Lillard y el tiempo de la redenci¨®n
El base quiere dejar atr¨¢s su complicad¨ªsima pasada temporada, reivindicarse y demostrar que puede hacer grandes cosas al lado de Antetokounmpo.
En pretemporada son habituales los discursos de cambio de ciclo, nueva era; las narrativas de regreso, redenci¨®n, borr¨®n y cuenta nueva; los cambios para mejorar, las promesas de progreso¡ las buenas intenciones, en fin. Ya comenzar¨¢n los partidos y cada uno acabar¨¢, siempre es as¨ª, en su sitio para bien o para mal. Pero, desde luego, si hay un jugador que puede afrontar el nuevo curso con ¨¢nimo de revancha, con esp¨ªritu de venganza y reivindicaci¨®n, ese es Damian Lillard.
Lillard (34 a?os) fue all star por octava vez el pasado curso, el primero en Milwaukee Bucks despu¨¦s de once en Portland Trail Blazers; un jugador franquicia sin anillo, una megaestrella que pas¨® por la trituradora de un mal final en la que hab¨ªa sido su equipo desde el draft¡ y podr¨ªa haberlo sido para toda su carrera. Pero esos finales felices suelen torcerse, muchas veces porque el jugador quiere probar en otro sitio, intentarlo donde no ha gastado ya muchas balas, y las franquicias llegan a puntos de no retorno en los que la reconstrucci¨®n pasa a ser la primera opci¨®n. A veces, la ¨²nica. Lillard, ya se sabe, pidi¨® el traspaso, y puso Miami Heat tan indisimuladamente como su destino deseado que una operaci¨®n que le llevara a Florida pareci¨® siempre la opci¨®n m¨¢s viable hasta que los Bucks, con ganas de convencer a Giannis Antetokounmpo de que segu¨ªan siendo un equipo con deseo de pensar a lo grande, aparecieron en escena y, a las puertas de la temporada, se hicieron con Lillard. Funciono: Giannis firm¨® despu¨¦s una extensi¨®n de 186 millones por tres temporadas.
Lillard y Giannis formaron, de entrada, una pareja suprema desde un punto de vista medi¨¢tico. Pero, en lo deportivo, la cosa no fue bien: problemas de qu¨ªmica para iniciar el curso, cambio de entrenador, secundarios de perfil demasiado bajo, una defensa porosa por no usar adjetivos peores y muchas lesiones. La temporada termin¨® en pesadilla, eliminaci¨®n en primera ronda contra Indiana Pacers y un aspirante (el campe¨®n de 2021) enviado al rinc¨®n de pensar. Lillard pas¨® de 32,3 puntos por partido con un 46,3% en tiros totales y un 37,1% en triples en su ¨²ltimo a?o en Oreg¨®n a 24,3 puntos, 42,4% t 35,4% en una frustrante primera temporada en Wisconsin. Flojo en lo f¨ªsico, sin su incidencia habitual en los finales de partido, sin saber c¨®mo maximizar su uni¨®n con Giannis, perdido (m¨¢s de lo habitual) en defensa y metido en un terrible momento personal: en Milwaukee y no en Miami, donde quer¨ªa jugar y vivir, en un proceso de divorcio complicado y alejado de sus hijos y de la Costa Oeste donde hab¨ªa crecido (Oakland) y vivido en los ¨²ltimos once a?os (Portland).
¡°Colocar¨ªa el pasado a?o entre los m¨¢s duros de mi vida. Seguramente, fue el m¨¢s complicado de todos¡±, dice Lillard ahora en una charla muy sincera, y por eso muy interesante, con Melissa Rohlin (FOX Sports): ¡°No me traspasaron en mitad del verano ni nada as¨ª, fue justo antes del inicio del training camp, un par de d¨ªas antes. No sab¨ªa d¨®nde iba a estar, me estaba divorciando, iba a separarme de mis tres hijos y no ten¨ªa todav¨ªa un acuerdo sobre c¨®mo y cu¨¢ndo iba a poder verlos¡ Mucho que gestionar y digerir mientras, a la vez, hab¨ªa que rendir en la pista. Muy duro¡±. Y, ahora, el a?o II con Giannis en unos Bucks que quieren volver a ser relevantes en un Este dominado por los Celtics, con los Sixers como eterna wildcard (en sus mil formas distintas alrededor de Joel Embiid) y con los Knicks como nuevo gran poder: ¡°Podemos ser una de las mejores parejas de la NBA. Ni siquiera tenemos que hacer nada muy especial. Se tratar de aunar lo que le hace dominante a ¨¦l y lo que me hace dominante a m¨ª. Ser agresivos, entender cada situaci¨®n, c¨®mo generar ventajas¡ El a?o pasado fuimos a m¨¢s seg¨²n avanzaron los partidos, y ahora ser¨¢ todav¨ªa mejor¡±.
