La NBA pisa un charco
La investigaci¨®n a los Thunder abre el debate sobre la aplicaci¨®n pr¨¢ctica de la pol¨ªtica para evitar los descansos mal regulados de los jugadores.
La NBA ha decidido abrir, justo ahora y de par de par, ese mel¨®n de los descansos y la gesti¨®n de los 82 partidos de fase regular que no ha dejado de ser, en ning¨²n momento, uno de los debates recurrentes en el entorno de la liga en los ¨²ltimos a?os. Pero que parec¨ªa m¨¢s en segundo plano, especialmente desde que quedaron certificados los nuevos contratos televisivos, que entrar¨¢n en vigor la pr¨®xima temporada y que ponen a la liga en un nuevo nivel econ¨®mico, una cima que habr¨ªa parecido cuesti¨®n de ciencia-ficci¨®n hace no tanto: 76.000 millones de d¨®lares en once a?os, un boom para el corto y el medio plazo y, a priori, una garant¨ªa de bonanza para una organizaci¨®n que vive, desde hace ya a?os, una permanente edad de oro, al menos desde el punto de vista econ¨®mico.
De manera bastante sorprendente, la NBA ha decidido anunciar (lo adelant¨® Shams Charania en ESPN) una investigaci¨®n a Oklahoma City Thunder por romper las normas (PPP: player participation policy) que introdujo la liga con un objetivo muy claro: frenar el abrumador debate sobre cu¨¢nto importaba la fase regular, tan larga; y asegurarse de que los jugadores estaban en pista todo lo posible. Especialmente, porque los contratos televisivos se estaban negociando, en lo que respectaba a las principales estrellas y a los partidos retransmitidos por los grandes canales nacionales.
Por eso sorprende que se se?ale a los Thunder y, en concreto, a su partido del 7 de marzo, en su pista y contra Portland Trail Blazers. Se quedaron sin jugar todos los titulares y uno de los principales reservas: Shai Gilgeous-Alexander, Jalen Williams, Luguentz Dort, Chet Holmgren, Isaiah Hartenstein y Cason Wallace. De los seis, todos menos Shai ten¨ªan designaciones de baja m¨¦dica por parte de la franquicia. Y Shai descans¨®, pero era solo el segundo partido que se perd¨ªa en toda la temporada. Los Thunder estaban en un tramo salvaje de cinco partidos en ocho d¨ªas y ocho en trece. No era un partido con televisi¨®n nacional ni contra un rival en zona de playoffs, y estaban a punto de afrontar cuatro d¨ªas salvajes con tres partidos contra Boston Celtics y (por duplicado) Denver Nuggets. Esos s¨ª, duelos muy destacados, de esos en los que la NBA s¨ª ve fundamental que est¨¦n todos los principales. Aunque luego no ajuste su calendario de forma acorde a ello. Los Lakers, por ejemplo, ahora mismo est¨¢n con medio equipo lesionado y en tramo de seis partidos en ocho d¨ªas, con doble duelo con Bucks y Nuggets en dos back to back.
Mientras el calendario no se reduzca, todo lo dem¨¢s acabar¨¢ seguramente en fuegos de artificio. Y el calendario no se reduce porque es la base de los ingresos que se llevan, ahora mismo en n¨²meros hist¨®ricos, franquicias y jugadores. Todos. Por eso pasan los convenios y se firman acuerdos sin grandes dramas, ni sombras de lockout, y con el calendario como un hecho intocable sobre el que luego hay que encajar todo. Partidos, descansos¡ e investigaciones.
Un caso cogido con alfileres
Los Thunder, para colmo, arrasaron a los Blazers (107-89) en un partido que fue divertid¨ªsimo para sus aficionados porque permiti¨® brillar a secundarios como Aaron Wiggins o Jaylin Williams, que firm¨® el primer triple-doble de su carrera. As¨ª que en OKC se ha recibido la noticia con una mezcla de sorpresa y enfado.
