Los Lakers tocan fondo
Papel lamentable de los angelinos, que suman una nueva derrota en Arizona y se sumergen en su peor momento de la temporada. Retorno exitoso de Durant. El equipo de Redick tiene graves problemas.
?Hemos visto ya a los mejores Lakers de la temporada? ?Era un dulce sue?o del que han despertado y est¨¢n ahora sumidos en la realidad? Es (muy, ahora mismo) posible que la respuesta a las dos preguntas sea la misma: s¨ª. El equipo angelino suma su tercera derrota consecutiva. Pero, m¨¢s all¨¢ de eso, lo preocupante son las sensaciones, lo que se ha visto sobre la pista de baloncesto. El triple de Fran Wagner acababa con el invicto en casa, mientras que la paliza recibida en Arizona lo hac¨ªa con el que todav¨ªa ten¨ªan en la NBA Cup, en su segunda edici¨®n tras abandonar el nombre de In-Season Tournament, un torneo conquistado por los de p¨²rpura y oro hace poco m¨¢s de un a?o sin perder ning¨²n partido. Entre medias, otro apaleamiento, ante unos Nuggets que son la tortura eterna de un equipo que ha entrado en un nivel de apat¨ªa impropio de los colores que defiende y del inicio del curso baloncest¨ªstico que protagoniz¨®. Del 10-4 al 10-7, 2-1 ya en la NBA Cup, mismo resultado que Suns (sus verdugos hoy) y Spurs (que han ganado), a los que se enfrentan esta noche. El viernes se jugar¨¢n el pase a la siguiente ronda ante lo Thunder, l¨ªderes del Oeste. En fin: mal, mal y mal. Todo mal.
Los Lakers no siquiera salieron a jugar en Arizona. Los Suns recuperaron a Kevin Durant y Bradley Beal al mismo tiempo y ven¨ªan de cinco derrotas consecutivas, seis en los ¨²ltimos siete partidos. Hasta hoy: que no ganaron, apabullaron (127-100). La diferencia lleg¨® a ser de 30 puntos y lo ¨²nico que era imposible de explicar es que los angelinos (que han perdido los dos ¨²ltimos duelos por un acumulado de 52 tantos) llegaran vivos al descanso (62-60) con lo poco que hab¨ªan demostrado. Pronto se acab¨® un espejismo que nunca lo fue: 36-18 en el tercer cuarto, 22-6 para cerrar el parcial y adi¨®s. Ni los tres tiempos muertos solicitados por JJ Redick en ese rato sirvieron para nada. Los visitantes llegaban 20 abajo al ¨²ltimo periodo (98-78), una distancia que en la NBA actual no tiene por qu¨¦ ser definitiva pero que los Lakers ni se plantearon remontar. Era como si se hubieran quedado vac¨ªos, sin fuerzas ni ganas de poner una marcha m¨¢s que dan la sensaci¨®n que ni tienen. La ¡°gran respuesta¡± que Redick pronosticaba tras el doloroso resultado ante los Nuggets no se dio. Y los angelinos se quedaron con una mano delante y otra detr¨¢s mientras ve¨ªan los minutos pasar. Era el ¨²nico aliciente: que el contador llegara a 0 para poner rumbo al t¨²nel de vestuarios y luego al hotel. Que no a casa, ya que viajan directos a Texas, ya veremos con qu¨¦ resultados. Mejor que no lo piensen mucho.
Nadie en los Lakers dio la talla: LeBron James ni se present¨®, como si no le importara lo que estaba pasando, y se qued¨® en 18 puntos, 8 rebotes y 10 asistencias porque es muy bueno, pero sin incidencia en el juego y muchas decisiones absurdas, adem¨¢s de 5 p¨¦rdidas, un 7 de 16 en tiros de campo un 2 de 7 en triples y apenas 2 visitas a la personal. Los ramalazos de Anthony Davis dieron alg¨²n empuje a los angelinos en la primera mitad, pero todo lo que se acumul¨® fue estad¨ªstica vac¨ªa: 25, con 15 y 5, adem¨¢s de 4 tapones. Rui Hachimura directamente no puede jugar, Cam Reddish no defiende tan bien como para atacar tan mal y Dalton Knetch lo mismo te resuelve un partido que pasa desapercibido. D¡¯Angelo Russell aprovech¨® los desmanes de sus compa?eros para anotar 16 tantos, pero con 1 de 6 en triples. Mientras que Austin Reaves es el ¨²nico salvable, por actitud e intentos, movimientos y coraz¨®n. Pero un hombre solo no puede levantar la moral inexplicablemente ca¨ªda de un equipo sin alma, como si las victorias iniciales y el r¨¦cord todav¨ªa positivo no fueran un motor lo suficientemente v¨¢lido como para seguir adelante. Las noticias de la posible marcha de Russell en un intercambio o el inter¨¦s en otro p¨ªvot para dar aire a Davis se siguen sucediendo. Pero, con esta imagen: ?para qu¨¦ traer a nadie?
En los Suns, claro, fueron todo fuegos artificiales, fiestas merecidas y sonrisas indisimuladas. Ganaron porque fueron mejores, respondieron a lo poco que propuso el rival y se fueron por encima del 40% en triples por el 8 de 34 de unos Lakers que se dedicaron a intentar, en la peor parte de su imagen (que ya es decir) lo que peor saben hacer. Durant consigui¨® 23 puntos, los mismos que Beal. Y Devin Booker se fue a 26, con 10 asistencias. Jusuf Nurkic, por su parte, logr¨® 12, con 12 rebotes. En el inicio del tercer cuarto, el p¨ªvot se hinch¨® a anotar con Davis marcando a Durant. Cuando Redick cambi¨® la asignaci¨®n para frenar la producci¨®n del p¨ªvot, el que no dej¨® de conseguir puntos fue el alero. Una de cal y otra de arena, pero con el mismo resultado; y un cambio propuesto por un entrenador del que se dio r¨¢pidamente cuenta el otro (Mike Budenholzer) en una batalla de banquillos que fue una mera met¨¢fora de un partido que pas¨® de tener tonalidades grises a caer preso de la oscuridad m¨¢s absoluta para los Lakers. La esperanza pas¨® r¨¢pidamente de un equipo a otro y el partido no tuvo historia. Como no lo tuvo el de los angelinos ante los Nuggets. Alerta roja para ellos, sumidos en su primera gran crisis. Una que necesita soluciones r¨¢pidas, empezando por algo dependiente de los mismos jugadores y que poco tiene que ver con la t¨¢ctica. Esa actitud derrotista incomprensible que ha convertido a un equipo esperanzador en uno que ha dejado de competir. Sin que nadie sepa por qu¨¦.
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