El base tiene tan claro de d¨®nde viene y qu¨¦ es lo que quiere que no huye de la narrativa de la redenci¨®n: ¡°Se suele hablar de temporada para la venganza como si fueras a por todos los dem¨¢s, una cuesti¨®n de sangre. Pero en mi caso, se trata de si hablo de venganza de fijarme en m¨ª, no en los dem¨¢s. S¨¦ por lo que he pasado, s¨¦ c¨®mo sacar lo mejor de m¨ª¡±. Eso ha incluido, este verano, unos niveles de concentraci¨®n y trabajo superiores a lo que era habitual para ¨¦l: menos viajes, m¨¢s entrenamiento, una dieta sin l¨¢cteos, sin gluten, sin comida procesada¡ ¡°Al principio era duro, si me mov¨ªa me ten¨ªa que llevar congelado lo que iba a comer. Ha requerido mucha disciplina, mucha responsabilidad. Pero he podido hacerlo¡±.
El plan de entrenamientos ha incluido baloncesto, pesas, boxeo¡ y sesiones de resistencia extrema con David Goggins, antiguo Navy SEAL: ¡°Por mucho que sea un reto f¨ªsico, es sobre todo un reto mental. Es cuesti¨®n de ver hasta d¨®nde puedes llegar, cu¨¢nto tienes en el dep¨®sito, qu¨¦ eres capaz de conseguir para ir m¨¢s all¨¢. Ha sido una buena experiencia¡±.
Por ahora, y seg¨²n su entrenador Doc Rivers, la exigencia del verano se nota en lo que es, en la pr¨¢ctica, un nuevo Damian Lillard: ¡°Como la noche y el d¨ªa. Ahora est¨¢ mucho m¨¢s c¨®modo, siente que est¨¢ en su casa. A m¨ª me pas¨® como jugador: me traspasaron y s¨¦ lo que es. Hasta me ha pasado como entrenador. Pero nunca uno o dos d¨ªas antes del training camp y cuando pensabas que ibas a ir a otro sitio distinto. No puedo ni imaginarme lo dif¨ªcil que es eso¡±. Giannis tambi¨¦n env¨ªa un mensaje optimista: ¡°Poco a poco, lo hemos ido entendiendo. Fue dif¨ªcil, hab¨ªa que cambiar algunos h¨¢bitos que ya ten¨ªamos muy asentados en nuestras carreras. ?l con 34 a?os, yo con 29. Pero si queremos ganar, es lo que tenemos que hacer. Y todos, ¨¦l, yo y todo el equipo, estamos dispuestos a hacer lo que sea necesario para ganar¡±.
Lillard, que agota sus opciones de no ser una de esas s¨²per estrellas que se retiran sin un anillo de campe¨®n, tambi¨¦n: ¡°La gente nos ve a los deportistas como si fu¨¦ramos robots, creo que porque ganamos mucho dinero. Y por eso creen que las cosas malas no nos afectan tanto. He tenido que permitirme ganar cierta perspectiva: hay soldados que est¨¢n lejos defendiendo a nuestro pa¨ªs y no ven a sus hijos. Se juegan la vida y est¨¢n lejos de sus familias. Hay muchas cosas que podr¨ªan ir peor para m¨ª, si lo pienso. He aprendido que, con mi familia, tengo una red de apoyo que no me falla, personas que han estado ah¨ª cuando las he necesitado. Esa es la lecci¨®n m¨¢s importante que he aprendido: m¨¢s all¨¢ del ¨¦xito que tengas en tu profesi¨®n, tienes que honrar y apreciar esas relaciones que son importantes en tu vida¡±.
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