Los Knicks tienen un problema

Los Celtics fueron el mejor equipo de la pasada temporada con una notable diferencia. Adem¨¢s del campe¨®n, que tambi¨¦n (ambas cosas suelen coincidir): el mejor equipo. Un margen con respecto a los dem¨¢s que se ampl¨ªa si se considera solo la Conferencia Este, donde ganaron catorce partidos m¨¢s, ?catorce!, que el segundo clasificado: 64-18 por el 50-32 de los Knicks.

Antes del inicio de la nueva temporada, se alinean los aspirantes a destronar al rey celtic. En el Este, y mientras el nombre de Miami Heat va quedando en el olvido, intentan reformularse los proyectos de Bucks y Sixers y maduran equipos como Pacers y Magic, que tendr¨¢n que demostrar que pueden subir otro pelda?o en el escalaf¨®n si quieren establecerse en el grupo de los aspirantes. Los Cavs son una inc¨®gnita interesante y los Knicks, en realidad, son los que se han convertido en el favorito de todo el mundo si hay que se?alar un candidato a verdadero problema para los Celtics. Las lesiones impidieron que se viera en playoffs la verdadera dimensi¨®n de un equipo relanzado con la llegada de OG Anunoby en Fin de A?o. Y este verano han sumado a Mikal Bridges a lo que ya era una unidad defensiva de absoluto primer nivel. Un comando al estilo Thibodeau.

La llegada de Bridges para formar una excepcional pareja de forwards defensivos (a priori, la mejor de la NBA) dispara, a priori, el techo de un equipo que parece adem¨¢s perfectamente capacitado para poner en problemas a los Jays, Jayson Tatum y Jaylen Brown, los conductores de la locomotora de los Celtics. Adem¨¢s, las extensiones de contrato para Thibodeau y Jalen Brunson y el nuevo acuerdo con Anunoby han puesto a los Knicks en, a priori, su momento m¨¢s ilusionante en muchos, muchos a?os: no juegan una final de Conferencia desde 2000. Sin embargo, el verano no termin¨® sin lunar: Isaiah Hartenstein acept¨® la oferta de Oklahoma City Thunder (irrechazable: 87 millones por tres temporadas) y dej¨®, con su marcha, un hueco muy notable en el juego interior.

Un hueco, adem¨¢s, que ser¨¢ m¨¢s grande, al menos en la primera parte de la temporada, porque Mitchell Robinson seguir¨¢ de baja al menos hasta alg¨²n momento entre diciembre y enero, en funci¨®n de c¨®mo evolucione la recuperaci¨®n de su lesi¨®n por estr¨¦s en el pie izquierdo. Dicen que al que nace para martillo, del cielo le caen los clavos. Y antes de comenzar la temporada, los Knicks ya se tienen que enfrentar a su principal temor, esas lesiones que ya acabaron con sus opciones en los ¨²ltimos playoffs y que algunos vinculan a la exigencia extrema de Thibodeau. Adem¨¢s, el problema llega en esa posici¨®n de p¨ªvot en la que ya hay peligro de delgadez extrema tras la salida de un Hartenstein que fue fundamental el pasado curso, especialmente cuando se lesion¨® Robinson.

El mercado y la opci¨®n de Randle

P¨ªvot titular a priori la pasada temporada, Robinson (26 a?os) jug¨® solo 31 partidos por ese problema en el pie izquierdo que le hizo pasar por el quir¨®fano en diciembre y otra vez en mayo, despu¨¦s de una reca¨ªda en los playoffs. Sin ¨¦l, Hartenstein dio un tremendo salto de nivel. Pero su enorme presencia defensiva volvi¨® a quedar de manifiesto en la primera ronda de playoffs, contra los Sixers y un p¨ªvot tan dominador como Joel Embiid. La trascendencia de Robison es enorme como ancla defensiva y factor en el rebote, una pieza por eso con la que los Knicks no quieren correr ninguna prisa: una lesi¨®n por estr¨¦s en un pie es algo muy preocupante en un jugador de su volumen y, adem¨¢s, se ha perdido ya 125 partidos de regular season en las ¨²ltimas cuatro temporadas. Con el objetivo de que todos est¨¦n bien en playoffs, en los Knicks tratar¨¢n la recuperaci¨®n con la m¨¢xima paciencia. Mientras tanto, tendr¨¢n que volver a hacer lo que parece que siempre est¨¢n haciendo: buscar soluciones sobre la marcha. Al que nace para martillo¡­

Hace unos d¨ªas, Thibodeau sorprendi¨® cuando asegur¨® en una entrevista para NBA (seguramente porque ya sab¨ªa c¨®mo iban las cosas con Robinson) que Julius Randle podr¨ªa jugar m¨¢s minutos como p¨ªvot. Un ala-p¨ªvot peque?o para hacer de cinco y eternamente cuestionado aunque ha sido tres veces all star, Randle regresa tras una fea lesi¨®n de hombro que le oblig¨® a pasar por el quir¨®fano y le hizo perderse, entre dudas del cuerpo m¨¦dico sobre si operarse o buscar una tratamiento m¨¢s conservador, toda la segunda parte de la temporada pasada. Un jugador con muchos recursos en ataque, no es desde luego una presencia defensiva, y jugar¨¢ en lo que b¨¢sicamente considerar¨¢ un ¨²ltimo a?o de contrato porque tiene una player option para la temporada 2025-26. Si Thibs apuesta m¨¢s por un small ball que no suele ser plato de su gusto, Anunoby tambi¨¦n tendr¨ªa minutos como falso p¨ªvot.

El mercado es otra opci¨®n. Lo ha sido durante todo el verano: jugadores de perfil m¨¢s o menos alto (Clint Capela, Isaiah Stewart) o no tanto (Walker Kessler, Nick Richards) han sonado insistentemente como posibilidades, aunque a priori los Knicks comenzar¨¢n con lo que tienen. Saben que no hay que moverse por simple impulso o desesperaci¨®n¡­ pero tambi¨¦n que una pieza mal encajada por destrozar todo el puzle, y es un riesgo que no querr¨¢n asumir en un momento tan crucial para un proyecto de ambici¨®n m¨¢xima. Mientras, Thibodeau se f¨ªa del trabajo de Precious Achiuwa, que realmente cumpli¨® cuando lleg¨® la plaga de lesiones la pasada temporada, aunque jug¨® muchos minutos como ala-p¨ªvot al lado de Hartenstein. Y cuenta tambi¨¦n con Jericho Sims como alternativa en una posici¨®n de p¨ªvot que se puede convertir en el tal¨®n de Aquiles de un equipo pensado para ir a por todas. A por los Celtics¡­ y a por el primer anillo desde 1973.

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