Las jugadoras van a por todas
Un d¨ªa despu¨¦s del quinto partido de las Finales, las jugadoras de la WNBA fuerzan una nueva negociaci¨®n laboral tras un curso de enorme ¨¦xito.
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La WNBA acab¨® a lo grande: en la pr¨®rroga del quinto y definitivo partido de una Final que tuvo de todo; Remontadas, grandes actuaciones mezcladas con errores dram¨¢ticos de las estrellas y hasta una enorme pol¨¦mica en el desenlace de un ¨²ltimo duelo que, en un Barclays Center (en el coraz¨®n de Brooklyn) hirviente, coron¨® por primera vez a New York Liberty, una de las franquicias originales de la WNBA. M¨¢s de 18.000 aficionados asistieron al partido, pero la media de las Finales ha sido m¨¢s alta porque en Mine¨¢polis se superaron los 19.500 espectadores en el tercer choque de la serie. Liberty y Lynx cerraron de la mejor manera posible la temporada, tambi¨¦n en lo televisivo, con audiencias por encima del mill¨®n de telespectadores por noche, en el top 10 hist¨®rico de partidos de finales. Y eso a pesar de compartir calendario con pesos muy pesados: NFL, College Football y los playoffs de la MLB.
En lo deportivo, la situaci¨®n de la WNBA es inmejorable. Una gran final ha cerrado la que ha sido una temporada de crecimiento exponencial, que ha exprimido la llegada de ese fen¨®meno llamado Caitlin Clark. La jugadora m¨¢s medi¨¢tica de la historia del baloncesto femenino, que adem¨¢s ha rendido de manera excepcional (Rookie del A?o, billete para playoffs de sus Fever) ha puesto a la competici¨®n en la ruta mainstream, con sus mejores audiencias televisivas en 25 a?os, n¨²meros que empiezan a no estar muy lejos de la fase regular de la propia NBA. Y en asistencia a pabellones, por ejemplo, se ha pasado de colgar 45 veces el cartel de ¡®no hay billetes¡¯ en la temporada 2023 a hacerlo 154 veces en esta.
En el draft de 2025 llegar¨¢, otro n¨²mero 1 cantado, Paige Bueckers, una sensaci¨®n universitaria que adem¨¢s tiene serias opciones de recalar en Los Angeles Sparks, un tremendo punto fuerte medi¨¢tico y el equipo con m¨¢s opciones estad¨ªsticas de ganar la loter¨ªa. Y en 2026 ser¨¢ el turno de otro fen¨®meno que puede ser explosivo, la extraordinaria JuJu Watkins.
La WNBA naci¨® en 1997, lleg¨® a un m¨¢ximo de 16 franquicias y ha contado con doce durante los ¨²ltimos catorce a?os, desde 2010. La pr¨®xima temporada debutar¨¢ Golden State Valkyries, equipo de la Bah¨ªa vinculado a los Warriors y que ya ha vendido 17.000 abonos. En 2026 llegar¨¢n franquicias ya aprobadas en Toronto y Portland, y se cuenta con regresar a las 16 para 2028. Adem¨¢s, la pr¨®xima temporada cada equipo jugar¨¢ 44 partidos de fase regular en vez de 40, y las finales se decidir¨¢n al mejor de siete, como la NBA, y no de cinco. Todo marcha¡ pero hay que hilar fino en lo econ¨®mico.
Pese a la multiplicaci¨®n de los ingresos (en 2023 cerca de 200 millones, el doble que cuatro a?os antes), las cuentas siguen siendo complejas. Esta temporada, pese a todo lo que se ha generado, las p¨¦rdidas llegar¨¢n a 40 millones. En parte por inversiones como el nuevo plan que ha permitido a todos los equipos viajar en sus propios vuelos ch¨¢rter y no en rutas dom¨¦sticas, en parte porque la liga apenas se lleva el 40% de lo que genera. La NBA, de la que sigue siendo subsidiaria, se lleva otro 40%, y los inversores que pusieron 75 millones (entre ellos Nike y personalidades como Pau Gasol) se reparten un veinte.