Adem¨¢s, la NBA ha puesto el foco tambi¨¦n en los Sixers, sobre los que lanza tambi¨¦n la sombra de la investigaci¨®n por los partidos que se est¨¢n perdiendo sus tres estrellas, Joel Embiid (parado ya para toda la temporada), Paul George (a punto de correr la misma suerte) y Tyrese Maxey. Y si bien es cierto que en Philadelphia tratan de salvar al menos, en pleno annus horribilis, su pick de primera ronda en el pr¨®ximo draft (si no es top 6 ser¨¢ para Oklahoma City Thunder), tambi¨¦n lo es que Embiid (solo ha participado 19 partidos, ninguno en plenitud), George (que ha jugado infiltrado y tiene un contrato largo y muy voluminoso por delante) y Maxey han tenido designaciones m¨¦dicas del equipo que parecen verdaderamente leg¨ªtimas. Incluso ahora, cuando s¨ª est¨¢n abrazando definitivamente el tanking.
Mientras, equipos que est¨¢n en reconstrucci¨®n y miran sin rubor al draft han repartido descansos para sus estrellas j¨®venes (o todav¨ªa no veteranas) sin demasiado disimulo y sin que la NBA quisiera intervenir. Al menos hasta ahora, porque no eran situaciones en las que se estaba poniendo el gran foco medi¨¢tico¡ y el objetivo de las c¨¢maras de las televisiones nacionales. Es as¨ª, por ejemplo, en el caso de Toronto Raptors o de Utah Jazz, que despu¨¦s de varios partidos sin alienar a Lauri Markkanen, su jugador franquicia, s¨ª acaba de recibir una multa de 100.000 d¨®lares. Un castigo al descaro, b¨¢sicamente.
Porque no todos los casos son similares, y las temporadas acaban apilando partidos, esfuerzos, lesiones¡ En la jornada del viernes, por ejemplo, sucedi¨® algo ins¨®lito: los Sixers apenas ten¨ªan disponibles seis millones de d¨®lares de un payroll total, el gasto en plantilla, de casi 170. Ten¨ªan m¨¢s de 160 millones apartados, un 95,9% del total de lo que se llevan sus jugadores. Una situaci¨®n derivada de la enorme lista de lesiones pero tambi¨¦n de la confecci¨®n de una plantilla en la que el grueso salarial va destinado a las tres s¨²per estrellas, Joel Embiid (51,4 millones esta temporada), Paul George (49,2) y Tyrese Maxey (35,1).
Un dato muy llamativo pero, conviene insistir, no por eso necesariamente merecedor de investigaci¨®n. Lo de los Sixers ha sido, b¨¢sicamente, un caso de p¨¦sima suerte, de esos en los que todo lo que puede salir mal ha acabado yendo peor. Y si optan por el tanking en el tramo final de la temporada, se tratar¨ªa de una de esas situaciones puntuales que siempre se han dado y que no est¨¢n en el centro de los debates y cr¨ªticas que genera este asunto. Embiid, en todo caso, no est¨¢ en condiciones de jugar. George tampoco, no sin un riesgo que a estas alturas los Sixers no tienen por qu¨¦ correr por su lugar en la clasificaci¨®n y el largo contrato que tienen que pagar todav¨ªa al alero (m¨¢s de 160 millones hasta 2028). Y Maxey tambi¨¦n arrastra problemas f¨ªsicos que parecen evidentes.
En esa misma noche del viernes, los Lakers jugaron en Denver sin seis de los ocho principales de la rotaci¨®n, entre ellos LeBron James y Luka Doncic. Faltaba el 78,9% de su inversi¨®n en salarios (casi 150 millones fuera de 191 totales). Y los Mavericks, con esa plaga de lesiones que hace que est¨¦ en riesgo incluso que puedan contar con los ocho jugadores que marcan el m¨ªnimo legal para poder presentarse a los partidos, ten¨ªan en la enfermer¨ªa el 61,2%: m¨¢s de 107 millones de casi 179. As¨ª entre tres equipos, tres de los m¨¢s significativos adem¨¢s de la competici¨®n, reunieron en una noche m¨¢s de 421 millones de d¨®lares en ausencias por lesiones o gesti¨®n de estas. Y ninguno de los tres supon¨ªa, en este caso, una situaci¨®n de conflicto con el reglamento sobre ausencias y descanso (PPP). No desde luego lo de Lakers y Mavericks, y en realidad tampoco lo de los Sixers aunque tengan la mirada de la liga puesta sobre ellos.
