Los Grizzlies y las migajas del esc¨¢ndalo de Ja Morant
El base podr¨ªa volver este martes tras cumplir su sanci¨®n de 25 partidos tras su infame comportamiento. Los Grizzlies, 6-18, son un desastre. ?Se pueden recuperar?
El ¨¦xito ef¨ªmero es algo inherente al deporte. Tambi¨¦n cuando no lo es, pero lo parece. Los Grizzlies nunca han ganado el anillo, pero las secuelas del Grit and Grind y esa reconstrucci¨®n eternamente postergada tuvo sus brotes verdes al fin. En la 2021-22 alcanzaron el segundo puesto de la Conferencia Oeste con 56 victorias, y s¨®lo los ¨²ltimos Warriors campeones (parece que han pasado mil a?os) pudieron con ellos en semifinales, en seis competidos partidos. Ah¨ª fue donde todo empezaba a tomar forma: Ja Morant se postulaba como definitivo jugador franquicia, Taylor Jenkins como uno de los mejores entrenadores de la NBA, Jaren Jackson como un ac¨¦rrimo defensor, Desmond Bane como un tirador fant¨¢stico...
Todo se vino abajo el final de la temporada pasada, cuando un r¨¦cord de 51-31 les llev¨® al mismo segundo puesto, pero con un final m¨¢s que agridulce. Morant protagoniz¨® un esc¨¢ndalo con armas de fuego en un club nocturno que le llev¨® a la sanci¨®n y desmadej¨® la qu¨ªmica de una plantilla que lleg¨® qu¨ªmicamente rota a playoffs para caer ante unos Lakers en plena efervescencia, empe?ados en protagonizar una historia que no culminaron. El 4-2 esta vez supo a poco, y el nuevo alboroto de Morant en verano fue demasiado. Al final, la NBA tom¨® cartas serias en el asunto de manera obligada. Permitir a Draymond Green hasta no poder hacerlo m¨¢s es una cosa, pero hacer lo mismo con un tema tan tab¨² para ellos (que le pregunten a Gilbert Arenas) necesitaba una respuesta que delimitara una l¨ªnea roja clara.
Al final, 25 partidos de sanci¨®n para Morant. Algo significativo, que dejaba a los Grizzlies sin su estrella hasta diciembre. Un problema muy gordo que de nuevo afectaba a una franquicia que no sab¨ªa muy bien c¨®mo responder, ni en pista ni fuera de ella. Tyus Jones puso rumbo a los Wizards en una operaci¨®n a tres bandas en la que tambi¨¦n estuvieron implicados los Celtics. En ese movimiento, los Grizzlies se hicieron con Marcus Smart para reforzar el puesto de base y contener las locuras de Morant, si es que eso es posible, cuando regresara. El objetivo era dar una ¨²ltima oportunidad a su estrella y mantener el bloque, dar continuidad con un jugador m¨¢s veterano y con experiencia en playoffs. Seguir con el proyecto que tantas alegr¨ªas ha dado en los ¨²ltimos tiempos, con Jenkins consolidado en su puesto y tres participaciones consecutivas en playoffs que hac¨ªan olvidar tres temporadas de ausencias. Del Grit and Grind a un nuevo asalto a la gloria en un tiempo r¨¦cord que suele ser mucho mayor en otros proyectos. Algo, a priori, muy positivo. Pero...
Cuando todo sale mal
A los Grizzlies no les ha salido nada bien la idea. Y en parte no es culpa de ellos: Steven Adams pas¨® por quir¨®fano y no estar¨¢ disponible en toda la temporada, Jaren Jackson y Santi Aldama empezaron lesionados y Morant estar¨ªa fuera de juego durante 25 asaltos. Para m¨¢s inri, a mediados de noviembre Smart se lesion¨® y estar¨¢ entre tres y cinco semanas de baja. Y el inicio ha sido un desastre: 6-18, en el pen¨²ltimo puesto de la Conferencia Oeste, muy por debajo del 50% y, evidentemente, fuera del play in y de los playoffs. Algo verdaderamente preocupante si tenemos en cuenta que los Grizzlies han sido un referente en el Oeste durante los ¨²ltimos a?os, pero que ese relativo ¨¦xito conquistado se ha quedado en nada y les deja en una posici¨®n muy alejada para remontar, especialmente con la t¨®nica, ya t¨ªpica, que se ha instalado en una Conferencia en la que nadie es muy bueno pero tampoco muy malo.
