LeBron James es el rey de la NBA

Expectaci¨®n como s¨®lo hay una. Los aficionados estaban de pie. Todos quer¨ªan estar este martes 7 de febrero en el Crypto Arena de Los ?ngeles para ver a LeBron James hacer historia. Bueno, m¨¢s historia en su caso. Entraba al partido a 36 puntos del r¨¦cord de puntos en la regular season de la NBA que pose¨ªa Kareem Abdul-Jabbar, sentado en primera fila para no perderse detalle de la marca que le estaban por arrebatar. Ten¨ªa un doblete menos y m¨¢s dif¨ªcil, con los Thunder hoy y con los Bucks el jueves, y en esos dos iba a caer. Por eso se llev¨® a sus hijos, su madre, su mujer o incluso a amigos y compa?eros de instituto de Ohio. No hubo que esperar m¨¢s: el d¨ªa vali¨® la pena para todos ellos.

A 10,9 segundos para el final del tercer cuarto lleg¨® el gran momento. Un tiempo muerto de los Thunder hab¨ªa hecho el receso necesario para que todos se prepararan. Ah¨ª volvi¨® el p¨²blico a levantarse para ya no tomar asiento hasta que todo volvi¨® a la normalidad. Porque para ver una anomal¨ªa es mejor estar despierto, sea in situ o a miles de kil¨®metros vi¨¦ndolo por televisi¨®n. Dos ataques buscados para LBJ y el segundo fue el que vali¨®. Russell Westbrook cedi¨® el bal¨®n al genio de Akron y ¨¦ste, defendido por un Kenrich Williams que no pudo evitar salir en la foto, se levant¨® desde la parte frontal en la media distancia, se ech¨® hacia atr¨¢s en su tiro en suspensi¨®n con el sello personal y anot¨®. Ah¨ª pasaron al segundo plano los 38.387 puntos anotados por Jabbar en su carrera, hab¨ªa un nuevo inquilino en el pedestal m¨¢s alto de esta competici¨®n.

¡°Kareem, mucha gente pens¨® que nunca se batir¨ªa¡±, le espet¨® Adam Silver, comisionado de la NBA, a Abdul-Jabbar cuando el encuentro se detuvo. Todos a la pista a celebrar al rey. Efectivamente, as¨ª era. El r¨¦cord ha durado casi 39 a?os desde que en abril de 1984 Wilt Chamberlain, que no lo presenci¨® en directo, fuera el destronado. LeBron James estaba visiblemente emocionado, a l¨¢grima viva, en esos instantes. Probablemente vio pasar por delante de sus ojos su infancia, el trabajo realizado para formarse como jugador y desde 2003 en una NBA que no es menos que una selva en la que sobrevive el m¨¢s fuerte, ese debate recurrente sobre si es el mejor o no de todos los tiempos (hoy planta otra semilla) y muchas otros pensamientos que quedan para ¨¦l. La ¨²nica intimidad que tuvo en un d¨ªa en el que todos le miraban. Por el circuito de retransmisi¨®n del partido circularon Savannah y los tres hijos de la pareja as¨ª como personalidades como el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para felicitar a Bron por el ¨¦xito alcanzado. Aunque el espect¨¢culo qued¨® un tanto deslucido por el resultado de un grupo desunido.

Este 130-133 tambi¨¦n se quedar¨¢ en los libros de historia. C¨®mo los Thunder, un equipo que este a?o va a por victorias pero todav¨ªa est¨¢ en construcci¨®n y llegaba al pabell¨®n sin todos los recursos que tiene, fueron capaces de aguar la fiesta del r¨¦cord de puntos. As¨ª precisamente, atacando muy bien, para ponerle m¨¢s poes¨ªa a su triunfo. Los Lakers cedieron en un d¨ªa puntero para su estrella. Para los angelinos es un desastre en t¨¦rminos clasificatorios y se trata de una derrota de la que se pueden acordar al final de la campa?a y no por LeBron.