Una normativa en pleno escrutinio
Las nuevas reglas de PPP (player participation policy) entraron en vigor en la temporada 2023-24, y Brooklyn Nets se lleg¨® la primera sanci¨®n en el rango implementado por esa normativa revisada. Fue una multa de 100.000 d¨®lares por el descanso mal justificado de varios titulares en un partido contra los Bucks, el 27 de diciembre de 2023. Los Nets perdieron 144-122 despu¨¦s de sentar a Spencer Dinwiddie, Dorian Finney-Smith, Cam Johnson y Nic Claxton. Adem¨¢s, Mikal Bridges, Royce O¡¯Neale y Cam Thomas solo participaron en el primer cuarto. Una brecha contra una normativa reci¨¦n estrenada, aprobada por el board de la NBA (los propietarios) para ¡°promover la presencia de los jugadores en los partidos¡±, especialmente las estrellas, definidas (un asunto escurridizo) como los jugadores seleccionados para el All Star o los quintetos All NBA al menos una vez en las tres temporadas anteriores.
Expl¨ªcitamente, los equipos que pensaban no poner en pista a un jugador te¨®ricamente sano, por descanso o gesti¨®n de una lesi¨®n anterior, ten¨ªan que aportar una raci¨®n leg¨ªtima a la liga, evitar que sucediera con dos estrellas en el mismo partido y garantizar que los jugadores estar¨ªan, como m¨ªnimo, en el banquillo o alrededores, a la vista de todos los aficionados. Las estrellas ten¨ªan que estar disponibles, salvo lesi¨®n, en los partidos televisados a nivel nacional, no pod¨ªan pasar temporadas largas al margen del equipo (ha sucedido, por problemas contractuales o en casos de tanking muy pronunciado) y ten¨ªan que estar tambi¨¦n disponibles para las noches de NBA Cup. Este torneo, como el play in, ha a?adido nuevos hitos y una gesti¨®n m¨¢s compleja en un calendario que en lugar de racionalizarse se ha ido complicando todav¨ªa m¨¢s.
Adem¨¢s, y en un asunto que s¨ª est¨¢ generando debate todas las temporadas, los jugadores tienen que estar en pista en un m¨ªnimo de 65 de los 82 partidos para optar a los principales premios individuales: MVP, Defensor del A?o, Jugador M¨¢s Mejorado, Mejores Quintetos, Quintetos Defensivos. Ah¨ª hay en juego prestigio y, en algunos casos, mucho dinero. Esos galardones y designaciones sirven para activar techos m¨¢s amplios en algunas extensiones de contrato, las que saltan de m¨¢ximo a s¨²per m¨¢ximo. Jaren Jackson Jr est¨¢ en una situaci¨®n as¨ª ahora, por ejemplo, si consigue ser Defensor del A?o o entrar en los Mejores Quintetos. La opci¨®n del premio se le ha abierto por la baja para todo el curso de Victor Wembanyama, que parec¨ªa tenerlo asegurado hasta que qued¨® apartado de las pistas sin llegar a esa barrera de los 65 partidos.
En la temporada 2022-23, por ejemplo, y con este debate en un pico candente, LeBon James jug¨® 55 partidos, Kawhi Leonard 52 y Joel Embiid fue MVP con 66. El comisionado Adam Silver lleg¨® a asegurar p¨²blicamente que el asunto ¡°se estaba yendo de las manos¡±. En esa temporada anterior a la introducci¨®n de las nuevas normas, la media de partidos jugados por los 24 jugadores que fueron all star se qued¨® en 67,1.
Este nuevo marco sub¨ªa la exigencia del que ya se hab¨ªa introducido en la temporada 2017-18. Si entonces las multas llegaban a 100.000 d¨®lares, a partir de 2023 part¨ªan de ese suelo en la primera infracci¨®n, saltaban a 250.000 por la segunda y hasta 1,25 millones en la tercera a la misma franquicia. Y a partir de ah¨ª, otro mill¨®n m¨¢s por cada sucesivo castigo.
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