El buen entramado de Jenkins en defensa se mantiene en parte (sin el quinto mejor equipo en ese lado de la pista), pero el problema de los Grizzlies es en ataque, donde la ausencia de Adams y los espacios que genera Morant brillan por su ausencia. Son los peores de la NBA en ese apartado, y si desmenuzas el dato se confirma la debacle. Los segundos m¨¢s malos en porcentaje de tiros de campo, los peores en porcentaje de triples, los s¨¦ptimos por la cola en rebotes, terceros que menos asistencias reparten, segundos que menos lanzamientos anotan y d¨¦cimos que m¨¢s balones pierden. El net rating es el s¨¦ptimo m¨¢s malo y las victorias han llegado en momentos concretos y casi siempre ante rivales menores: Blazers, Spurs y Pistons, tres de los peores equipos de la competici¨®n. Unos Clippers que acababan de fichar a James Harden y no ganaban a nadie entonces (ahora s¨ª). Y Jazz y Mavericks, siendo estos ¨²ltimos probablemente el rival m¨¢s improbable al que han vencido.
Cinco de las seis victorias llegaron contra equipos por debajo del 50%, en 18 de los 24 partidos han anotado 110 puntos o menos; en 12 de ellos, 105 o menos. Y en cuatro menos de 100, todas ellas actuaciones an¨®malas en una NBA en la que los puntos se caen a cualquiera. Su ofensiva es la m¨¢s mala de la NBA, pero que sea peor que los peores Pistons de la historia o los Spurs m¨¢s p¨ªrricos de siempre asusta, no por el r¨¦cord, sino por lo poco que han demostrado estas dos franquicias hasta ahora. Y las dificultades para producir son evidentes: Brandon Clarke tambi¨¦n est¨¢ en el dique seco, al menos hasta el mes de marzo. Y Luke Kennard, otro desatascador habitual, apenas disput¨® 8 encuentros antes de caer y estar¨¢ todav¨ªa 2 o 3 semanas m¨¢s de baja. Demasiado.
Morant, ?el salvador?
Que Morant vaya a resolver la situaci¨®n en su regreso es un ejercicio de optimismo demasiado grande. No juega un partido desde el pasado 28 de abril y se despidi¨® de la serie ante los Lakers con 10 puntos y un 3 de 16 en tiros de campo. Su nivel pas¨® de extraordinario a irregular con los esc¨¢ndalos de por medio y su consistencia se vio disminuida. Eso no quita que su poder atl¨¦tico siga intacto y que sea capaz de repartir y generar espacios que aprovechen sus compa?eros. Pero su capacidad de liderazgo est¨¢ en entredicho, al igual que su err¨¢tica actitud, lo que provoca muchas inseguridades. Uniendo todo esto a la inc¨®gnita de c¨®mo lo recibir¨¢n sus compa?eros y si su papel ser¨¢ el de protagonista desde el primer minuto.
Morant promedi¨® m¨¢s de 27 puntos hace dos temporadas y m¨¢s de 26, con casi 6 rebotes y 8,1 asistencias el curso pasado. En su curr¨ªculum est¨¢ el Rookie del A?o, el premio a Jugados M¨¢s Mejorado y una inclusi¨®n en el Segundo Mejor Quinteto, distinci¨®n de la que desapareci¨® hace unos meses, qui¨¦n sabe si por sus esc¨¢ndalos. Con 24 a?os (los cumpli¨® en verano), suma tambi¨¦n dos selecciones para el All-Star y tanto curr¨ªculum dentro de la pista como fuera de ella, uni¨¦ndose a lo ya sabido los golpes que dio a un menor, en cuyo juicio ha comparecido hace relativamente poco. El tratamiento al que se ha sometido y los confusos mensajes que comparte en redes sociales han generado revuelo y muchas dudas. Y lo que ha conseguido en una cancha de baloncesto no justifica lo que protagoniza vestido de calle.