LeBron James comenz¨® algo t¨ªmido. Fue cuesti¨®n de ir cogi¨¦ndole el aire al partido. Los nervios pod¨ªan atenazar al rival pero a ¨¦l m¨¢s que nadie. Puso su experiencia al servicio de todos, que nos beneficiamos para verle dar otro paso m¨¢s en su insondable trayectoria profesional, para ir haciendo camino. Pero conduciendo a los Lakers, que no hacen m¨¢s que pisar minas. Los Thunder, con el tr¨ªo de Williams como titular al lado de Shai y Giddey, les prepararon todo tipo de emboscadas para agujerearles el autob¨²s, amarillo tipo americano, a base de puntos. Los que a James tanto le hac¨ªan falta.

El acierto de OKC en la primera parte fue rese?able. De los 17/34, un 50%, que anotaron en todo el encuentro doce aciertos llegaron en los dos primeros cuartos. Y no es que la defensa acertara con los que estaban m¨¢s calientes, precisamente. Por poner un ejemplo, Mike Muscala, ex del equipo californiano, entr¨® en calor con tres triples casi consecutivos y abriendo una v¨ªa que les iba a ser rentables: los tiros en las esquinas. Nadie respond¨ªa en el otro lado. Los Lakers lo intentaban con ah¨ªnco en ataque, con las ganas de lucirse de Westbrook anotando y pasando en el primer descanso de LeBron, pero como las vacas mirando el tren al ponerse, y ya es mucho decir, con las tareas defensivas. Los de Mark Daigneault se fueron a 40 puntos en el segundo periodo para un total de 76. Insostenible para los locales. James hab¨ªa mejorado, se quedaba a la menos de la mitad del r¨¦cord al descanso, pero un parcial de 2-14, el cambio de mando de Shai a Giddey y la insolencia de los Jays a la hora de atacar el aro aupaban a los Thunder.

LeBron James empez¨® a tirar de estrategia. Centrarse un poco m¨¢s en el r¨¦cord, batirlo, hacer la fiesta y dejar el foco despu¨¦s para remontar un encuentro que se estaba poniendo muy cuesta arriba. Sirvi¨®. Un par de triples en el tercer cuarto espole¨® a todos. Ah¨ª empez¨® el murmullo, que acompa?aba al de Ohio cada vez que agarraba el bal¨®n, a ser atronador, el de los momentos importantes. Con m¨¢s ayuda de Hachimura o Brown, aparte de Westbrook, que la de un Davis desconocido se fue reduciendo la desventaja. Cuando lleg¨® la hora del r¨¦cord y se despej¨® la pista se crey¨® en la remontada.

En la apertura del ¨²ltimo cuarto los Lakers empataron. 106-106. Hachimura y Westbrook cog¨ªan el tim¨®n del barco. Pero encall¨®. Isaiah Joe y Jalen Williams aplicaron hielo a la calentura del Crypto Arena y ah¨ª se acab¨® el gozo. LeBron James sali¨® una vez m¨¢s pero parec¨ªa apagado, como si hubiera dado el ¨²ltimo esfuerzo antes de batir el r¨¦cord y luego no tuviera m¨¢s. S¨®lo anot¨® una canasta despu¨¦s del momentazo con Kareem. La gesti¨®n del entrenador visitante con Gilgeous-Alexander, que jug¨® con cuatro faltas un buen rato de la segunda parte, fue genial y entre el canadiense y Josh Giddey terminaron de aguar la fiesta al ¡®23¡ä, a sus acompa?antes y a todo el que se pusiera en su contra. Las p¨¦rdidas terminaron por machacar a unos Lakers que ya con su inexistente defensa hab¨ªan tenido suficiente. El partido, pasado este curso, es cierto que quedar¨¢ para todos como el del r¨¦cord de LeBron, que ya apunta a los 40.000 sin visos de ponerle el punto final a su carrera. El cr¨ªtico lector de este espacio sabr¨¢ posicionarle, en un acto irremediablemente subjetivo, en el debate del mejor jugador de todos los tiempos en el que este hito es s¨®lo uno de los elementos de tan acalorada discusi¨®n.