias un primer cuarto en el que firm¨® un 5/9 en tiros. Su estad¨ªstica final fue 27+6+6 (11/27, 1/7 en triples), as¨ª que amas¨® un 14+3+3 en los ¨²ltimos tres cuartos, con un 6/18 en tiros y dos p¨¦rdidas por esos escasos tres pases de canasta. Otra vez obligado por los Celtics a sudar cada punto, a producir a base de canastones; Demasiado enzarzado con los ¨¢rbitros, pendiente de las faltas que se pitaban y sobre todo de las que ¨¦l cre¨ªa que no, nervioso y cazado atr¨¢s por un rival que volvi¨® a no dejarle respirar, a explotar unas deficiencias defensivas que, entre problemas f¨ªsicos y falta de ox¨ªgeno, est¨¢n siendo estruendosas en esta serie. Su +9 en 38 minutos en pista y -16 en los 10 que falt¨® demuestran que su actuaci¨®n no fue p¨¦sima (b¨¢sicamente nunca lo es), pero no lleg¨® a lo que necesitaban los Mavs. Descentrado en el segundo cuarto, superado en el tercero y fuera de juego los ¨²ltimos cuatro minutos, cuando se resolvieron el partido y, salvo milagro, las Finales 2024.

Los Jays pueden m¨¢s que Kyrie Irving

Kyrie Irving, que lleva trece derrotas seguidas contra unos Celtics a los que no gana desde junio de 2021, dej¨® atr¨¢s su desastre generalizado de los partidos de Boston y mont¨® la resistencia en tramos de espl¨¦ndidas acciones individuales: 35 puntos, solo 2 asistencias. Sus mejores momentos evidenciaron, la paradoja que acaba matando a los Mavs, lo poco sostenible que es contra un rival tan superior un plan de partido que pasa por canastas de alta dificultad de dos s¨²per estrellas y un abandono casi permanente de esos secundarios que fueron tan valiosos en los playoffs del Oeste. Al descanso, Kyrie y Doncic llevaban el 74% de los puntos de su equipo (37 de 51). Solo durante la reacci¨®n heroica del ¨²ltimo cuarto aparecieron PJ Washington y Dereck Lively II. Pero no fue suficiente. Y eso es exactamente lo que buscan unos Celtics que, al contrario, tienen los suficientes tramos en los que generan buenos tiros a base de circulaci¨®n y movimiento colectivo. Dos mundos: 38 canastas por bando, un tiro libre m¨¢s anotado por los Mavs (14-13)¡­ pero 24 puntos m¨¢s de los Celtics desde el triple (9-17) con situaciones de tiro mucho m¨¢s eficientes. La historia de estas Finales.

Jayson Tatum apareci¨® al principio, cuando hubo que controlar el inicio furioso de los Mavs: 20 puntos en la primera parte, 31 al final con 6 rebotes y 5 asistencias. Le falt¨® autoridad en esa zozobra del ¨²ltimo cuarto, por ponerle un pero. Jaylen Brown hizo el camino contrario, de menos a m¨¢s: 6 puntos y solo dos canasta en la primera parte, 30 al final con un 10/16 en el segundo tiempo; Adem¨¢s, 8 rebotes y 8 asistencias en un partido que convierte a los Jays en los primeros celtics, y hay mucha historia ah¨ª, con al menos 30+5+5 en el mismo partido de unas Finales. El resto, trabajo de Jrue Holiday, los triples que le acabaron entrando a Derrick White (16 puntos) y muchos minutos de Al Horford, que puso sus 38 a?os al servicio de un equipo que not¨® la baja de Kristaps Porzingis¡­ pero encontr¨® la forma de ganar sin ¨¦l. Que sufri¨®, vol¨® y sobrevivi¨®, todo en el mismo partido. Uno que vale m¨¢s de medio anillo. O el anillo entero, si nos fiamos de la historia...

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