El nivel real de Morant y el te¨®rico cambio que haya tenido en su comportamiento s¨®lo lo veremos a lo largo del tiempo. Las ¨²nicas dudas que genera en pista suelen estar en su irregularidad en el tiro y su falta de sostenibilidad en el lanzamiento de tres. Pero su nivel le abala a la hora de centrar las defensas rivales en su persona y dar mucho talento a un ataque que lo necesita desesperadamente. Desmond Bane no da para m¨¢s (casi 25 puntos por noche) y Jaren Jackson produce en la zona (21,8) pero carece de fortaleza a la hora de cerrar los rebotes, algo en lo que los Grizzlies echan mucho de menos a Adams y a Clarke. Van a seguir siendo m¨¢s d¨¦biles que fuertes en la zona, pero Jackson deja espacios para el dribbling y las penetraciones de Morant y Bane se puede beneficiar de todo lo que su compa?ero genere. Veremos.
Una cuesti¨®n de n¨²meros... y m¨¢s cosas
Los Grizzlies primero deben empezar a recuperar sensaciones, pero sobre todo a sumar victorias. Est¨¢n muy lejos de los primeros puestos, pero tambi¨¦n del play in, esa barrera que puede salvarles y en la que ya tienen cierta experiencia, con la victoria en 2021 que ape¨® a los Warriors en el Chase Center y con Stephen Curry y Draymond Green en liza. Fue el primer aviso de un equipo que ahora mismo no asusta a nadie y ha tenido la mala suerte de ratificar como fracaso lo que ha hecho en verano. Por un lado, por la desgracia de las lesiones, pero por otro por deshacerse de material que est¨¢ produciendo muy bien con camiseta ajena. Dillon Brooks, un elemento desestabilizador que genera relaciones cuestionables, se est¨¢ consolidando en los Rockets, que van sextos del Oeste (13-9), con Brooks promediando 13,8 puntos... y un casi 39% en triples, siendo mucho m¨¢s fiable en esta materia que lo que demostr¨® en su etapa en Memphis.
El equipo de Taylor Jenkins est¨¢ a 8,5 victorias de los Rockets, pero tambi¨¦n a 6,5 del play in, un d¨¦cimo puesto ocupado ahora por los Suns (13-12) y del que se est¨¢n descolgando irremediablemente los Warriors (10-14), que sufren sus esc¨¢ndalos particulares, Draymond mediante. Ser¨¢ el objetivo a alcanzar, pero no ser¨¢ f¨¢cil. Los Thunder ser¨¢n los pr¨®ximos rivales tras caer ante Houston con un triple en el clutch time muy doloroso de Brooks. Tras ellos, llegan los Pelicans en Nueva Orleans, encuentro en el que Morant ya habr¨¢ cumplido los 25 partidos de sanci¨®n. Ah¨ª es donde podr¨¢ regresar y demostrar que sus errores no acabar¨¢n con una reputaci¨®n ahora en entredicho. Nada mejor que una remontada que nadie espera para reconciliarse con la opini¨®n p¨²blica, una muy dependiente de unas redes sociales que han acabado siendo la tumba de Morant.
Ah¨ª estar¨¢ la clave. El base ya ha dicho que ha pasado ¡°d¨ªas horribles¡± y asegura haber aprendido de sus errores, adem¨¢s de responsabilizarse de la situaci¨®n de los Grizzlies por no haber estado con sus compa?eros. Necesitan su talento m¨¢s que los sermones de un Smart que sigue siendo todo coraz¨®n y no se cansa de insistir. Ahora, llega el turno de un Ja Morant que regresar¨¢ a las pistas para recoger las migajas de sus propias decisiones y condonar su propia deuda con la sociedad y la entidad de los Grizzlies, desde la afici¨®n hasta sus compa?eros. Ahora, s¨®lo falta por ver en qu¨¦ forma se encuentra, c¨®mo es la sinton¨ªa con sus compa?eros y de qu¨¦ forma responden p¨²blico y rivales a su regreso, esperado s¨®lo a medias. Todo eso y algo m¨¢s: que no vuelva a liarla. Una m¨¢s puede ser su definitiva condena. Y, si eso ocurre, no habr¨¢ redenci¨®n posible. Al fin y al cabo, todo tiene un l¨ªmite en esta vida. Los errores de las estrellas tambi¨¦n. El brillo que emanan puede ser muy grande, pero ef¨ªmero al mismo tiempo. As¨ª son las cosas.
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