Se calcula que la WNBA sigue siendo en un 60% (incluso un 75% si se cuentan otras inversiones de sus propietarios) de la NBA, y los equipos de esta le preguntan al comisionado Adam Silver cu¨¢ndo empezar¨¢n a ver, ahora que las cosas parecen ir mejor que nunca, algo de retorno econ¨®mico despu¨¦s de a?os de inversi¨®n. No ser¨¢ a corto plazo, parece, mientras algunas voces dentro de la WNBA empiezan a apostar por separar caminos (y gesti¨®n) de la gran nave nodriza que es la liga masculina. Los ¨²ltimos acuerdos televisivos de la NBA se firmaron para once a?os y por 76.000 millones de d¨®lares. Para la WNBA ser¨¢n 2.200 en esas once temporadas. Se pasar¨¢ de unos 60 al a?o a m¨¢s de 200, con opciones de ir acerc¨¢ndose a los 300. Incluso as¨ª, hay quien piensa que se podr¨ªa haber sacado m¨¢s y se pregunta qu¨¦ cuentas ha hecho la NBA para dejar ese pedazo, en concreto, en el reparto.
Las jugadoras, que estaban en plazo para hacerlo, decidieron ayer forzar el final del convenio colectivo actual y adelantarlo al 31 de octubre de 2025. Tienen, por lo tanto, un a?o para negociar y evitar un posible cierre patronal, un lockout que llegar¨ªa, solo en caso de que no hubiera fumata blanca, en la temporada 2026.
Con este movimiento, dejan atr¨¢s el anterior convenio, negociado en pleno efecto de la pandemia, antes del boom Clark y con la actual comisionada, la cada vez m¨¢s cuestionada Cathy Engelbert, reci¨¦n llegada a su cargo. ¡°Este es un momento crucial, para la WNBA y para todas las que creemos en el progreso. El mundo ha cambiado mucho desde 2020 y no podemos quedarnos paradas. Si sigui¨¦ramos con el actual convenio, dar¨ªamos un paso atr¨¢s. Esta decisi¨®n no es solo para ganar m¨¢s dinero, es para reclamar lo que merecemos del negocio que estamos construyendo; para que mejoren las condiciones laborales y avancemos hacia un futuro en el que el ¨¦xito que obtenemos se traslade en beneficios para las jugadoras, las actuales y las que est¨¢n por venir¡±, explic¨® Nneka Ogwumike (Seattle Storm), presidenta del sindicato de jugadoras (WNBPA).
Las jugadoras pretenden poner ese siguiente convenio en la ruta cronol¨®gica del salto econ¨®mico que traer¨¢n los nuevos contratos televisivos a partir de 2026. Hasta ahora, apenas reciben un 9,3% de los beneficios que genera la competici¨®n, una cifra que en la NBA ronda el 50%. Eso es lo que siempre han pedido: m¨¢s igualdad en ese reparto, no en las cifras totales. Con los nuevos ingresos y una distribuci¨®n m¨¢s compensada, podr¨ªan acercar el salario m¨ªnimo a lo que ahora es el m¨¢ximo, los 252.450 d¨®lares que ha percibido esta temporada la base Jackie Young (Las Vegas Aces). Los contratos m¨ªnimos est¨¢n en poco m¨¢s de 64.000 d¨®lares y Caitlin Clark, como n¨²mero 1 del draft, solo se ha llevado 76.535, a a?os luz de los millones que genera¡ y los que gana por la v¨ªa de su imagen. El salary cap (con un techo duro que, a diferencia del de la NBA, no admite excepciones: otra cosa que se quiere cambiar) no pasaba este curso de 1.463.000 d¨®lares, as¨ª que la liga apenas invert¨ªa apenas 17,5 en los sueldos de unas jugadoras que inician la batalla para igualar sus condiciones laborales a las de la realidad de futuro de una competici¨®n que est¨¢ ante su gran punto de inflexi¨®n.
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